Caroline y Bonnie se fueron a dar un paseo por el parque, necesitaban relajarse urgentemente. En breve volverían al instituto, y la rubia no estaba demasiado tranquila con respecto a Damon. No dejaba de soltar toda una sarta de insultos y amenazas contra él.
—Caroline, ¿quieres calmarte?
—¡No! ¿No te das cuenta? La está utilizando.
—¿Pero qué dices?
—¡Sí! No contento con ocultarle lo de Aaron se atreve a presentarse en casa y tratar de fingir que no ha pasado nada. Encima quedará como el bueno de la película.
—Care, controla lo que dices...ya sabes por qué no pudo decírselo—la rubia resopló, resignada. Claro que sabía por qué no había podido decírselo aún. La verdad es que nunca le había caído bien Damon, siempre le había parecido un chulo prepotente incapaz de sentir algo más que un simple calentón. No permitiría que manejara a su amiga con un par de palabritas bonitas—Anda, vamos al cine a despejarnos un poco—a los pocos segundos Caroline recibió un mensaje. Lo leyó y en seguida guardó el móvil. Un escalofrío le recorrió la columna mientras se repetía a sí misma lo que acababa de leer. No podía ser cierto, no podía estar pidiéndole eso. Sabía a lo que se atenía al trabajar con aquel tipo, pero pedirle aquello era tirarse de cabeza al precipicio.
—¿Y bien? ¿Qué te ha dicho el Jefe?—Stefan no respondió, se limitó a beber de un trago lo que quedaba de whiskey en su vaso. Necesitaba quitarse ese peso de encima ya, aún sabiendo que habría consecuencias nada agradables para él. Eso ya no le importaba, había tardado demasiado en darse cuenta de la tontería que había estado a punto de hacer por unos celos, algo impropio de él, e iba a enmendar su error. Costara lo que costara. Contó hasta tres, tomó aire y le soltó todo lo que había venido a decirle.
—Voy a dejar el plan, Andie. Es cierto que estaba enamorado de Damon, y es cierto que me sentí fatal cuando me enteré de que estaban juntos, pero es mi prima. Durante un tiempo estuve pensando que Salvatore lo hizo por fastidiarme, me estuve convenciendo de que solo quería restregarme que jamás estaría con él...fui un egoísta. Cuando vi cómo hablaba Elena de él, cómo se le iluminaba el rostro con solo mencionar su nombre, lo comprendí: estaba enamorada. Y cuando hablé con Damon, pude comprobar que se sentía igual. Estuve ciego todo este tiempo creyendo que con vengarme de Salvatore se arreglaría todo cuando solamente os beneficia a vosotros. He tardado mucho en comprenderlo, yo solo ganaré una pareja destrozada y tres corazones rotos. Me niego a seguir con esto. Lo siento.
Se hizo un silencio sepulcral. El rostro de Andie era inexpresivo, ni una sola mueca. Temía su reacción. Aquella chica era demasiado impredecible. De pronto, estalló en risas. Stefan la observó, desconcertado. Sabía que estaba loca, pero, ¿tanto?
—Ay, Stefan, pero qué tonto eres. ¿De verdad crees que no contaba con esto?—ahora el chico estaba aún más confuso. Andie sonrió, haciendo que se le revolvieran las entrañas—El dulce y bueno de Stefan, incapaz de hacer daño a una mosca, traicionado por su propia prima. ¿Cómo esperabas que me creyera que serías capaz de destruir a Salvatore? Cariño, desde el principio estuve esperando a que llegara este momento, no sabes cuánto tiempo he esperado para decirte esto—estuvo unos segundos en silencio mientras se acercaba más a él—ya no hay marcha atrás, Stefi. Tienes dos opciones: o nos ayudas a acabar el plan y acabamos con Salvatore; o le cuentas todo a Elena y Damon, haciendo que te odien de por vida—el rubio se maldijo a sí mismo por no haber caído en la cuenta antes. Hiciera lo que hiciera iba a acabar mal. De pronto se le ocurrió algo. ¡Claro! ¿Cómo no había caído antes? Aún tenía un as bajo la manga, solo tenía que jugar bien sus cartas.
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El Doctor de Ojos Azules [TERMINADA]
Fiksi PenggemarElena despierta en un hospital, sin memoria. Poco a poco irá recordando experiencias, personas, el por qué de su amnesia...Pero, ¿podrá soportarlo? Su médico, un apuesto moreno ojiazul, se entregará en cuerpo y alma para ayudarla. Os animo a descub...