En la cama de María - Trilogía María parte 1

Dani y Diego

Dani se había criado con una familia muy acomodada en Girona. Sus padres eran de Almería, donde su abuelo tenía la casa que después él heredaría. Sus padres murieron cuando él era joven y él y su hermana se habían ido a vivir con su abuelo. Luego su hermana enfermó y murió. Dani era valiente, guapo, sexy, amigable, simpático, sincero, pero a la vez tenía, por culpa de las muertes que rodeaban su vida, un temperamento que no sabía gestionar. Cuando más a gusto se sentía con alguien mas imbécil era con esa persona, lo era hasta que al final su corazón ganaba la batalla a su cabeza y conseguía ser la persona que quería ser, lo malo es que muchas veces, llegados a ese punto, esa persona ya se había alejado de su vida. Conoció a Diego en una fiesta que él mismo dio en su casa, acabaron compartiendo una mujer y de ahí se hicieron grandes amigos. Diego estaba solo en ese pueblo y él le dio un lugar en su enorme casa y a cambio él tenía compañía.

El día que Dani encontró a María pensó que estaba haciendo una buena acción ayudando a esa chica. Venía de visitar a la chica que habían violado y que él había dejado morir a su violador, que acababa de tener un bebé y él no se lo quería perder tras haber recibido la llamada de ella anunciándole la buena nueva. Salió del hospital y se sentía como ahogándose, ver a esa chica le había hecho recordar lo que había hecho meses atrás. No se arrepentía que haber dejado morir a ese hijo de puta, pero sabía que no estaba bien jugar a ser dios y por un intento de que el Karma se fuera equilibrando, decidió ayudar a María. María durmió casi todo el trayecto y él la estuvo mirando mucho rato. Incluso cuando paró en la gasolinera, se quedó como que 15 minutos observándola. Se sintió extrañamente atraído por ella, pero ahí quedó todo, hasta que al final, acabó siendo un gilipollas con ella, por no saber dejar que su corazón mandara a su cabeza.

Diego venía de una familia de clase baja-media, donde cada recompensa venía a través de mucho sacrificio. Él desde pequeño había querido ser bombero y al final lo fue. Llegó a Almería y por casualidad, mientras estaba en un bar tomando unas copas con un par de compañeros de trabajo, Dani entró e invitó a Fernando, compañero de Diego a la fiesta y mirando a los compañeros de Fer, les dijo que todos estaban invitados, Diego pensó que sería divertido y aceptó. Esa noche Diego conoció a Valeria, y se la folló en una de las habitaciones de Dani y él que pasaba por ahí lo escuchó y guiado por el morbo, abrió la puerta y los vio. Valeria repleta de placer le sonrió y Dani se acercó, Diego no puso impedimento y acabaron los dos compartiendo a Valeria. Y sin darse cuenta eso acabó siendo un ritual entre ellos dos en cada fiesta que Dani celebraba, que solía ser casi cada fin de semana. Al final, 5 meses después, ya eran amigos inseparables y como Diego vivía solo en un pequeño piso en el centro del pueblo, le ofreció vivir ahí con él. Dani le dijo que no tenía que pagar nada de la casa, que todos los gastos como agua, luz, etc, se quitaban de una cuenta que no era ni suya, sino de su abuelo y que ni él tenía acceso, que había dejado en su testamento que se fuera pagando siempre ahí todo lo de la casa, a cambio él jamás podría vender la casa, y que solo tenían que preocuparse de la comida, así que Diego aceptó y entre los dos se encargaban de que la nevera nunca estuviera vacía.

El día que Diego conoció a María no sintió nada. Solo vio una chica guapa, sexy y muy apetitosa y disfrutó con ella cada momento que pudo. Pero el día de la fiesta a la que vinieron su hermano, Nacho y Rubén, al verla hablar con ese tal Nacho del que ella tanto había hablado, sintió algo extraño y tras pasarse la noche en vela pensando que era lo que había sentido, cayó en la cuenta de que esa niña le gustaba de verdad.

Cuando Adrián se enamoró de ella, Dani y Diego, sin decir nada a nadie, sintieron celos. Sabían que eso, al final lo acabaría jodiendo todo y antes de que fuera María quien pudiera hacerles daño decidieron alejarse. La querían, se habían enamorado de ella y por muchas tías a las que se follaran no se la quitaban de la cabeza.