Día 30

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Nota: Max si leíste algo de este diario juro por mi apellido Fletcher que la venganza será terrible.

Bien, ahora si.

Se podría decir que todo volvió a la normalidad, y a todo me refiero a mi diario. Cuando estábamos en Pinamar, Max me encontró escribiendo y me lo escondió durante una semana. Hoy lo encontré en el buzón de casa.

Es raro decirlo, pero extrañaba escribir. Se que al principio odiaba la idea de un diario, pero ahora... Ahora no tanto. Lo siento como un amigo, se que suena idiota pero es cierto.

Los días en Pinamar fueron geniales, y los chicos se instalaron prácticamente con nosotros. Me gustaba sentirme parte de ese grupo, era como si los conociera de hace años; incluso me incluyeron en su grupo de whatsapp.

Todo iba estupendamente, hasta que comencé a notarlo a Max un poco raro.

Mi primer indicio fue su reacción cuando el lunes en el recreo de la facu recibí una llamada de Sam, Sam mi hermana. Él creyó que era el otro Sam, y pude sentir el odio con el que me miró. Claramente Sam quería hablar con él por el tema de los Trix desaparecidos, y le cambió la expresión cuando le pasé el celular.

El segundo indicio fue cuando recibí una llamada de Connor el martes. Estuvo enojado todo el día. No podía decirle que sólo me llamó para decirme que estaba encargada de las bebidas para la fiesta sorpresa de cumpleaños que le estábamos organizando. Y cuando le pregunté que le sucedía, me contestó, y cito textualmente: "¿Por qué no le preguntas a Connor? Déjame en paz Ellie".

Desde entonces no hablamos. Y no hago más que sentirme culpable. Culpable por haberles caído bien a sus amigos. Culpable por no tener amigos propios.

Mi hermana dice que no debo saber la historia completa, que algo debe haber pasado para que Max se comporte así.

Se que las premisas de Sam siempre son ciertas, pero no voy a presionar a Max a que me cuente nada. Aunque me duele que no sienta la confianza suficiente en mi como para contarme este tipo de cosas.

Pensar que era él quien pasaba horas y horas mirándome por la venta, y ahora soy yo. Soy yo la que no dejo de mirar buscándolo a él o alguno de sus dibujos pegados en mi vidrio.

Me tuviste con un "Hola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora