Día 20

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Estábamos en casa, Max también.

Nos estaba contando el gran misterio que atravesaban los médicos. No encontraban explicación alguna, pero el cáncer de Tobias había desaparecido.

"Hoy tendrá que quedarse para más estudios. Pero dijeron que mañana podrían darle el alta", se le notaba la felicidad en su rostro.

"¡Eso hay que festejarlo!", dijo mi papá al instante. Y nos pusimos a organizar la fiesta de bienvenida. Estábamos todos ocupados en nuestras respectivas tareas, cuando Max me llevó al jardín.

"¿Qué pasa, Max?".

"A veces tengo miedo que todo sea un sueño. Y despertarme y encontrarme con que estoy en la sala del hospital", tenía la mirada perdida.

"Oh, Max. Pasó todo muy de repente. Pero te puedo asegurar que no es un sueño", y lo abracé.

Nos quedamos así un largo rato.

"Ellie, nunca te lo pregunté, porque asumí que mi invitación inicial era suficiente. Pero con todo esto que pasó me di cuenta de lo rápido que pueden cambiar las cosas", me agarró las manos y me miraba fijo a los ojos. Las mariposas de mi panza estaban como locas.

"Ell, se mi novia. No me imagino un mundo en donde no pueda dibujarte, en donde no me llames engendro".

"Max, ¿no te lo había dicho? No salgo con skaters", no paramos de reírnos.

Ya le contaría de la lista que me vi obligada a romper desde el día en que lo conocí. Pero hoy no, hoy iba a disfrutar de este momento.

Me tuviste con un "Hola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora