Ámame.

2.7K 86 6
                                    

Cuando entro a la habitación solo siento un ligero calor alrededor. La puerta se cierra. La respiración de Nick choca contra mi nuca

-Abre los ojos -susurra

Le hago caso y, lentamente, abro los ojos. Lo primero que veo es la cama, cubierta de un edredón rojo suave, con pétalos de rosa encima, y varias velas que llenan la habitación de una tenue luz. Dios mío. Jadeo y volteo a mirar a Nick.

-¿Lo hiciste tú? -digo conmovida

Él asiente. Antes de voltearme a mirar lo hermoso que se ve todo, acomoda un mechón de cabello detrás de mi oreja. 

-Déjame amarte esta noche

Santo Dios. Cuando alzo la mirada sorprendida, me encuentro con sus perfectos ojos clavados en mí. 

-Te prometo que no te arrepentirás -pega su frente a la mía y cierra sus ojos mientras acaricia mis mejillas suavemente

Sí, quiero. Siempre lo he querido. Subo mis manos a su cara y lo beso. Lentamente, baja sus manos a la largo de mi espalda. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo, sumado a todas las sensaciones que invaden mi interior. Mi cuerpo se arquea y me acerco mucho más a Nick, situación que él aprovecha para apegarme definitivamente a él. Siento su erección en mi vientre. Oh. Jadeo, y su lengua se apodera de mi boca por completo -y del poco aire que contenía-

-Nick... -digo sin aliento

Sus manos suben delicadamente hasta mis hombros, y desliza las mangas de mi vestido. Deja pequeños besos en mi clavícula antes de subirme el vestido hasta mis caderas para, posteriormente, deshacerse de él. Me contempla detenidamente, y siento que mis mejillas se tiñen de rojo. Agacho mi cabeza y contemplo mis dedos jugando nerviosos a la altura de mi vientre. 

-Oye -dice, acercándose a mí, y tomándome por la barbilla para que lo mire -Eres hermosa. La chica más hermosa que he visto en toda mi vida -me sonríe y me besa nuevamente.

Lentamente, le quito su camiseta y la lanzo al piso, en donde descansa mi vestido. Subo mis manos por su abdomen, su pecho, hasta llegar a sus hombros y luego a su nuca. Recuerdos de cuando lo vi por la ventana solo con una toalla atada a sus caderas, invaden mi mente. Recuerdo cuanto deseaba tocarlo, besarlo. Ahora estoy a punto de hacerlo. Poco a poco, desabrocha su pantalón, y lo espero nerviosa para que se deshaga de él por completo. Cuando lo hace, besa mis labios de nuevo y me recuesta sobre la cama, sentándose a horcajadas sobre mí, sin parar de besarme. De repente, siento que rompe algún envoltorio, y creo que ya sé lo que es. ¿En qué momento lo sacó? Cuando me separo de sus labios, veo que desliza un condón sobre su largo miembro. Si pretende que eso quepa dentro de mí, está completamente loco, pienso. Aprieto mis labios. 

-Tranquila, no pasará nada -me sonríe y vuelve a besarme

Esta vez no se detiene. Eleva mis brazos sobre mi cabeza, y supongo que debió haber visto algunas marcas blanquecinas en mis muñecas -y a lo largo de mis dos brazos-, porque se queda inmovil por un momento. Luego me mira y vuelve a besarme y baja a mi cuello. Sostiene mis brazos con una mano, mientras que con la otra desciende por mis pechos hasta mi cintura y más abajo. Me concentro en sus besos para ignorar el dolor que me produjo al deslizar un dedo dentro de mí. Me estremezco. 

-Nick -mi voz suena más aguda de lo normal

Cuando lo retira de mi interior, me siento vacia. Lo quiero, lo deseo ahora. Captura un gemido con su boca, y luego se dispone a besar mi cuello. Es irónico que ayer dije que aún era virgen, hoy se lo conté a mi madre, y ahora estoy a punto de perder la virginidad con el hombre que amo. Sin ningún preámbulo, entra en mí lentamente. Un dolor indescriptible comienza a crecer en mi interior

-¡Ahh! -consigo gritar después de unos segundos

Me aferro a sus hombros fuertemente, mientras entra completamente dentro de mí. Gime en mi oído. Mi respiración está agitada como la de Nick, y la vista se me nubla, pero me rehuso a llorar. De la nada, sale un poco de mí y vuelve a entrar con un poco más de fuerza y velocidad, sorprendiéndome y haciéndome gritar de dolor otra vez. Así fue moviéndose dentro y fuera de mí, haciendo que ese dolor se tranformara en algo más con el correr de los minutos, algo como el placer. Nuestros gemidos llenaban la habitación, y su cuerpo me alzaba hacia lo más alto, elevándome a la cima, elevándolo a la cima. Llego a mi dulce punto gritando su nombre, y pequeñas replicas del orgasmo me dejan temblando, mientras él se desploma sobre mí.

Me despierto, y siento a Nick acariciando mi cabello. Yazgo sobre su pecho, la luz de la luna entrando por la ventana y una suave capa de algodón cubriendo mi cuerpo. Las velas están apagadas, tal vez fue él.

-¿Cómo estás? -dice suavemente, besándome el cabello

-Bien... Algo dolorida, claro -digo, cuando intento moverme

Escucho su risa, apagada, pero es igual de hermosa. 

-Descansa nena, o mañana no podrás moverte -besa mi cabello de nuevo

Sonrío y acaricio su pecho. 

-Te amo -le digo

-Igual yo -dice, tiernamente -Ahora duerme, no quiero verte cansada

Y le obedezco.

Help.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora