La boda

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A las tres de la tarde del día siguiente, Ron estaba con Harry, Fred y George en el exterior de una gran carpa en el jardín, esperando a los invitados a la boda. Los cuatro sujetaban un plan de distribución de asientos, para poder ayudar a la gente a encontrar los sitios correctos. Un grupo de camareros vestidos de blanco había llegado hacía una hora, junto con una banda con chaquetas doradas. En ese momento todos estos magos estaban sentados a corta distancia bajo un árbol, y al menos uno de ellos fumaba en pipa a juzgar por lo que podía ver Ron desde allí . Detrás de ellos, la entrada a la carpa presentaba filas y filas de frágiles sillas doradas dispuestas a ambos lados de una larga alfombra púrpura. Los soportes de la carpa estaban adornados con flores entrelazadas blancas y doradas. Fred y George habían colocado un enorme montón de globos dorados sobre el punto exacto donde Bill y Fleur serían próximamente marido y mujer. Fuera, mariposas y abejas planeaban perezosas sobre la hierba y el seto.

—Cuando me case —dijo Fred, tirando del cuello de su propia túnica—, no me preocuparé por todas estas tonterías. Todos podréis llevar lo que queráis, y le haré a mamá una Inmovilización Total hasta que todo termine.

Ron también pensó en lo que haría al casarse. Se imaginó vestido de novio. Se imaginó besando a la novia, que tenía la cara de ... ¿HERMIONE? Qué locura, pensó. Aunque por otra parte...

—Considerándolo todo, mamá no estaba tan mal esta mañana —dijo George, sacándole de su ensueño—. Lloró un poco al ver que Percy no estaría, ¿pero quién le quiere aquí? —"Yo no, desde luego", pensó Ron.—Oh, vaya, preparaos... aquí vienen, mirad.

Figuras de colores brillantes iban apareciendo, una por una, por todas partes en el extremo más alejado del jardín. En pocos minutos se formó una procesión, que empezó a serpentear por el jardín hacia la carpa. Flores exóticas y pájaros encantados se agitaban en los sombreros de las brujas, mientras gemas preciosas brillaban en las corbatas de muchos magos; el zumbido del excitado parloteo se volvió cada vez más fuerte, ahogando el sonido de las abejas, mientras la multitud se aproximaba a la tienda.

—Excelente, creo que veo a algunas primas veela —dijo George, estirando el cuello para ver mejor—. Necesitarán ayuda para entender nuestras costumbres inglesas, yo me ocuparé de ellas...

—No tan rápido, Su Orejidad —dijo Fred, y adelantando con rapidez al grupo de brujas de mediana edad que lideraba la procesión, dijo—: Aquí... permettez-moi que assister vous —a un par de guapas francesas, que rieron tontamente y le permitieron que las escoltase al interior.

George se quedó para encargarse de las brujas de mediana edad y Ron se ocupó de Perkins, viejo compañero del Ministerio de su padre, mientras que una pareja bastante sorda acabó en el grupo de Harry. Tras acomodar a Perkins, Ron vio que Harry estaba guiando a Remus y Nymphadora. Se fijó en que la metamorfomaga se había puesto rubia para la ocasión, y también en que Lupin parecía muy serio. Oyó un fuerte "crac" detrás de él, y es que Hagrid, en vez de sentarse en la silla que habían encantado para que no se rompiera, se había sentado en cinco sillas corrientes que se habían hecho pedazos. Se rió por lo bajo. Luego, se volvió hacia la entrada, y vio que había llegado un mago con aspecto de lo más excéntrico, a quien reconoció al instante como Xenophilius Lovegood, el padre de Luna, famoso por los delirantes artículos que escribía en la revista "El Quisquilloso", de la que era editor. Y lo cierto es que en aquella ocasión parecía más chiflado que nunca, pues llevaba una capa cuya borla colgaba frente a su nariz y una túnica de un color amarillo huevo que hacía llorar los ojos. Un símbolo raro, algo como un ojo triangular, brillaba en una cadena alrededor de su cuello. Ron fue para guiarle, y Harry se les unió poco después.

—Xenophilius Lovegood —dijo, extendiendo la mano hacia Harry.—Mi hija y yo vivimos justo al otro lado de la colina, los buenos Weasleys han sido tan amables de invitarnos. Pero creo que conoces a mi Luna —añadió hacia Ron.

Ron Weasley y las reliquias de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora