Decisiones que lo cambian todo

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María llamó a Pablo en cuanto salió del hotel.

- Hola ¿Que haces? - Pablo se desperezó.

- Estaba durmiendo... ¿Qué... que hora es?

- Las 8 hermanito.

- ¿Y porqué estás tan feliz?- Pablo se frotó los ojos.

- Luego te cuento - Colgó. Pablo se quedó mirando el móvil sin entender nada.

María cogió el metro y en 15 minutos se había plantado delante de casa de Pablo y volvió a llamarlo.

- María... como me vuelvas a colgar te la cargas.

- ¿Sigues en casa? - María se estaba divirtiendo.

- ¿Dónde quieres que me vaya?

- Genial, abre la puerta.

- ¿Que?

- Que abras la puerta Pablo - Pablo se levantó de la cama, fue hasta la puerta principal y la abrió encontrándose ahí a María. Abrazó a su hermana, la llenó de besos y María por fin, después de días se sintió completa. Tenía a Nacho y tenía a Pablo... Lo tenía todo.

- ¿Cuando has venido? Estás preciosa con el pelo así enana- Pablo siempre se fijaba en todo.

- Gracias. Anoche.

- ¿Anoche? ¿Y porque no me has llamado? ¿Dónde has dormido?

- Ay hermanito, déjate de tantas preguntas y dime... que me tienes preparado para mañana - María intentó esquivar todas esas preguntas, no podía decirle nada, no sin el respaldo de Nacho. Estaban los dos sentados en el sofá.

- ¿Mañana, que pasa mañana? - Pablo bromeó. Jamás podría olvidarse del cumpleaños de María.

- No hagas eso, todos los años me lo haces y todos los años me sienta fatal. Se que no te vas a olvidar pero me jode - Pablo se reía.

- No sabía que ibas a venir y mi "fiesta" era en casa de Dani... había hablado con él, y con Adrián y Diego - María se quedó sorprendida.

- ¿Cuando?

- Hace una semana que lo estamos preparando. ¿No te han dicho nada cuando te ibas?

- Bueno, me he ido así un poco de sopetón - Pablo y María siguieron charlando.

- Pues es raro que no me llamaran diciendo nada, luego les llamaré y a ver cómo lo solucionamos, porque mi niña favorita no puede quedarse sin fiesta - María se fue a levantar del sofá y Pablo la cogió y los dos se tumbaron - Tu no te vas de aquí enana. Cuéntame de una vez que te traes entre manos, o te traías con esos chicos - María miró a Pablo fijamente y este le sonreía. Pablo tenía la capacidad de hacer feliz a María con solo su sonrisa, ese había sido siempre su superpoder.

- Me acosté con los tres - Pablo se quedó callado, mirando a su hermana como quien ve un fantasma. María se asustó al ver la cara de su hermano así que se echó a reír y le dijo que era broma. Pablo respiró hondo y le empezó a hacer cosquillas por mentirosa. María ya no tenía tan claro que contarle lo de Nacho fuera buena idea.

Más tarde ella y Pablo salieron a comer, llamaron a Sergio y quedaron con él. Con ellos María se sentía extrañamente bien, siempre había sido así, ellos habían sido más sus padres que sus padres propios, y no es que sus padres fueran malos o tuvieran mala relación, al contrario, siempre habían sido una familia muy unida, pero sus hermanos habían sido su apoyo incondicional en cada una de las situaciones de su vida. Incluso cuando le vino la regla por primera vez fue a Pablo a quien avisó.

En la cama de María - Trilogía María parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora