Me doy cuenta de que yazgo parada frente a la ventana. ¿En qué momento me levanté? Me doy vuelta y ahí está Nick. Voy a saludarlo, a despertarlo y decirle que estoy bien, ¡Que pude levantarme! Toco su hombro, pero no se mueve.
-¿Nick? -digo, preocupada
Pero no me oye. Nick abre los ojos, pero es como si no pudiera verme, y me busca desesperado. El doctor Frank entra por la puerta sin que Nick se de cuenta.
-Nick -se acerca y le da un abrazo
-Dígame que no es lo que pienso, por favor -comienza a quebrarse su voz
El doctor Frank suspira.
-No es lo que piensas... -dice, muy poco convencido.
-Ahora dígame la verdad, por favor -lloriquea
Suspira nuevamente.
-Estaba muy débil como para seguir respirando, Nick. Debes entenderlo.
-¿Qué les sucede? Estoy justo aquí -digo, indignada, pero ninguno de los dos logra oirme.
Nick comienza a llorar.
-Vamos afuera, te serviré un café -dice el doctor, apenado.
Creo que entiendo. No, no puede ser posible. Estoy... ¿Muerta? Claro que lo estoy. Maldición, no. Por eso Nick estaba así ayer. Santa mierda, si lo hubiera sabido. Mierda. Mierda y más mierda. No puede ser. Cuando cierran la puerta, me doy cuenta de que no puedo atravesarla. ¿En qué estaba pensando? Eso es mierda. La abro cuidadosamente y la cierro detrás de mí. Nick no deja de llorar, aún estando con el doctor Frank.
-Maldición, es mi culpa -dice, entre lágrimas
-No, no la es, Nick.
-Claro que sí. Yo iba conduciendo, yo la maté.
-Nunca más digas eso -dice el doctor, muy serio
-Es la verdad -continúa llorando
El doctor le acaricia la espalda repetidas veces.
-Eres un gran chico, y lo sabes. Tú me contaste todo, ¿recuerdas?
Asiente lentamente. Oh Dios, Nick... No es tu culpa. Mierda, ¿que he hecho?. Ellos siguen hablando, pero no tengo ganas de escuchar. Solo me siento en un rincón. Ya no puedo llorar. Oh, mierda. Necesito cuidarlo. Esa culpa puede transformarse en algo malo después, lo sé porque yo lo he vivido. Pensé que la muerte de mi padre fue por mi culpa, y comencé a cortarme. No quiero que él vaya por ese camino. Además... Yo era lo único que el amó y amaba tanto. No. Esto no debió haber pasado. Si tan solo me hubiera detenido... Si no hubiera vomitado el no habría tomado el auto. La culpa es mía, como siempre lo ha sido.
