X & Y

Y

Todo está oscuro, siento una presión en el pecho asfixiante, no se divisa rastro de ningún tipo de iluminación, me siento solo, muy solo y entro en pánico mientras camino por un pasillo donde las paredes son negras y lustrosas, el suelo parece un tablero de ajedrez, con mosaicos blancos y negros. Mientras intento mantener la calma evitando un ataque de pánico, puedo divisar al fin una puerta de madera pulida color blanco.

La perilla es de color vino, al tocarla es tibia y me pregunto si alguien ya la habría abierto, aunque dudo que alguien más pudiese estar en un lugar como este, aunque nunca se sabe… de repente la perilla ha desaparecido, en su lugar queda el hoyo vació, me agacho a la altura del espacio y entrecierro un ojo para poder mirar del otro lado, pero no veo nada.
Un ojo al otro lado a aparecido de repente, es un ojo extraño… sus pupilas están dilatadas y son de un rojo carmesí y están mirándome muy abiertos, la "cosa" al otro lado de la puerta desaparece y del espacio donde había estado empieza a correr un liquido rojo… quizás sea sangre, la puerta se abre lentamente y empieza a desbordar el liquido, ahora si estoy asustado, comienzo a correr alejándome de allí pero no parece llevarme a ningún lado, es como si estuviera en una caminadora.

Intento avanzar pero se me acaba el aliento, no puedo respirar, todo está dando vueltas a mi alrededor, comienzo a escuchar mi nombre como si fuera un grito lejano, alguien me atrapa del dobladillo de mi suéter y me estruja hacia su dirección, intento reprimir un grito, me obliga a voltearle a ver, es mi padre y no tiene ojos.
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Me despierto con un regusto en la boca a sangre, metálico y salado, todo mi cuerpo tiembla, mi espalda esta húmeda, seguramente es sudor, todo me da vueltas y me siento débil.

Siempre es el mismo sueño, una y otra vez, sin embargo no sólo es este sueño el que me atormenta día y noche, a veces sueño cosas mucho peores.
Mi pasado me atormenta, me persigue y esta tras de mí. Todos los días me imagino que llega y me arrastra solo para llevarme con él, porque sabe que me largue.

Me arrastro fuera de mi cama, necesito aire fresco, algo, lo que sea, necesito salir de aquí, salir de mi cuerpo incluso.

Llego hasta el espejo, es de cuerpo completo y puedo verme entero.
Poso mis manos sobre su superficie, mis dedos son largos, huesudos y muy pálidos.
En realidad todo mi cuerpo es así.
Puedo ver mis ojos, son grandes y sus pupilas son negras, están dilatadas ahora, aun tengo miedo y aun me siento dentro del sueño. Aunque no sea así.

Al contemplar mi rostro puedo imaginar al niño pequeño que solía ser, ese niño que siempre sonreía, que tenía esperanzas, tenía fe en algo, creía en las personas, creía en el mundo.
Ese niño que siempre los días en que sabía que tendría que ir a una nueva escuela se emocionaba, y pensaba que sería genial conocer nuevas personas, tendría amigos.
Ese niño cuyas esperanzas después de tantos intentos de ser amable con las personas, murió.
Murió y con el paso de los años se dio cuenta que sus emociones serian despreciadas y aplastadas, una y otra vez por la gente que lo rodeaba. Aprendió que no importa cuanta emoción sientas por algo, normalmente tus expectativas nunca se cumplen, es lo peor. Ya no tiene emoción por nada, solo siente miedo y se esconde detrás de miles de mascaras para ocultar su verdadero ser.

Ese pequeño niño de ojos grandes y cabello negro nunca se imaginaria que pasando los años se convertiría en algo que ahora, actualmente, odia. Odia y podría matar.

Ahora ese "algo" lo contempla desde un espejo.
Ese soy yo, puedo ver mi cara actual y puedo ver como se superpone a lo que solía ser antes, y duele, duele saber que bien podría haber evitado muchas cosas pero no lo hice, y ahora es demasiado tarde.

Ahora no tengo esperanza alguna sobre nada en mi vida, tengo sueños, quiero cumplirlos, pero no tengo esperanzas de las cosas que la demás gente aspira. Tener amigos.
Las personas siempre han rehuido de mi, algo en mi les atemoriza, algo ven en mis ojos. Veras los ojos son el alma de las personas, puedes ver lo que jamás te contarían o te mostrarían, pero las personas han dejado de ver mis ojos. Ven algo más oscuro.

Pero jamás sabrán qué es.
Nunca sabrán, yo nunca les diría, aun así sin conocerme me ven como si fuera algo sobrenatural, no podría mostrarme como soy, las personas jamás me verían igual. Nunca.

Aun así, hoy será el primer día de clases en la preparatoria, no tengo ilusión de nada pues se qué sucederá, mis compañeros futuros me verán y se alejaran, se asustaran, no querrán estar conmigo y se irán criticando hasta no poder mi aspecto físico.

Se preguntaran el por qué, no podría explicarles con exactitud, mi aspecto físico se define así:

-Cabello negro, largo y lacio
-Piel pálida
-Uñas largas
-Pantalones entubados negros
-Un suéter o alguna chamarra, negra también
-Botas negras

Ese es mi aspecto de todos los días, no cambia mucho, sólo a veces decido ponerme color pero realmente no es gran ayuda. Siempre me veo exactamente igual.
He llegado a pensar que quizás no sea por mi forma de vestir, quizás sea por mi cara y mi forma de mirar, normalmente observo a los demás de manera significativa, los veo y los observo con ojos totalmente desprovistos de vida.

Ahora estoy totalmente seguro de que te estoy dando miedo a ti también, no te preocupes, me he acostumbrado.
Siempre seré ese tipo solitario que ves en los pasillos pero no habla con nadie, he perdido toda la necesidad de tener a personas a mi lado.
Pero me da miedo estar solo, y mi vida se resume en soledad, vivo atemorizado todo el tiempo.

Mi vida me asusta, mi pasado me asusta y mi futuro es tan incierto como el de cualquiera. Tengo miedo de despertar, tengo miedo de dormir, sé que mis demonios interiores me estarán esperando en cuanto cierre mis ojos.
Ellos estarán ahí, y yo estaré listo para atacarlos.
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Aun sobre todas estas cosas estoy listo para marcharme y enfrentarme a lo que sea que me este esperando afuera. En ese instituto del demonio.
Pero ya he predicho lo que pasara:

-Los profesores entraran y se presentaran
-Obligaran a todos a decir sus nombres y a fingir que se caen bien
-Al terminar las clases todos buscaran a sus amigos o hablaran con alguien
-Me excluirán
-Me miraran con miedo y se alejaran

No soy paranoico, odio la paranoia es igual a pensar sin conocer, y créeme odio eso.
Pero cuando te ha pasado lo mismo al rededor de diez años, ya sabes que esperar.

Antes de salir e irme, te diré mi nombre.
O mejor dicho como me gusta que me digan. Las personas que me conocían se han acostumbrado a decirme "P" sólo así, hasta ahora es lo único que sabrás de mi nombre, hacia donde voy y hacia donde me estoy dirigiendo.

Por ahora es lo único que importa. Nada más.