Día 14

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Decidí que no iba a ir a clase, no tenía ganas que el mundo viera mi cara demacrada. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, y unas ojeras solo comparables a las de un mapache.

Cuando bajé a desayunar estaba la mamá de Max en la sala.

"Oh, querida", dijo y me abrazó al instante.

"Lamento mucho lo de ayer, mi hijo a veces no piensa con la cabeza", la verdad no sabía que decir.

"No importa. Es un momento difícil, no lo culpo".

Claro que lo culpaba, y mucho. Me había costado mucho reconocer que no había sido mi culpa. Incluso diez años después había veces en las que esa culpa intentaba asomarse. Y lo que había pasado ayer, había hecho que esa culpa saliera a la luz.

"Necesito hablar con vos Ellie, ¿queres dar un paseo?", miré a mamá y ella asintió con la cabeza.

Creo que fue cosa del cosmos o algo así, porque fuimos a la plaza.

"Ellie, quiero que sepas que puedes contar conmigo y que nada de lo que me digas se lo contaré a Max. Te gustaría contarme, qué sucede realmente. No creo que estés así por culpa de mi hijo".

Así que eso era. Lo que había empezado como una mera disculpa, por culpa de mi cara se tornó en algo peor.

Le conté de Matt, fue raro. Nunca antes fui yo la que contó lo sucedido, a alguien que no fuera mis padres o mi psicólogo. Era como sacarse un peso, pero en cierta forma estar consciente del mismo. No se como explicarlo.

No me dijo nada, no hacía más que llorar. Ambas llorábamos. Fue como si contar lo sucedido, hiciera que todo sea real. Que ya no vería a Matt crecer, verlo jugar algún deporte. Que jamás conocería el amor, nunca se casaría, ni tendría una familia.

"¿Le importaría si voy a visitar a Tobi?", necesitaba verlo. Saber que había alguien que todavía tenía esas posibilidades, tal vez pocas, pero las tenía. Esas posibilidades que Matt ya no.

Me tuviste con un "Hola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora