Un buen mañanero

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Siento algo en mi espalda, me gusta esa sensación, estoy boca abajo, abro un ojo e inmediatamente se me cruza lo que pasó anoche, ya es de día, estoy en la suite del hotel, ayer perdí mi virginidad, fue tan maravillosa la noche anterior, me dolió horrible, pero hacerlo con Max lo hizo tolerable.

Lo volvería a hacer sin dudarlo, cuando dejo de doler se sintió tan bien, era como un dolor placentero, vuelvo a abrir los ojos, y siento que Max me besa mi espalda, si amaneciera así todos los días jamás volvería a despertar de mal humor.

Me doy la vuelta y Max me ve con una sonrisa a la que yo respondo igual, me tapo el cuerpo con las sabanas ya no me siento con la confianza de anoche como para que me vea.

-buenos días- dice Max y me besa en los labios.

-buenos días- a la hora de moverme me duele un poco mi parte intima, me siento rara.

-¿cómo te sientes?- pregunta Max acariciandome la mejilla.

-muy rara- suelto una risa, creo que jamás había amanecido de mejor manera -pero muy feliz-

-¿te gustó lo de anoche?- me dice alzando las cejas.

-un poco-

-¿un poco? ¿Estás bromeando?- yo suelto una risa.

-bueno lo admito, fue maravilloso- Max me mira de una forma que me encanta.

-lo fue, y lo puede seguir siendo- yo suelto una carcajada, jamás había despertado de tan buen humor.

-tal ves después de desayunar, muero de hambre- Max se ríe un poco.

-yo también-

-en lo que voy al baño tu pide el servicio a cuarto- me levanto y me enredó con una sabana, Max trata de quitármela pero no lo dejo, miro a la cama y me avergüenzo de inmediato, hay una mancha de sangre, Max la ve y me dice que es normal, yo sé que es normal pero aún me da vergüenza, me meto al baño y me miró al espejo.

Tengo mi pelo horrible, tengo todo el rímel regado, jamás me había visto tan horrible, me muero de la vergüenza de que Max me haya visto así, me lavo la cara hasta quedar limpia, trato de acomodar mi pelo y bueno así estoy mejor, veo pasta de dientes en el baño y me lavo la boca.

Ahora me miro el cuerpo, me siento muy rara, me veo diferente, es como si algo hubiera cambiado en mi, eso me gusta, veo una bata de baño y me la pongo.

Salgo del baño y Max ya se puso sus bóxer, el está acostado viendo la tele, sonríe cuando me ve salir, me acerco a él y me acuesto.

-anoche te quedaste dormida muy pronto nena, Dany te llamo y le dije que se nos haría tarde en la fiesta y que nos quedaríamos con mi abuela- demonios, de seguro Dany se preocupo por qué no llegaba, que mala amiga soy.

-pásame mi iPhone por favor- Max me lo da y me bajó de mi nube, hoy es viernes ¡había olvidado la universidad! -Max no fuimos a la universidad- como pude olvidar eso, Dios Max hace que me olvide de todo.

-no pasara nada por un día que faltemos, y eso significa que tenemos toda la mañana para nosotros- bueno, no tiene caso que me preocupe, prefiero más pasar este momento con Max.

-ven este fin de semana a mi casa- Max tiene tiempo sin ir a mi casa, y después de esto ya no me quiero separar de el.

-si es lo que quieres lo haré, pero el próximo iremos con mi mama- me gusta la idea.

-me parece perfecto- tocan la puerta y Max se levanta y llega el desayuno, encargó mucho, en cuanto paga nos ponemos a desayunar, los dos estábamos hambrientos.

Más Fuerte Que El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora