Día 10

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No me considero una persona de mañana, cada vez que me levanto pasa al menos una hora antes de que quiera hablar con la gente. Por eso cuando abrí mis ojos y vi a alguien a mi lado de la cama, mi acto reflejo fue pegarle una piña. Resulta que mi padre dejó entrar a Max a casa y le dijo que si quería podía intentar levantarme.

No sabía como disculparme, hasta que entré en razón y me di cuenta que no traía puesto pijama. Estaba en ropa interior y con mi remera favorita. Me hirvieron los cachetes.

"Realmente lo siento, pero no podía despertarte. Ahora entiendo la advertencia de tu padre: cuidado porque muerde".

Lo miré con cara de pocos amigos y le dije, "mi hermana esta en la habitación de al lado, porqué no intentas despertarla a ella también. Tal vez te caiga mejor, ella no muerde".

No fue mi intención ser tan amarga, pero tenía sueño, estaba semi desnuda, y tenía sueño.

"No creo que te hayas dado cuenta, pero prefiero un par de mordeduras. De todos modos, habíamos quedado en que iríamos a la facu juntos".

"Juntos sí, no el tipo de juntos en que te acuestas en mi cama, sin mi permiso. Por si no lo notaste, no soy una persona mañanera. Y por si fuera poco, estoy en pelotas, agradecería que fueras abajo y prepararás el desayuno".

Acto seguido se fue, esto era el colmo. Para mi disgusto, el día recién empezaba.

Cuando bajé estaba más tranquila, y Max estaba al lado de Sam, muy compenetrados discutiendo qué era mejor: si las zucaritas o los trix. No se cómo adivinó que mi desayuno eran aritos de miel y leche, pero estaba contenta de que lo haya preparado como a mi me gusta. Muchos aritos y solo la cantidad necesaria de leche.

Cuando nos fuimos de casa volvió a tomarme de la mano, y en las 15 cuadras que nos separaban de la facu no emitimos sonido. Era lindo sentirse cómoda estando en silencio con alguien. No recuerdo la última vez que me pasó.

Después de lo que pareció la clase más larga de la historia, me invito a pasar el día juntos. Ya tenía los deberes adelantados, por lo que no me pareció mala idea acceder. Fuimos a la plaza, yo había llevado el libro problemático, y él su skate. Por lo que tampoco hablamos mucho.
Entrada la tarde fuimos para su casa. Sus padres no estaban, porque estaban en el hospital, y su hermanito estaba en casa de un amigo y pasaría allí la noche. Ante los nervios llamé a mamá, ya se que suena idiota pero no tenía alternativa. Me dijo que no había problema, que Max había hablado con ella por la mañana y que estaba de acuerdo en que pasara allí la noche. Mi vista se nubló y se me cayó el celular al suelo.

¿EN QUÉ MOMENTO PASÓ ESTO?

Max se debe haber dado cuenta, porque tomó mi celular y dijo que después la llamaría. Lo noté pálido.

"Por favor no te asustes, no pienso raptarte ni mucho menos hacer algo que no quieras. Pero me pareció una buena idea invitarte a ver alguna serie o películas, y no me parece que sea seguro andar caminando de noche. Y para que no pienses que tengo planes ocultos, te preparé el cuarto de invitados, con ayuda de mamá claramente".

No contesté, simplemente fui al sillón, agarré el teléfono de línea, llamé a casa y le dije a mamá que la odiaba, y que si algo me pasaba la responsable sería ella. Acto seguido Max se sentó a mi lado, sonriendo como un idiota.
Un idiota al que quería besar hace rato, pero claramente no estaba en mis planes tomar la iniciativa.

Me tuviste con un "Hola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora