Giros inesperados

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La lluvia seguía cayendo sobre ella, implacable. Pero no le importaba. Solo esperaba que el agua que le estaba empapando limpiara lo que acababa de presenciar, llevándose el recuerdo bien lejos de ella. Pero no, aquel momento seguía atormentándola: Damon sobre el cuerpo de una chica, su prima, mientras se alimentaba de su sangre. No había sido bonito; había notado que Damon se ponía nervioso cuando veía sangre, pero nunca pensó que fuera por eso. Se sintió engañada, traicionada.

De pronto oyó a alguien gritar su nombre. No lo dudó y se puso a correr. Fue en vano. A una velocidad abrumadora, se vio arrinconada contra un árbol, completamente inmovilizada.

—¡No, déjame! ¡Eres un cabrón, me mentiste! ¡Todo este tiempo me engañaste!—se le quebró la voz, no podía dejar de llorar.

—No, no, no, Elena, no te mentí. Por favor, deja que te lo explique—le dijo tomando su rostro para poder mirarla directamente a los ojos.

De pronto el grito de Caroline entrando en la habitación la despertó.

—¡Elena! ¡Hoy te dan el alta!—ella rió por su euforia, pero temía lo que quisiera hacer su amiga cuando volviera a casa.

—¡Tenemos que celebrarlo! Esta tarde nos vamos de compras, luego montaremos una fiesta alucinante con tíos buenos, que ya va siendo hora de encontrarte un buen novio...

—¡Care!—la interrumpió antes de que siguiera maquinando planes sin ton ni son—cálmate, no es necesario hacer una fiesta. No fue para tanto.

—¿Cómo que no? Casi te mueres, claro que fue para tanto—Elena rió. Sabía que su amiga tenía razón, aunque siempre tendía a exagerar mucho las cosas.

—Sabes que no me van mucho las fiestas, y ahora mismo necesito descansar...

—Bueno, vale...pero de la tarde de compras no te libras—le dijo amenazándola con el dedo.

—A sus órdenes, mi sargento—ambas rieron.

—¡Elena! ¡Hoy te dan el alta!—Bonnie irrumpió en la habitación, rebosante de felicidad.

—Sí, hoy me dan el alta, me ha quedado muy claro—dijo irónicamente—Pero tendré que quedarme en casa reposando unos días más para recuperar fuerzas.

Las tres amigas se quedaron hablando por largo rato sobre cosas que harían para recuperar el tiempo perdido, los cotilleos que Elena no había podido oír...tuvieron que convencer a Caroline para que no montara una fiesta, aunque no prometió nada. Elena, tras meditarlo por largo tiempo, decidió contarles su sueño y lo que le pasó con Damon. Necesitaba desahogarse y tener el consejo de alguien más, no quería dejarse llevar solo por sus sentimientos.

—Chicas, tengo que contaros algo—en seguida callaron y le prestaron toda su atención—Veréis, hoy recordé algo en un sueño. Vi cómo Damon se alimentaba de alguien, de mi prima Andie, creo...

—¡¿Qué?!—le interrumpieron ambas en cuanto oyeron el nombre de Andie—No me digas que esa zorra ha vuelto.

—¿Sabéis quién es?—Elena había perdido la memoria, por lo que no sabía si sus amigas conocían a su prima.

—Como para no saberlo—resopló Caroline.

—Bueno, el caso es que recuerdo que salí corriendo hacia el bosque. Damon me acorraló contra un árbol, pidiéndome que le dejara explicarse. Yo solo le gritaba que era un cabrón y que me había mentido, y luego me desperté.

Sus amigas se quedaron en silencio pensando en lo que acababan de escuchar. Ambas sabían quién era Andie y por qué Damon se estaba alimentando de ella, pero era muy pronto para contárselo.

El Doctor de Ojos Azules [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora