Capítulo 37.

107 6 1
                                    

**Narra James**

Se remueve entre mis brazos. Llevamos demasiadas horas en la sala de espera. Ya es muy tarde. Le he pedido mil veces para irnos a un hotel cercano a pasar la noche, entiendo que no quiera ir a casa porque vivimos a 5 horas de camino en avión, pero al menos quería estar cómodo... No ha habido manera. Yo no consigo pegar ojo. Al menos ella ha podido encontrar la comodidad en mi pecho. Necesitaba dormirse, ha pasado demasiadas horas dando vueltas, preocupada y arrepentida, sufriendo. Ahora su rostro se muestra relajado, sonríe, está tranquila. Solo me da pena que eso vaya a acabar cuando despierte.

Alguien entra en la sala. Alzo la vista curioso. Es mi cuñado. Se había ido a dejar a las niñas con la abuela, creía que ya se quedaría ahí a pasar la noche, pero no lo ha hecho. ¡Qué estupidez! Si fuera mi Michi la que está ahí, yo tampoco me habría ido. Difícil habría sido que yo me separara lo más mínimo de ella.

-¿Hace mucho que duerme?-se sienta a mi lado.

-Media horita. Estaba llorando otra vez y ha caído rendida.

-Se culpa mucho-la mira-Sé que al principio yo tampoco he estado muy amable, pero... No sé, con lo que he visto y oído. Ahora veo a una hermana mayor muy dolida que no ha sabido llevarlo. Igual que en Bambi veo una hermana pequeña avergonzada que no sabe qué hacer. Y la una por la otra...

-Lo sé-asiento mientras le acaricio a ella el brazo-Yo sé que Michelle la quiere muchísimo, por eso le pedí que contactara con ella...-suspiro-La veía bloquearse cada vez que pensaba en aquello.

-Cuando Bambi se recupere tendríamos que montar una cena todos juntos. Un día en familia las animará bastante y las unirá un poco. Además, no sé tu chica, pero la mía no conoce a sus tíos ni primos, a veces se siente sola y yo me siento culpable, porque huyó conmigo.

-Michelle tampoco se habla con nadie. Cuando empezó a salir con Ethan, su exmarido, se concentró tanto en él que se olvidó de la familia. Al final se quedó sola, excepto por sus compañeros de trabajo, pero eso no eran amigos. Mi chica no ha tenido una vida fácil.

-Ni Bambi tampoco. Tan jóvenes y ya con una niña. Nos hemos tenido que dedicar a ella en todo momento. Y después vino su hermana. Lo bien que les hubiera ido estar juntas. Se hubieran animado muchísimo y se habrían hecho muchísima compañía.

-Puede ser, pero... Sonará egoísta, pero de haber sido así, me preguntó que habría sido de nosotros-entrelazo nuestros dedos-Cuando la conocí, ella estaba sola, no tenía a nadie más a parte de Adam. Se había metido en un cascarón del que no podía salir, necesitaba a alguien que la ayudara a salir de ahí y ese fui yo. De haber tenido a Bambi, cuando su ex murió, ella se habría mudado a Sligo para teneros cerca... Y yo ya no la habría conocido. Yo seguiría solo, esperando encontrar a alguien como ella.

-Y ella te esperaría a ti, James.

-¿Tú la has visto, Hugo?-suspiro-Ella habría encontrado pareja enseguida.

-¿Quién hubiera querido conquistar a una viuda con bebé? Cualquier tío en su sano juicio hubiera huido de eso.

-¿Quién hubiera huido de ella? Solo mírala.

-James, te lo digo como padre joven. Le hubiera costado encontrar alguien, sobretodo alguien como tú.

-Hugo, ¿por qué estamos tan moñas? ¿No se supone que tendríamos que hablar del partido de la semana pasada?

Los dos reímos.

-Ellas nos cambian. Y tener un ser querido en el hospital ablanda a cualquiera.

-Supongo que sí.

La mano de mi chica viaja hasta mi regazo. Un leve movimiento. Mi chica se ha despertado. Su rostro queda oculto entre sus manos, suspira. Después se coloca el pelo. Al fin nos mira. Sonríe. Sus mejillas se tornan rosadas.

-Hola-susurra-¿hay noticias?-negamos-¿cuánto he dormido?

-Una hora nada más. Tendrías que dormir un poco más.

-¿Tú has dormido?

-No estoy cansado.

-¿Qué no estás cansado?-me acaricia el rostro y suspira-¿por qué no lo intentas? Pon tu cabeza en mi pecho para estar más cómodo.

Niego sonriente.

-No hace falta, mi vida.

-¿Por qué no? Lo necesitas.

-Le da vergüenza, aquí en medio, Michelle-comenta mi cuñado.

-¿Enserio, James?-ríe-Venga.

Con fuerza (que no sé de dónde la saca) me acomoda encima suyo. La verdad es que tener mi cabeza en su pecho es tremendamente cómodo. Mis ojos se cierran solos.

-¡Mira que cara de tonto! ¡Anda que no es listo ni nada!

Eso lo oigo en susurro.  La carcajada que le sigue se oye floja. Y lo que viene después ya ni lo oigo. El sonido ha desaparecido. Y yo me sumo en la inconsciencia.

***

Me mueven de un lado a otro. Movimiento brusco tras otro. Poco a poco me percato más de lo que hay a mi alrededor. Al final, casi obligado, abro los ojos. Veo a mi Michi intentando quitarme de encima. Le ahorro el trabajo. Ella sale corriendo. 

Me he perdido. ¿Qué pasa? Me quedo embobado, ¡alucinado!, mirando hacia donde ella se ha ido.

-Ha despertado.

Me giro a mi derecha. Ahí está Hugo. Emocionado como un niño pequeño. Con los ojos cristalizados por la emoción acumulada.

-¿Cómo está?

-Perfecta, ¿cómo no? Lo primero que ha hecho es preguntarme cuándo nos iremos a casa. Quiere hacer la maleta e irse de viaje a algún país muy soleado.

Reímos.

-Es fuerte.

-¿Bambi? No lo sabes tú bien.

-¿Te han dicho cuánto tiempo ha de quedarse?

-Si todo sigue así, esta tarde ya podrá irse. Dos días en reposo y después ya hasta que se le cure la pierna rota.

-Eso son buenas noticias.

-Ni lo dudes.

-Me alegro muchísimo

-Gracias.

Me levanto. Voy hacia la sala donde se encuentra mi cuñada. No llego a entrar, solo me asomo para ver cómo va. Mi chica se ha tumbado junto a su hermana y la abraza mientras las dos ríen. Justo lo que esperaba. Justo lo que no tendrían que haber dejado de ser jamás. Dos hermanas unidas que se quieren incondicionalmente. Bambi y Michelle. Haré lo posible para que no vuelvan a separarse.

Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora