El fallo del plan

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Un silencio helado se hizo en el Gran Salón al oír aquella breve frase. Ron notó que Hermione le apretaba la mano y vio que Ginny se pegaba a su padre. Oyeron que Voldemort proseguía:

"Le maté mientras huía, intentando salvarse mientras vosotros sacrificabais vuestras vidas por él. Traemos su cuerpo como prueba de que vuestro héroe ha muerto.

"La batalla está ganada. Habéis perdido a la mitad de vuestros combatientes. Mis mortífagos os superan en número, y El Chico que Vivió está acabado. La guerra debe acabar. Cualquiera que continúe resistiéndose, hombre, mujer, o niño, será masacrado, al igual que cada miembro de su familia. Salid del castillo ahora, arrodillaos ante mí, y seréis absueltos. Vuestros padres e hijos, vuestros hermanos y hermanos vivirán y serán perdonados, y os uniréis a mí en un nuevo mundo que construiremos juntos.

-Es mentira. Es una trampa-dijo Neville, con voz firme.

-Desde luego-dijo Ron, con una confianza que estaba lejos de sentir. —Harry jamás huiría.

-Pero sí sería capaz de entregarse voluntariamente a Quien vosotros sabéis, ¿verdad?-dijo Ginny con voz rota. Y Ron no supo qué responder porque él conocía lo bastante bien a Harry para saber que su hermana estaba en lo cierto.

- ¿Qué hacemos?-preguntó Hermione.

-Sugiero que alguien salga a ver si es cierto. Nosotros esperaremos aquí dentro-dijo Neville.

Kingsley y McGonagall salieron al umbral del vestíbulo, desde donde podrían fácilmente si los mortífagos venían y si Voldemort estaba con ellos. Ron se quedó en el Comedor, con Hermione y el resto de los supervivientes del E.D. y la Orden del Fénix. Hermione se apretó contra él como si buscara una seguridad que él estaba lejos de poder proporcionarle. Pasaron unos interminables minutos. Ron pensó que aquello era peor que cuando unos años atrás estaba esperando a que Harry regresara de la Cámara Secreta, peor que cuando estaba esperando a tener noticias de su padre después de ser atacado por Nagini y llevado a San Mungo. Finalmente, Kingsley entró de nuevo en el Gran Comedor.

-Ya vienen.

Todos se levantaron y salieron al vestíbulo. Ron sintió que el corazón le galopaba en el pecho. ¿Sería cierto? ¿Estaría muerto su amigo? Vio que sus padres también se habían levantado y que Ginny iba cogida de la mano de Molly. Hermione iba con él. McGonagall estaba sola delante de las grandes puertas de roble. Kingsley entró de nuevo en el vestíbulo. Tenía un aspecto sombrío.

-Ya están cerca. Y he visto que Hagrid está con ellos y lleva a alguien en brazos.

Ron vio que Ginny hacía grandes esfuerzos por no llorar. Miró a Hermione, y vio que estaba pálida de espanto. Y él mismo sentía deseos de gritar. Aquello era insoportable, el estar esperando a ver qué ocurría.

Y finalmente, oyó un grito que le heló la sangre.

-¡NOOOOO!

Era la profesora McGonagall. El grito fue más terrible porque nunca había esperado o soñado que la Profesora McGonagall pudiera emitir tal sonido. Todos empezaron a salir hacia el patio de entrada. Hermione se cogió del brazo de Ron y ambos se unieron a la gente que salía. Se abrieron paso hasta las primeras filas. Y entonces Ron sintió que el estómago se le hundía hasta los pies y que le apretaban los pulmones hasta dejárselos sin aire al ver aquello.

En el patio de entrada había un numeroso grupo de mortífagos y gigantes. A la cabeza del grupo, acariciando la cabeza de Nagini con un solo dedo blanco, estaba Voldemort, sonriendo triunfal. Al lado de Voldemort, estaba Hagrid con los ojos llorosos. Y en los brazos de Hagrid, inmóvil, con la boca abierta y los ojos cerrados, estaba...Harry.

Ron Weasley y las reliquias de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora