Capítulo 62.

73 3 0
                                    

Al final sus amigos se han quedado a comer, cosa que me ha obligado a preparar un banquete. Menos mal que el hobby de la cocina me ha salvado durante años, porque esto me ha permitido ahora conocer mil recetas que me ayudan a sorprender en estas circunstancias. De haber servido algo común y con lo cabrones que son sus amigos, Ethan se habría cabreado muchísimo. He tenido que ser creativa y eso ha ensuciado muchísimo la cocina. Nada que no haya podido solucionar antes de que sus amigos marcharan. Menos mal que no se han quedado más. Se veía en sus caras que esperaban impacientes a que mi marido me tocara ante ellos. ¿Se tocarán luego ellos en casa pensando en eso? ¡Dios! Mejor no pensarlo. Menos ahora que he disfrutado de estos tres días tan maravillosos que espero que no se acaben jamás. Me gusta el buen humor que tiene últimamente. Supongo que ese es el culpable de que hoy me sienta tan lanzada.

-Ethan, cariño-llamo su atención mientras él busca algo en su despacho.

-¿Qué pasa, Mich?

Bien, parece de bueno humor.

-Durante el paseo he estado pensando en mis cosas y... Bueno, tengo curiosidad en cómo fue mi caída. No me has querido hablar mucho de ella, pero me tiene muy intrigada no recordar nada. 

-¿Por qué te interesas ahora?-me mira serio. MUY serio. 

¡Mierda! Se ha enfadado. ¡Dios! Esto va a acabar fatal, lo sé.

-No lo sé, cariño, es solo curiosidad. Nada importante-me acerco a él para abrazarle-Quería saber qué tontería estaba haciendo para caer de esa manera.

-Ya sabes lo patosa que eres-comenta. 

Y hubiera sido un comentario divertido si no lo hubiera dicho con ese tono tan espantoso.

-Sí, tienes razón. Siento haber sacado el tema-le doy un beso en la mejilla y me alejo.

Mejor huir ahora que no ha hecho nada. Quedarme sería provocar, entonces el golpe me lo merecería más que nunca.

-¡Michelle!-me llama.

Y yo creyendo que había conseguido escapar. Ilusa...

-Sí, cariño.

-¿Por qué nunca me llamas "amor"?

-¿Qué?

Me siento aliviada, pero la confusión invade con más fuerza. No entiendo a que viene eso.

-Digo que antes del accidente, siempre me llamabas amor, pero ahora... Nunca.

-¡Oh!-me quedo pensativa-No lo sé, es... Solo digo lo primero que se me pasa por la mente.

La verdad es que no lo había pensado. A duras penas llamo con cariño a la persona a la que quiero, pero la misma que me trata tan mal. Yo le quiero, pero también le temo. ¿Antes le llamaba amor? Supongo que antes era más sumisa. Aunque bueno, desde mi encontronazo con las escaleras tampoco he cambiado mucho eso. ¿Será, a lo mejor, porque en mi sueño vi lo que es sentir esas ganas de llamar amor? No lo sé, pero también es injusto que trate así a mi marido porque una mera ilusión me presente otra cosa. Siendo consciente que el chico de mis sueños no existe.

O sí. ¿O sí? ¡Es que no lo entiendo! Me confunde. Me provoca un tremendo dolor de cabeza. Estoy segurísima de que James solo existe en mis sueños, pero me parece muy raro que aquel chico (que ni me atreví mirar a la cara) le conociera. ¿Cómo lo sabía? Ni siquiera Ethan conoce algunos detalles de la historia. Yo soy la única que sabía que estaba prometida. Soy la única que sabía que estaba dispuesta a dejar a mi marido por otro. Eso ha sido lo que más me ha extrañado. Lo que más me ha perturbado.

-¿Has hablado con alguien?-me pregunta de repente, sacándome de bucle de inconsciencia y desconcierto.

-¿Yo? ¡Claro que no! ¿Con quién voy a hablar si no conozco a nadie?

-¿Segura?

-Sí, ehm... Bueno, una señora me ha preguntado qué ponía en uno de los cartelitos de la carnicería, pero nada más.

-¿Solo eso?

-¡Sí! Claro que sí, cie... amor. ¿Por qué iba a engañarte?

-¿Para evitar un castigo?-me encojo de hombros-¿Alguien, además de la señora, ha intentado hablar contigo, Michelle?-pregunta esta vez más serio.

-¿Por qué crees eso?

-Porque desde que has llegado estás muy muy nerviosa.

-Nada que ver, solo es que me he acordado de que no había limpiado la habitación y últimamente la tenemos demasiado sucia.

-Ni has entrado hoy.

-Trabajo acumulado. 

-Michelle, ¿ha intentado hablar alguien contigo? 

-Ethan, estoy pensando que, a lo mejor, podríamos ensuciar un poco más las sábanas. Luego ya las cambio-me acerco a él con exagerado movimiento de cadera.

Él corta mi paso al darme un rápida y certera bofetada en la mejilla. ¡Auch! ¡Duele!

-Deja de jugar conmigo, Michelle, deja de reírte de mí. Solo lo voy a preguntar un vez más y espero un sí o un no-vocifera-¿Te ha intentado hablar alguien?

-¡Sí!-grito-Sí lo han intentado, pero yo no me he parado, Ethan, he seguido andando. No le he dicho nada.

Otro bofetón.

-¿Entonces por qué intentabas ocultármelo?

-Yo...

-¿¡Por qué!?-este bofetón ya me tira al suelo.

-Lo siento, Ethan. Lo siento de verdad. Por favor, perdóname-lloro-No te lo conté porque no le di importancia. Un hombre me llamó y me dijo que quería hablar conmigo, ¡nada más!

-¿Seguro?-grita furioso-¿Tú no le has dicho nada!

-¡Nada, Ethan! ¡Lo juro!-me da un patada en la pierna-Le he dicho que no podía hablar y después me he ido. Lo prometo, Ethan, amor, por favor.

-¿Dijo tu nombre?-me da otra patada.

-¡Sí!-grito-¡Sí lo dijo!

-¡Mierda!-susurra.

-Ethan, por favor, no volverá a pasar. No volveré a salir de casa, lo juro.

-Te equivocas-se aleja-Nos vamos hoy mismo, nos mudamos, nos cambiamos de país... ¡Me cago en mi vida! ¡Nunca más volverás a salir! Te quedarán encerrada para siempre-Ya no contesto. Me quedo en el suelo sin poder moverme. Con miedo a que me pegue una vez más-¡LEVÁNTATE! Prepara las maletas, yo voy a por el coche. Despídete de esta casa... ¡PORQUE NO VOLVERÁS A VERLA!



Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora