Capítulo 7.

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-¡Ay Adam! ¿Por qué tiene mamá la sensación de que se deja algo?

Mi hijo responde serio moviendo sus manitas. Parece replantearse la respuesta, igual que debe preguntarse por qué mamá no tiene coche. El camino al mercado es corto, pero las bolsas pesan y mi pequeño debe notarlo en el peso del cochecito.

-A ver, llevamos la pasta, el arrocito, la lechita, el titín, las lentejitas...

-¡Espera! ¡Ey! ¡Espera!

Que desesperado parece el chico por alcanzar a la persona a la que persigue. Lo curioso es que la voz me suena muchísimo, ¿sabéis? Y mi corazón se acelera sin yo comprender nada. Y mi hijo sonríe emocionado no sé por qué.

Estoy apunto de girarme cuando una mano se coloca en mi hombro. Ahora me doy cuenta de que todo este tiempo he estado parada. A la espera. Como si supiera que era para mí. Doy una pequeño salto por la impresión.

-Por fin te alcanzo...-se gira hacia mi rostro mirándome sorprendido. Yo también me sorprendo-¿Michelle?-sonríe-¡Cómo no!

-Hola James-le saludo cortada-¿qué pasa? ¿Qué haces aquí?

-La compra , igual que tú-me explica-pero lo he dejado todo en caja.

-¿Por?

-Te has olvidado los pañales-me enseña el paquete-No creo que a Adam le apetezca ir sucio por la vida.

Perpleja por el despiste cojo el paquete colocándolo como y donde puedo.

-Muchas gracias, James... Te debemos una.

-Y ya se yo cómo puedes devolvérmelo.

-Miedo me da que lo hayas pensado tan rápido.

-Igualmente luego iba a ir a tu casa a preguntártelo.

Alzo una ceja y espero su respuesta.

-¿Tomamos un café esta tarde? Podríamos ir después de la siesta del peque.

-No sé...

-Me prometiste un café hace una semana y te has escabullido desde entonces-argumenta con sonrisa ladeada-Me lo debes.

Suspiro. Sé que tiene razón. Sé que quiero aceptar. La razón por la cual no he dicho nada todavía es por el miedo que ahora mismo me invade. Y entonces recuerdo algo que puede ayudarme.

-Se enfadarán ahí dentro si has dejado la compra por enmedio. Estás tardando mucho.

-Esa no es una respuesta.

-Pero sí una realidad.

-Muy bien-sonríe-Solo una cosilla más...-comenta mientras empieza a alejarse.

-¿Qué?

-¡Quién calla otorga!-exclama.

-¿De qué hablas?-digo ya en voz alta para que me oiga a pesar de la distancia.

-A las 18:00 vengo a por ti. Te llevaré estés como estés-responde.

Y, riendo a carcajadas, desaparece de mi vista.

¡Genial! He quedado con James Harrison.

En cuanto ya tengo todo colocado en su sitio, me encuentro a mí misma frente a la puerta de James dudando sobre si hago bien presentándome justo aquí. Él me abre enseguida, antes de que pueda dar un paso atrás.

-¿Michelle? Creía que te pasaba a buscar en 6 horas-ríe-¿Tan impaciente estás?

-Nada de eso, James-sonrío de medio lado-¿Puedo usar tu teléfono? El mío... El mío no va bien.

Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora