En la cama de María - Trilogía María parte 1

Entre Barcelona y Almería

En Barcelona Nacho estaba tumbado en el sofá haciendo zapping en la televisión sin prestarle apenas atención. Su cabeza estaba con María y desde que sabía que se había ido no conseguía quitársela de la cabeza. Julia que estaba embarazada de 4 meses y empezaba a estar muy cansada dormía desde hacía un par de horas a pesar de ser solo las 11 de la noche. El móvil de Nacho sonó y sin siquiera mirar quien era lo cogió.

- Nacho ... - María dijo su nombre entre llantos. Nacho se incorporó de golpe, se quitó el móvil de la oreja y miró, si, era María, no estaba ni loco ni soñando. Volvió a ponerse el teléfono en la oreja y la escuchó llorar.

- María ¿Qué te pasa?

- La he cagado, la he cagado tanto... - Nacho se moría por abrazarla y consolarla, sentía como su respiración cada vez era más fuerte. Le estaba costando respirar.

- María ¿Dónde estás? - Ella miró alrededor y no entendía porque se tenía que haber ido tan lejos por un berrinche de niña. Esta vez se había pasado.

- Estoy lejos Nacho. Muy lejos - No dejaba de llorar y a Nacho se le rompía el corazón.

- Vuelve, todo se arreglará - Nacho se moría de ganas de coger el coche e ir a buscarla, aunque eso significase tardar 8, 10 o 12 horas, le daba igual, solo quería correr tras ella, cogerla y no soltarla nunca más. Desde que Pablo les había contado que estaba por Almería no pensaba en otra cosa que en ir a buscarla.

- ¿El que Nacho? Ella está embarazada, todos creen que me quieres como una hermana, jamás podríamos estar juntos, jamás...

- ¿Eso es lo que quieres, que estemos juntos? - Nacho, que aunque ella en una ocasión le dijo que le quería distinto nunca imaginó que ella en el fondo le amaba. Nunca había llegado a pensar que ella en realidad quería esto, estar con él fuese como fuese, si no, hubiera luchado con uñas y dientes aunque ella le hubiera dicho que la olvidase, porque hubiera sabido que hablaba el miedo y no su corazón.

- ¿Acaso importa lo que yo quiera? - María se levantó y empezó a caminar en las oscuras calles mientras lloraba y hablaba con Nacho.

- A mi me importa.

- Mentira... haber luchado, que te dije una sola vez que me olvidaras y lo hiciste.

- Jamás te he olvidado enana - Y no sabía que me querías de verdad, pensó.

- ¿Sabes Nacho? Que te den - Y María que ahora estaba triste y enfadada le colgó. Nacho la llamó, pero ella no le cogió el teléfono.

Nacho furioso tiró el móvil contra la pared, el ruido despertó a Julia que apareció en el salón y se quedó mirando a un Nacho lleno de rabia. Julia se asustó y él la miró, vio como se tocaba la barriga asustada y la miró luego a los ojos.

- Julia, quiero a ese bebé y juro que voy a ser un buen padre pero no puedo estar contigo. No puedo engañarte mas ni engañarme a mí mismo. Mi corazón no te pertenece. Puedes quedarte aquí, en mi casa, pero yo me voy.

Julia se quedó sin aire. No entendía nada, le temblaron las piernas y se apoyó en la mesa antes de caerse. Nacho se acercó y cuando fue a ayudarla ésta le pegó un bofetón en la cara. Nacho que sabía que se lo merecía no dijo nada. Solo la miró un momento, cogió su móvil, las llaves de casa y salió por la puerta con una camiseta en la mano que se puso en el ascensor. Julia se quedó sola, destrozada y llorando. No entendía qué había pasado. Se tocó la barriga y le dijo que todo iba a salir bien. "Tranquilo bebé, papá solo necesita tiempo".

Nacho se subió al coche y dio puñetazos al volante. Estaba furioso. María tenía razón ¿Porque cojones no había ido tras ella? Volvió a llamarla pero esta vez María ni lo escuchó.