Bajo la escalera después de darme una ducha, y al llegar a la cocina, giro a Nick con fuerza y lo saco de sus labores de cocinero, robándole un apasionado beso. Me toma por la cintura y me corresponde el beso rápidamente. Cuando me separo de él, me sonríe ampliamente.
-¿A qué se debe este tan buen humor? -me pregunta divertido
-¿Acaso no sabes que día es hoy? -pongo mis manos detrás de mi espalda para esconder la pequeña caja que traigo conmigo, y me muevo de un lado a otro como una niña. Nick me sonríe tiernamente
-Cómo podría olvidarlo, nena -me acerca a él y me besa suavemente
-Tengo algo para ti -le muestro la cajita que tenía y él sonríe
-Sabes que no tendrías por qué haberlo hecho, nena. Pero gracias, de verdad
-Esto es por todos mis regalos de ayer. Incluyendo el último, fue el que más me agradó recibir -le sonrío pícaramente
Entrecierra los ojos y ambos reímos
-Gracias amor. Ahora ve a sentarte porque en unos segundos te llevo el desayuno, debes de estar hambrienta
-De hecho sí, pero ¿No vas a abrirlo?
-Lo haré esta noche, cuando te dé el tuyo -me sonríe y hago puchero -Ahora ve a sentarte, no voy a decírtelo otra vez -y de sorpresa, me da una palmadita en el trasero. Doy un pequeño salto y él ríe. Ahora solo me basta esperar algunas horas.
