Más Fuerte Que El Destino

En camino

Max pasa por mí a las 7, iremos a cenar a un restaurante, no me eh quitado el vestido para nada, solo quería que a Max le gustara y me enfurecí cuando se preocupó más por quién me veía que por mi, pero con lo que le dije parece que se sintió seguro.

Estoy en su camioneta, como siempre toma mi mano y me sonríe, este fin de semana Max irá a hablar con Javier, quiero que me vuelva a besar como antes, ya casi no me besa así, dice que siente que pierde el control.

Aparca la camioneta, se baja y me habré la puerta, camino al restaurante de su mano, es un nuevo restaurante, no había venido, se ve demasiado elegante.

Max me agarra de la cintura y veo que es porque hay algunos hombres viéndonos, no me gusta que Max se sienta inseguro, me acerco y le doy un beso en los labios.

Hice bien, veo cómo su seguridad aumenta, nos sentamos en una mesa y llega un mesero a pedir la orden.

La cena ha estado muy elegante, Max me pidió vino para celebrar, le dije que yo no tomaba, le conté mi experiencia de la primera ve que tome en una pijamada y no salió nada bien.

El me dijo que cuidaría que no hiciera ni una tontería pero que tenía que celebrar.

Bueno, acepte, confió en Max.

El vino sabe muy rico sin pensarlo ya eh tomado tres copas.

Salimos del restaurante y estoy demasiado alegre, el vino me ha puesto así.

-parece que si te afecta- dice Max ríendo.

No he parado de reír por cualquier cosa.

-vamos a nuestro lugar Max- hemos ido un par de veces ahí y platicamos muy agusto.

Llegamos y nos bajamos, es un lugar muy tranquilo, me encanta este lugar, miro a Max y veo cómo me mira las piernas, rápidamente desvía la mirada, pero yo quiero sentir su mirada.

- yo quiero que me mires- dije acercándome a él y abrazándolo, -me deje el vestido porque solo quiero que tú me mires- este estado me tiene muy atrevida pero no me importa.

-no quiero que pienses que soy un pervertido- dice Max sonriendo.

-yo sé que eres un pervertido- digo dándole un beso en los labios.

Max se sienta en el suelo como siempre que vamos.

-ven linda, siéntate conmigo- dice indicando aún lado suyo.

-no, yo quiero que me mires- digo riéndome, sabía que no debía tomar vino.

- no juegues Gis, ven, vamos a platicar- dice y me agarra la mano para sentarme pero yo la apartó.

-no, yo quiero que me mires- digo con una sonrisa de pervertida.

-ya te estoy mirando- dice Max riendo.

-pero aquí- digo y empiezo a tocarme las piernas, el me mira dónde quiero, veo cómo se remueve incomodo. -también aquí- digo dando la vuelta empiezo a agarrarme el culo.

- no hagas eso Gisell- Max tiene la voz muy ronca, noto que eso pasa cuando se excita y eso me excita más.

Me acerco a él y agarro su mano y la pasó por mis piernas.

-quiero que me acaricies- suelto su mano y Max la sigue moviendo por mis piernas, toca mi muslo y me estremece.

Entonces hago algo que si estuviera en mis cinco sentidos jamás lo habría hecho.