Ya pasó -Epílogo-

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Al ver la mueca de victoria de Andie y el cuerpo de Elena perder fuerza algo en mí se activó, pero antes de poder hacer nada una ráfaga me hizo cerrar los ojos. Solo oí un golpe seco y un grito ahogado.

Al abrir los ojos me encontré con Klaus apretando el cuello de Andie contra un árbol y a Caroline corriendo hacia el cuerpo de Elena. ¿Por qué narices Klaus tenía la camisa medio desabrochada y Caroline el pelo revuelto?

—Bien, ¿qué debería hacer contigo?—dijo Klaus examinando el rostro aterrado de Andie.

—Solo mátala, Klaus. Es peor que un grano en el culo—Caroline se levantó tras asegurarse de que el pulso de Elena era normal y se acercó a Klaus—ya has tardado mucho, cariño.

¿Cariño? Abrí los ojos sorprendido al oírla y la miré alzando una ceja. Ella solo me respondió con una mueca y me señaló a Elena. Mierda, Salvatore, céntrate. Me agaché junto al cuerpo de Elena y puse su cabeza en mi regazo.

—Vamos, cariño, abre tus ojos—acaricié su mejilla y tomé su mano—o solo dame una señal de que me escuchas.

Tras unos segundos noté que se removió un poco y apretó levemente mi mano. Suspiré aliviado y miré al trío de rubios que estaba solo a unos metros.

—So-soltadme—Andie se revolvía furiosa y trataba de liberarse, pero a Klaus parecía no costarle nada mantener su agarre y la miraba con una pequeña sonrisa.

—¿Unas últimas palabras antes de morir?—increíble, ¿Niklaus Mikaelson concediendo unas últimas palabras a su víctima? ¿Qué coño hiciste con Klaus Mikaelson, barbie?

—Tengo algo...que os interesa—dijo apenas en un susurro revolviéndose. Todos la miramos curiosos, esperando a que siguiera—ha-hay un objeto...que actúa como La Cura—dijo cerrando los ojos y tratando de apartar la mano de Klaus. Él ladeó la cabeza y la examinó, no parecía sorprendido; Caroline me miró confusa, yo la miré de igual forma, y Andie seguía con los ojos cerrados. Puta cobarde. Elena comenzó a recobrar la conciencia y se fue incorporando.

—¿La cura?—murmuró sobándose el cuello. Suspiré y la ayudé a levantarse. Andie bufó y miró a Klaus.

—Sabes que es cierto—siguió revolviéndose, pero al parecer la mirada de Klaus la hizo parar poco después—sabes de lo que hablo—le miró fijamente.

—¿De qué habla, Klaus?—dijo Caroline mirándole confusa. Todos le miramos de igual modo.

—Un colgante—dijo Klaus tras unos segundos—un colgante milenario que lleva perdido siglos—sin dejar de mirar a Andie nos contó la historia del colgante.

Al parecer para llegar a un acuerdo un chamán creó un colgante para reconciliar a vampiros y hombres lobo. Qué típico. Durante décadas este colgante pasó de un líder a otro a través de generaciones, pero un vampiro se sublevó y robó el colgante tras matar al líder. Durante siglos se le persiguió, pero nadie supo nada de él ni del colgante. Hace unas décadas se encontró una pista por Italia, pero seguía desaparecido. El chamán dotó al colgante del poder suficiente para romper la maldición del vampiro o del hombre lobo, según quién lo usara; todo con el respectivo evento celestial y hechizo adecuado, claro. El truco estaba en que no era totalmente como La Cura. En el caso de los vampiros les permitía procrear, pero solo una vez y sin anular sus otras aptitudes; y en el caso del hombre lobo les permitía controlar a su voluntad la conversión en lobo.

—¿Cómo era el colgante?—preguntó curiosa Elena mientras se ponía a mi lado y se pegaba a mí.

—Un sol con una luna dentro tallados en plata—dijo Klaus. Elena y yo nos quedamos sin respiración e inconscientemente se tocó el colgante. Imposible...

El Doctor de Ojos Azules [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora