Capítulo 73.

92 4 1
                                    

**Narra James**

ELLA SE RÍE DE MÍ. ELLA DICE QUE SOY UN EXAGERADO. ELLA DICE QUE ESTOY HISTÉRICO. ELLA DICE QUE DEBO RELAJARME.

¿OS PODÉIS CREER QUE ME HA AMENAZADO? ME HA DICHO QUE SI NO ME TRANQUILIZABA, ELLA IRÍA AL HOSPITAL CON CHARLES Y SERÍA ÉL QUIÉN PRESENCIARÍA EL PARTO DE MI HIJA. REPITO, EL DE MI HIJA. NO LA SUYA. LA MÍA.

NEIVA HARRISON EVANS VIENE AL MUNDO. HOY. HA LLEGADO EL DÍA. Y, COMO HA DICHO MICHELLE, SE PARECE MUCHO A SU HERMANO. ES TAN OPORTUNA COMO ÉL. LOS AMO, NO HAY MÁS. Solo tengo miedo de querer más a Neiva que a Adam.

Recuerdo una vez que me encontré a Michelle llorando. Una de tantas, pero esta vez fue diferente. Ella tenía y tiene miedo, estaba y está aterrada. Teme no querer a su hija tanto como ama a su hijo. ¡Pero eso es imposible! Una madre tiene la capacidad de amar a todos sus hijos por igual. Incluso si tuviera 20 hijos podría amarlos a todos por igual. Pero lo mío es diferente y es algo que nunca he querido decirle. Adam siempre ha sido como un hijo para mí. Le conocí cuando solo tenía dos días de vida y poco a poco me acerqué a él hasta el momento en el que me llamó papá. Esa fue mi perdición. Ahí prometí que siempre sería su papá. Eso jamás cambiaría pasara lo que pasara y siempre me daría igual que no tuviera mi sangre. Para mí siempre sería mi hijo. Y, no, eso no cambia ahora. Adam sigue siendo una de las personas más importantes de mi vida. Seguiría dando mi vida por él. Es mi hijo y siempre le querré. El problema es que Neiva sí es mi hija. Es mi hija de sangre. La conexión que va a haber entre nosotros es demasiado diferente. Demasiado especial. Demasiado estrecha. No quiero que mi hijo tenga celos de mi bebé. Igual que no quiero sentir más amor por uno que por otro. Quiero ser como su madre. Quiero quererles a los dos por igual. Yo sí que tengo miedo.

ESTOY ATERRADO. MUY MUY MUY ATERRADO. VEO A MI MUJER PASARLO MAL CADA TANTOS MINUTOS. AGUANTA EL DOLOR COMO PUEDE, PERO SE VE LO MUCHO QUE DUELE. A VECES, CUANDO LE TIENDO MI MANO, ELLA ME LA APRIETA DE TAL MANERA QUE ME VUELVE LOCO. ¿ES ESO LO QUE ELLA SIENTE? ¿ES MÁS? YO SOLO SÉ QUE LO SIENTO MUCHO POR ELLA. DARÍA LO QUE FUERA POR CAMBIARLO. DARÍA LO QUE FUERA POR PODER SER ELLA AHORA MISMO Y SUFRIR LO QUE ELLA SUFRE, PERO NO PUEDO.

ESTOY HISTÉRICO, AUNQUE INTENTO QUE NO SE ME NOTE. 

-James Harrison, te voy a matar. Te juro que cuando Neiva salga de aquí voy a ir en tu busca para poder estrangularte con mis propias manos. Esto me duele muchísimo, joder. Cabrón, hijo de puta, ¿en qué momento se me ocurrió esto? ¿No aprendí de Adam o qué? ¡Madre mía!

Y yo río.

Y RÍO PORQUE ESTOY NERVIOSO. RÍO PORQUE NO SÉ QUÉ MÁS HACER. 

-¡Ay, amor! Ya verás que en cuanto Neiva haya nacido, serás la mujer más feliz del mundo. Como lo fuiste con Adam.

