Capítulo 36.

115 7 0
                                    

3 años más tarde...

MA-RA-VI-LLO-SO

FAN-TÁS-TI-CO

PER-FEC-TO

Uno de los mejores viajes de mi vida, sin duda. Todos dejamos nuestras preocupaciones en Irlanda y no nos llevamos más que ganas de disfrutar. ¡Y nos lo pasamos como nunca! James estuvo súper romántico. Adam rió muchísimo. Yo fui muy feliz, jugué y descubrí como una niña. Además, fue un viaje muy acaramelado. Y qué decir de DisneyLand. ¡Fue increíble!  Se podía ver la emoción en los ojitos de mi bebé. En los ojos de James. ¡En los míos! Todos fuimos niños pequeños aquel día. Simplemente genial.

¿Qué pasó cuando volvimos? Nada. Todo siguió como si nada. A ver, James y yo nos habíamos unido muchísimo más. Ahora nos sentíamos más felices juntos, la magia había vuelto. Y por otro lado... No lo sé, supongo que Adam también lo había notado. Así que, no, no me refiero a eso, el viaje sí nos cambió a mejor. Al decir que no pasó nada me refiero a lo otro. A lo que había pasado antes del viaje. En otras palabras, Bambi. No sé si no pude o no quise llamarla, si se me olvidó o lo dejé hasta el momento que desapareció de mi mente. Solo sé que simplemente no di señales de vida. Y ella tampoco lo hizo. No volvió para ver a Adam de nuevo, pero su sobrino tampoco preguntó. Y sé que estuvo mal y que debería haber llamado. Lo único que se me pasó por la mente en aquel momento fue que me había acostumbrado a vivir sin hermana y no precisamente por gusto. Egoísta, vengativa e inmadura, así fui. ¡Cómo me arrepiento ahora!

-¿Te acuerdas del primer día de Adam en la guardería?-suelto de repente-Quisimos dejarle juntos porque, en el fondo, sabíamos que iba a ser difícil dejarle con alguien que no fuésemos nosotros. Teníamos miedo de las reacciones, de la suya y de la nuestra. ¿Y qué pasó cuando llegamos?

-Adam nos dio un abrazo a cada uno y entró tan feliz a clase. Cuando quisimos darnos cuenta ya tenía un amiguito nuevo.

-Exacto-sonrío-¿Y qué me dices de su primer día de cole?

-Le costó un poco más, pero no mucho. Es un valiente... 

-Sí-miro hacia la puerta-no como su madre.

-¿Qué? ¿Por eso todo esto? Cariño, escúchame-dirijo mi mirada a él-Nadie podía saber que esto iba a pasar.

-James, he tenido 3 años. No es que haya venido de repente, es que han pasado años y yo no he querido comunicarme con ella. Me he negado. He sido una puta cobarde. Tanto a miedo a que mi hermana pequeña volviera a desaparecer que ni le di la oportunidad y ahora...

-Solo ha sido un accidente. Todavía no hay nada seguro y, además, ella es fuerte. Saldrá de esta.

-Eso no lo sabes.

-Sí lo sé. Fíate de mí, por favor.

Suspiro. No me queda otra que confiar, no tengo más que eso. Hace ya mucho tiempo que espero algo de información, pero aquí nadie dice nada y yo me estoy muriendo por dentro. Esta sala de espera me parece cada vez más pequeña y asfixiante. ¡Por Dios! La muerte ya se ha llevado a mis padres, ¿por qué ahora también a mi hermana? ¡Solo tiene 33 años! ¿Por qué tan injusto? Esto no puede pasar. ¡Me niego!

A mi lado estan el marido y las hijas de Bambi. Todavía nadie se ha atrevido a decir nada aunque ambos nos hemos reconocido. Supongo que él tiene rabia. Lo mío es más vergüenza y remordimiento. Hugo, Sofía y Lisabeth; un hombre molesto y dos niñas inocentes. Michelle y James; una mujer arrepentida y un hombre esperanzado.

Pasan mil cosas por mi cabeza mientras espero respuesta. Mil y una cuestiones que deseo que  estén equivocadas. Lo único que debe cumplirse es que mi hermana va a estar bien y, a partir de ese momento, las dos arreglaremos todo lo malo que nos hemos hecho. ¡Madre mía! Me va a estallar la cabeza. No puedo más. Demasiados remordimiento y posibilidades.

-Oye, ¿crees que Adam estará bien?

Mejor empezar a distraerme o me va a dar algo y ahora mismo prefiero que toda la atención esté en Bambi.

-Amor, ¿cuántas veces se ha quedado solo con Charlie? Al final le va a querer más a él que a nosotros, ya verás. Nos abandonará para vivir con él

-Así me gusta, tranquilizándome.

Él suelta una pequeña carcajada que en mi rostro se refleja con una muy leve sonrisa. Entonces me viene un recuerdo de hace demasiado tiempo, un recuerdo de un época que creía olvidada.

-Lo siento, cariño, es que...

-James, ¿sabes de qué me he acordado?

-¿Qué?

-A Bambi le encantaba cantar y bailar cuando éramos pequeñas. A veces, cuando nuestra madre no estaba, poníamos música a todo volumen y las dos fingíamos que hacíamos un concierto. Eramos las mejores del mundo, claro. A veces, incluso hacíamos concursos para ver quién lo hacía mejor de las dos. Eran nuestros momentos favoritos. Nos lo pasábamos súper bien y así se lo contábamos a nuestra madre, pero después no dejábamos que nadie nos viera por vergüenza.

-Ya os imagino-ríe James.

Pero no es su carcajada la única que se escucha. ¡Hugo también! Le miro impresionada, no me esperaba eso. Al él percatarse de mi atenta mirada deja de reír, pero no aparta su mirada de mí. Su sonrisa tampoco ha desaparecido.

-Nos conocimos en un karaoke-explica-Parecía horrorizada con la idea de cantar delante de tanta gente, así que un tal Carlos subió con ella al escenario. Él no tenía vergüenza, el muy cabrón se acercó mucho y ella se animó tanto que acabó bailando con él. Movió las caderas de una manera... Quedé hipnotizado. Por eso mismo no pude hablarle en tres días, cada vez que la veía me quedaba mudo. Debió pensar que era idiota-ríe, sus mejillas están rosadas-Menos mal que estuvo ahí dos días más, el tiempo suficiente para que yo me rindiera a sus pies. Me dijo dónde vivía y yo lo dejé todo para ir ahí-la miro dubitativa-La conocí en su viaje de estudios a...

-A Andorra-recuerdo-Un pueblecito perdido de por ahí. Me dijo que había conocido a alguien increíble y ¡no me lo creo! ¿eras tú?-asiente-¡Vaya! Bendigo a Carlos. Mi hermana volvió más feliz que nunca de aquel viaje. Enamorada, sin duda, pero estaba tan convencida de que no te vería de nuevo que dijo que no valía la pena contarlo, que mejor llevarlo siempre como un sueño. ¡Y eras tú!

-Sí-sonríe-Ella es tan especial.

-Sí que lo es-sonrío-Ojalá no me hubiera perdido 17 años de su vida.

-Ojalá podamos solucionar eso.


Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora