Nick no me dirigió palabra alguna cuando me vino a dejar a casa, aparte del frío "Adiós" que pronunció junto a un distante beso en mis labios. Creo que está bastante molesto. No creo, está bastante molesto. Dios, como pude ser tan tonta. Espero que no se aleje. Me despego de mis pensamientos al sentir vibrar mi teléfono. Era un mensaje de Nick. Mi cuerpo se estremece y siento un pequeño temblor cruzar a lo largo de mi anatomía cuando lo leo:
Tenemos que hablar mañana. No quiero hacer esto, pero derribaré la puerta si es necesario.
Santo Dios. No puedo evitar derramar una lágrima. Como pude ser tan tonta.
Al otro día, un poco después de las 2 de la tarde, Nick llama a mi puerta. Aquí vamos. Cuando le abro, levanta la vista y me mira apenado.
-Hola -me dice, desganado - ¿Puedo pasar?
-Claro -le susurro
Mi madre estaba en la cocina, y probablemente no nos oyó subir por las escaleras. Entramos a mi habitación y cerré la puerta. Suspiré pesadamente y me senté en la cama, sin el valor de mirarlo a los ojos. El solo se sentó a mi lado y tomó mi mano.
-Entonces... Creo que sabes por qué estoy aquí -dice, tranquilo, aunque se nota el nerviosismo en su voz
Asiento
-¿Podrías explicarme... lo que vi ayer en la cena? Por favor -me suplica
-Primero... dime lo que en realidad viste, Nick -digo, tratando de disimular mi inquietud y calmar mis dudas
Lentamente tomó mi brazo y lo volteó. Caigo en la cuenta de que no traigo nada encima, otra vez. Jadeó, y el dolor se hacia presente en el sonido, así como sentí dolor cuando pasó su dedo suavemente encima de mis cortes. Demonios, duele. Demasiado.
-Nick, yo... Puedo explicártelo -la voz se me quiebra
-Pues es precisamente lo que quiero oír -su voz también se quiebra
Cuando lo miro, una lágrima se desliza por su mejilla. No,no, Nick, por favor.
-Por favor, me duele verte llorando -mis ojos se llenan de lágrimas
-Y a mi más me duele saber que haces éstas cosas, ___ -su cara se llena de lágrimas
-Lo siento -comienzo a llorar desconsoladamente - Lo siento tanto, no... -No puedo seguir hablando, un nudo en mi garganta se apodera de mi voz
Repentinamente me abraza. Hundo mi cabeza en su pecho y él me acaricia la espalda suavemente. Estuvimos minutos así, hasta que ambos nos calmamos completamente.
-De verdad no me conoces, Nick. Y quisiera que lo hicieras, pero tenía miedo de perderte, de que te alejaras de mí cuando supieras esto -agacho mi cabeza
-Jamás lo haría, y ahora con menor razón me apartaré de ti -levanta mi barbilla y lo miro a sus ojos, sus bellos ojos brillosos por el llanto- Eres la mujer a quien amo, nunca podría dejarte sola
Sorpresivamente me besa, y todo ese miedo, el temor y la inseguridad se van. Es increíble como un beso suyo hace que pierda la cabeza, pero es bueno. Jamás me había gustado tanto olvidarme de todo, menos de él en un cálido y hermoso beso. Un beso de esos que hacen que pierdas la razón.