-¡Tú no estabas cuando nació Adam! ¡Tú no sabes cómo me sentí! ¡Oh por Dios! Claro que me alegré-se pone a llorar-Mi Adam, mi dulce Adam. Tan inocente, tan imprescindible en mi vida. Creí que él sería toda mi vida y ahora le vamos a dar una hermana. ¿Te lo puedes creer?

-No, no puedo-respondo a media voz.

CLARO QUE NO PUEDO. AHORA MISMO SOLO AGRADEZCO HABER SIDO TAN CABEZOTA. NO SÉ POR QUÉ ME EMPEÑÉ EN HABLARLE. QUERER HABLAR A ALGUIEN TAN EXTRAÑO COMO LO ERA ELLA ES UNA PUTA LOCURA. Y YO LO HICE. Y NO SÉ POR QUÉ LO HICE, PERO DOY GRACIAS. AHORA MISMO ESTA MARAVILLOSA MUJER (LA MISMA QUE MIS AMIGOS ME ACONSEJARON DEJAR EN PAZ CUANDO LES CONTÉ LO RARA QUE ERA, COSA QUE ELLA NO DEBE DESCUBRIR JAMÁS) ME VA A DAR UNA HIJA. UNA BEBÉ QUE TENDRÁ UNA PARTE DE MÍ.

Y QUIERO QUE CONSTE QUE GRITO PORQUE ESTOY HISTÉRICO. MUY MUY NERVIOSO. A LO MEJOR NO TIENE SENTIDO QUE ESTO ME ENTUSIASME. A LO MEJOR SÍ. NO LO SÉ. ¡OH POR DIOS! VOY A SER PADRE.

Las contracciones son cada dos minutos. CADA DOS MINUTOS. Ha llegado el momento. Es ahora o nunca. MI BEBÉ VA A NACER AHORA.

La llevan a la sala de partos. A mí me hacen ponerme una bata antes de pasar. Estoy tan nervioso que tardo más de lo normal en ponérmela. Y cuando al fin entro me la encuentro en una camilla abierta de piernas ante un médico y tres enfermeras. Demasiada gente viéndola, ¿no?

Me pongo a su lado. Y ELLA ME APRIETA LA MANO DE NUEVO. OIGO GRITOS, SIENTO DOLOR Y ESCUCHO LAS PETICIONES. "EMPUJA, MICHELLE, EMPUJA" Y AL CABO DE UN RATO "QUEDA POCO" NI SIQUIERA ME DOY CUENTA DE CUÁNTO TIEMPO PASA HASTA QUE VIENE LO SIGUIENTE "YA LO TIENES, MICHELLE. ES UNA PRECIOSA NIÑA" El apretón disminuye. Cuando la miro a los ojos, los veo cristalizados. Ella está adormilada. Supongo que por el esfuerzo.

Enseguida le dan a nuestro bebé. A nuestra hija. A MI HIJA. Es preciosa. Sus ojos entrecerrados dejan entrever unos preciosos ojos verdes. Como los de su madre. Pero tiene mi nariz y mi boca. De verdad, ¿es muy raro que me fije en estas cosas?

Cuando quitan a mi niña de los brazos de su madre, me doy cuenta de que ella está dormida.

-¿Quiere coger a su hija?

¿QUÉ SI QUIERO COGERLA? ¡DIOS! ¿¡QUÉ SI QUIERO COGERLA!? ¡CLARO QUE QUIERO! VOY A TENER EN BRAZOS A MI HIJA.

Cuando la tengo entre mis brazos siento tanto emoción que casi me paraliza. Mi bebé. Es mi bebé. Mi pequeña Neiva Harrison. MI PEQUEÑA NEIVA HARRISON HA NACIDO. ESTÁ AQUÍ. MI HIJA. No puedo estar más emocionado. NO SE PUEDE ESTAR MÁS EMOCIONADO.

EMOCIONADO Y AGRADECIDO. AMO A MICHELLE EVANS CON TODO MI CORAZÓN, SIEMPRE LO HE HECHO, PERO ES QUE AHORA... AHORA LA QUIERO MÁS. MUCHO MÁS. ELLA ME HA DADO LO MEJOR QUE TENGO EN ESTA VIDA.

Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora