Sinopsis.

1K 24 3
                                    

Felicidad, euforia, emoción, éxtasis...

No puedo parar quieta ni un solo segundo. Estados de ánimo que me llevaban a la intranquilidad.

¿Se sentiría él igual? ¿Estaría él ahí dentro moviéndose de un lado a otro inventando un baile guiado por los nervios? ¿Se complementarían nuestros pasos en un mismo compás?

Y es que, lo que pensado en frío, encuentro la mejor decisión, ha llevado a este cantante de un asombroso talento hacia el estrellato. Ahora es su primer concierto en solitario, su momento de mostrarle al mundo que él realmente lo vale.

Un camino de dos direcciones me ha traído aquí. A la entrada del O2 Arena. Ha llegado el momento, al fin, después de meses de espera. Una fila enorme se contempla desde mi posición. No sabría decir cuánta gente se observaba en el horizonte. Tal vez centenares, tal vez miles. Muchísimas personas deseosas de vivir su mejor noche. Igual que yo. Igual que él.

Los nervios aumentan a cada segundo que pasa. Miro de un lado a otro sin saber qué hacer, dónde mirar, qué cara poner o cómo reaccionar. Todos a mi alrededor vienen en grupo o en pareja. Todos conversan y ríen. Yo no. Yo estoy sola. Yo no he venido con nadie. Y es que no conseguí que ninguna amiga viniera conmigo desde York. ¿Dónde está esa amiga que hace cualquier cosa por ti? Esa que te ayuda de forma irracional y recibe el mismo trato de tu parte. No lo entiendo. He viajado por medio mundo, ¿por qué no la encuentro? ¿Por qué al final no consigo conservar a nadie?

Suspiro una vez más concentrando mi vista en la pantalla. Mi madre no deja de preguntar por mi estado. Irónico, teniendo en cuenta que ni siquiera ella me ha acompañado hasta aquí. Pero, reconozco, comprendo su preocupación; es decir, es mi madre. Por decimoquinta vez le explico a mi madre que me encuentro de maravilla. Luego dirijo mi vista a una conversación con uno de los chicos con los que me llevo bien, uno de esos compañeros de clase que, sé, un día desaparecerá, pero que por el momento me hacen caso. Él me pregunta cómo me siento. Se emocionó con la idea de mi viaje cuando se lo conté y ahí sigue. Es el único que se preocupa mínimamente. El único que pregunta. Así que le contesto entusiasmada comentando cómo tengo los nervios a flor de piel, como mi danza es cada vez más evidente, como las mariposas de mis estómago revolotean sin cesar tan nerviosas como yo, sin saber cómo hacerlo y, por lo tanto, chocándose con cada obstáculo creándome a mí un maldito bienestar, un bendito infierno.

La fila empieza a moverse, avanzamos. Mis nervios aumenta. ¡Dios! Siento mi corazón en la garganta. Y sé que lo disfrutaré, sé que será mi mejor noche, sé que nada podrá compararse a esto. Y aun así no puedo estar tranquila. Supongo que por ser tan importante acontecimiento en mi vida.

En escasos minutos ya estoy ante la puerta. Antes de darme cuenta ya he entrado. Adelanto a las personas y consigo una ubicación bastante buena, podré verle bien, al menos.

A mi alrededor se oyen gritos incesantes, la tensión creada por los nervios y emociones puede sentirse en todo el lugar y, aunque quiero disfrutarlo, solo puedo sentir un dolor de cabeza brutal que de repente me ha atacado provocándome malestar aquella noche que debería ser perfecta. Dos pantallas gigantes muestran diferentes vídeos de vevo. A cada comienzo y final los gritos aumentan. ¿POR QUÉ? SOLO SON VÍDEOS. ¡VÍDEOS! NI QUE ÉL YA HUBIERA SALIDO A DELEITARNOS CON SU TALENTO.

La música consigue distraer mi dolor y lo agradezco, pero cada fin de canción es horrible. Solo puedo concentrarme en ello.

Y entonces ocurre. El revoloteo de las mariposas se hace más intenso. Mi corazón, el cual late a mil por hora, se encuentra situado en mi garganta. Mis manos sudan. Estoy de los nervios. Pero mi dolor de cabeza se ha ido. Porque está ahí. Él está ahí. Encima del escenario. Sonriendo, disfrutando, sintiéndose apoyado, feliz... Y me siento muy orgullosa y feliz por él. Eso es todo lo que importa. Porque todas mis sensaciones son maldición en plena bendición. Un adorado malestar.

Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora