Capítulo 5.

193 10 0
                                    

-¿Cómo se hace eso de tener amigos?

A pesar de tirarme toda la noche en vela, hay dudas que no he logrado resolver. Es decir, sé lo que es tener un amigo, yo tuve hace años, pero ¿cómo había llegado a hacerlos?

De pequeña es muy fácil. Suele ser en un parque o en el recreo, te acercas a una niña o a un niño y le preguntas si tú también puedes jugar. Su afirmación hace que pases ese tiempo con ella/él e, irremediablemente, a ese encuentro se le suman más. Con el paso de los años ya no juegas, hablas y para cuando quieres darte cuenta ya has entablado una amistad aparentemente indestructible... Hasta que se destruye.

Y es que la relación con Ethan Aldridge no había conseguido más que hacerme una antisocial. Empecé a callarme las cosas. Empecé a quedar única y exclusivamente con las personas que él aceptaba. Lo peor es que lo hacía de forma inconsciente. Pensaba que todo se debía a un cambio mío, ¡hay personas que son reservadas! Pero yo no era así y tampoco quise verlo. Alejé a la única persona cercana a mí y jamás he logrado recuperarla. Porque desde que me separé de Ethan me ha dado vergüenza volver. Ahora que me he dado cuenta de lo que fui y de lo que soy ahora, me doy mucha vergüenza y pena, sobretodo pena. Y lo que más me duele es haberle dicho cosas tan feas el último día que supe de ella. Ni siquiera se lo dije a la cara. No sé si porque fui una cobarde o porque, muy en el fondo, sabía que no sentía lo que estaba diciendo en ese momento.

También hice amigos en mi adolescencia. Empiezas a hablar un día por aburrimiento y acabas siendo inseparable... Hasta que te separas.

¿Hay más amigos? Supongo que sí, pero eso ya no lo experimenté. Mi marido lo absorbió todo.

¿Cómo se hacen estos amigos? Si no puedes decirle a alguien en el parque que quieres jugar con él o si no tienes la excusa de las clases para iniciar una conversación que derive a tu vida, ¿cómo se hace esto?

Supongo que es toda esta historia la que me ha conducido hasta el hospital en busca de mi única amiga. Es decir, a ella la conocí por el nacimiento de mi hijo y fue ella quien inició la conversación. Además, es una chica, es más fácil. ¿Se puede ser amiga de un hombre?

-¿Qué dices Michelle? ¿Qué clase de pregunta es esa?-me dice mientras se pone su uniforme.

La he pillado justo cuando entraba en su turno. Mucho es que me esté haciendo este hueco.

-No sé cómo se hace, Bridget. Y voy enserio. No hago amigos desde los 16 años y ya hace 12 años de eso... 

Me revuelvo el pelo frustrada. Miro a mi hijo con tal de poder tranquilizarme.

-No te alteres, cariño. ¿Preguntas por el chico nuevo? ¿Cómo era... James?

-Sí, es que... Mi matrimonio fue complicado, se me hace difícil confiar en los hombres. Además, ¿qué le importa a él mi vida? No puedo simplemente tocar y decirle todo lo que he vivido.

-¿Por qué no? ¿Acaso no entré yo un día llorando y acabé contándote la ruptura con mi novio mientras acunaba a Adam?

-Es diferente...

-¿Por qué?

-Me cuesta muchísimo confiar en la gente y no sé qué tengo que todos confían en mí.

-Si no aprendes a confiar acabarás amargándote sin tener a alguien al lado.

-Siempre te tendré a ti. 

-Pero yo tengo vida, Michelle. Ahora tengo que ir a trabajar y también tengo familia y otros amigos. Puedo quedar contigo siempre que quieras y ayudarte con el pequeño Adam... Pero, cariño, no soy 100% para ti.

Destinos cruzados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora