Un amigo en quien confiar

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Me quedo helada con lo que acaba de pasar, Max acaba de decirle a Henry que es un pendejo por creer que yo lo quiero y luego me besó frente a él.

No sé cómo sentirme, eh tratado de portarme mal con Henry para que el me deje, pero Thomas me manda mensajes diciéndome que lo trate bien.

Creo que ya descubrí por donde me está espiando, el otro día mientras limpiaba el departamento encontré un pequeño micrófono, seguro que debe de haber más, eh tratado de buscar más pero no los encuentro, por lo pronto ya sé dónde no hablar.

Bueno pasando al tema de Henry, está enojadisimo, me empieza gritar cosas muy feas y yo exploto, no estoy de humor para aguantarlo, es un amargado total, no sé cómo me pudo gustar por tantos años.

-¡entiende Henry! Si no estoy con él es porque no quiero, tú me gustas, pero te lo juro que me estás colmando la paciencia, yo trato de dar lo mejor por esta relación pero contigo no se puede- digo furiosa en cuanto Max se va.

-tú eres la que no se esfuerza- dice molesto.

-¡claro que me esfuerzo!- yo digo más furiosa.

-entonces bésame, demuéstrame que de verdad te interesa la relación- dice desafiándome, tengo que hacerlo, no hay manera, Thomas no me deja en paz, me mensajea en cada momento recordándome todo lo que debo de hacer.

Yo no me acerco pero Henry si entonces el me besa, trato de seguirle el beso pero no puedo, vuelvo a mover mis labios con los suyos pero siento horrible, yo necesito los labios de Max.

-¿ves? Si me interesa esta relación- digo cortando el beso, Henry me ve muy raro, se ve inconforme, yo sé que esperaba otra clase de beso pero yo no puedo, -¿puedes llevarme a mi departamento?- digo hablando ya más normal.

-claro- todo con Henry es aburrido, casi nunca habla, si hablamos es porque yo saco la platica, pocas veces me dice cosas bonitas pero no siento nada, es horrible estar con el, está amargando mi vida.

El me lleva a mi departamento y ahí me quedo toda la tarde, cuando ya está apunto de anochecer tocan a mi puerta.

-¡¿quién?!- gritó desde adentro, no quiero que Max vuelva a aparecer por aquí.

-¡soy Nic!- le abro la puerta y se ve muy serio.

-¿qué pasa Nic?- preguntó algo preocupada.

-necesitamos hablar- dice muy serio, espero que no diga nada, por aquí hay micrófonos.

-está bien, vamos a cenar algo, muero de hambre- salimos del departamento y me doy cuenta de que tiene su moto, me da miedo subirme con el, siempre maneja a toda velocidad, siempre lo regaño pero no entiende.

-¿qué esperas? Sube- esto de verdad da miedo.

-no me subiré, tú manejas muy rápido- me cruzo de brazos.

-manejare lento pero sube ya- me subo tras el y él le empieza a dar, le da muy fuerte dijo que le daría despacio, siempre me engaña.

Llagamos a una cafetería, es un lugar muy privado, parece que sí tiene mucho de qué hablar.

Después de regañarlo por la velocidad nos pasamos adentro, tomamos una mesa muy apartada para hablar bien.

-¿qué quieres comer?- me pregunta Nic.

-nada, solo quiero un café-

-dijiste que tenías hambre- maldicion, me quedo callada.

-se me quito el hambre- digo muy natural.

-ahora dime a qué se deben todas tus mentiras, a eso vengo, estoy preocupado por ti Gisell, y te exijo que me cuentes todo, tal ves pueda ayudarte- me agarra la mano y se me hace un nudo en la garganta, apenas que ya estaba dejando de llorar.

Más Fuerte Que El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora