Día 13

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Creí que vería a Max en la puerta de casa a la mañana, pero no estaba allí. Tampoco estuvo en la facultad, y por si fuera poco tenía el celular apagado.

En el recreo determiné que era inútil seguir en clase porque no estaba prestando atención a nada de lo que el profesor decía. Tomé mis cosas y me fui caminando a casa de Max.

Creí que no había nadie, pero cuando me asomé por la valla lo vi sentado en el jardín. Sin pensarlo dos veces entré.

"Max, ¿qué pasa? ¿Está todo bien?", no me miraba. Y no sabía si abrazarlo o no, si apoyarle mi mano en su hombro, para que supiera que estaría sin importar qué.

"Es Tobi, hace un par de días viene mal. Pero cuando mamá lo llevó al médico nos dijo que tiene cáncer. Que esta muy avanzado y que no hay nada que hacer. Solo...", y rompió en llanto. Sabía lo que decía, sólo quedaba esperar; esperar o un milagro, o... ya saben, lo otro. Se me rompió el alma.

"Max, lo siento mucho. De verdad, entiendo cómo te debes sentir". Justo acababa de salir su madre de adentro y escuchó todo lo que siguió.

"Ellie, no seas idiota. No tenes la más puta idea de cómo me siento", eso verdaderamente me dolió.

"¿Por qué no te vas a la mierda?", y me fui. Él no tenía idea. No tenía idea.

Pasó hace diez años, en ese entonces yo tenía 13, y Matt, mi hermanito tenía 5. Era un nene maravilloso, con mi hermana nos encantaba jugar con él, siempre inventaba los juegos más divertidos que existieran.
Amaba los superhéroes, todo su cuarto estaba repleto de cómics, y figuras coleccionables. Cuando entrábamos teníamos que evitar pisarlos, no por no romperlos; sino porque temíamos por nuestra vida si algo les pasaba.
Un día estábamos en la plaza, habíamos pedido permiso a mamá y accedió, después de mucho discutir a que fuéramos nosotros solos. Matt jugaba con su pelota junto con otros nenes, y Sam estaba en las hamacas. Yo los miraba, me gustaba verlos jugar. Era una de mis actividades favoritas.
Pero entonces pasó. Sam se cayó de la hamaca y fui corriendo a ayudarla. Escucho que una pelota rebotaba en la calle, pero estaba ocupada viendo que Sam no se hubiera lastimando. Y entonces lo veo, un auto. Un auto yendo rapidísimo y un golpe. No lo pensé y salí corriendo. No veía a Matt, empecé a gritar su nombre, pero Matt no venía. Entonces lo vi, en el suelo de la calle, mi mundo se había terminado. No me acuerdo que vino después, porque me desmayé y cuando desperté estaba en mi habitación.
No hay palabras para describir la culpa que sentí, había fallado. Fallado como hija, fallado como hermana.

Max no tenía idea. No tenía idea, del dolor que había vuelto a desatar.
Esa noche lloré, lloré hasta quedarme dormida.

Me tuviste con un "Hola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora