El útlimo beso

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El ultimo beso

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Era el último día en Cádiz. Les esperaba un viaje largo de más de 12 horas en coche. Pero como María no iba a conducir, ya que aún no tenía el carnet se fue a dar un paseo. Pensó que ya podría descansar en el coche. Ya había preparado su maleta y tenía unas horas libres. Eran las 9 de la mañana y todos dormían. Dejó una nota en la nevera y salió por la puerta. De camino al centro llamó a Berta, su amiga, y quedaron para verse ese mismo fin de semana. Luego llamó a Jessica, su otra amiga, y se quedó hablando un rato con ella. Hablar con Jessica era fácil pero aun así María no le contó nada, aunque sabía que pronto debía decirles algo, porque cuando la vieran en persona, notarían en su cara que ya no era virgen. Claro que nunca contaría como fue ni con quien, sería algo que se guardaría siempre para ella ya que por una parte incluso le avergonzaba. Debía inventarse una historia.

Cuando llegó a la plaza se sentó en la terraza de un bar y se pidió un granizado de fresa. Sacó el móvil y se puso a mirar su perfil de Instagram. No era muy activa en las redes sociales pero después de tantos días sin decir nada le apetecía publicar una foto. Se puso la cañita del granizado en los labios, hizo ver que sorbía y se sacó un selfie que después de añadirle el filtro "Reyes" publicó bajo la frase:

"Todo tiene su final y hoy es como si fuese el último beso. Adiós Cádiz, siempre te recordaré. "

45 minutos después se levantó y hechó a andar por calles que días atrás había paseado con sus hermanos y sus amigos, con Nacho y con Rubén. Intentó retener todo en su cabeza. Cada lugar, cada rincón, cada ladrillo... no quería olvidar nada de ese viaje. Y se prometió volver algún día. Este lugar tendría un rincón especial en su corazón, siempre.

En la casa, Sergio se había despertado y había leído la nota de María. Le envió un WhatsApp y cuando ella le dijo que volvería pronto se puso a hacer la maleta. Damián se vistió para ir a despedirse de Saray. Damian y Saray habían congeniado muy bien. Se habían enamorado y aunque por el momento no podían estar juntos ya que Damián tenía su trabajo en Barcelona y ella aquí en Cádiz, quedaron en verse al menos una vez al mes y se dijeron que pronto uno de ellos lo dejaría todo para seguir con su amor juntos. Damian medía 1.80, tenía los ojos casi negros, el pelo muy oscuro y corto. Tenía buen cuerpo. Aunque le asomaba una pequeña barriga cervecera. Trabajaba en una oficina como personal de Recursos Humanos. Vivía en un piso en Barcelona en la calle "Fontanella" cerca de "Plaza Urquinaona" que compartía con Fran. Fran había estado un par de noches con Lorena, la amiga de Saray, pero la cosa no había cuajado así que ni siquiera se molestó en despedirse de ella. Se despertó, preparó su maleta y se bajó al sofá a ver la televisión hasta que todos estuvieran listos para marcharse.

María paró en un supermercado a comprar provisiones para el viaje. Compró patatas, cocacolas, agua, chuches, sandwiches de pollo, de cangrejo y de atún, y se compró un libro para leer por el camino "Mi Isla, de Elisabeth Benavent". Ya había leído algún libro de ella y le habían encantado.

Rubén se despertó, llamó a Trini y quedaron para echar el último revolcón antes de despedirse hasta navidad. No tenían una relación pero mientras los dos estuvieran solteros sabían que se tenían el uno al otro, eran eso que algunos llaman "folloamigos". Nacho se despertó y pasó junto a la habitación de María y al ver la cama hecha y no verla por la casa le preguntó a Sergio por ella.

— Dice que ha salido al pueblo, no tardará en llegar.—

Nacho, que necesitaba hablar con ella a solas, que necesitaba aclarar ciertas cosas se fue en busca de ella. Esta era su última oportunidad antes de volver a Barcelona y empezar con sus vidas de siempre.

En la cama de María - Trilogía María parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora