Suspiro y guardo mis cosas en sus lugares correspondientes, antes de tomar los papeles para irme a casa. Así termina otro viernes de mi vida.
Salgo de la oficina y me dirijo al elevador, me despido de los que cruzan por mi camino con una sonrisa y presiono el botón del elevador. Entro y me apoyo en la pared esperando a que se cierren por completo las puertas, pero justo antes de que lo hagan, una mano lo detiene y se abren de nuevo.
Frente a mí se encuentra James Morgan, nada más y nada menos que el hijo del dueño de la empresa donde trabajo; me observa de arriba a abajo antes de entrar al elevador. Presiona el botón hacia la planta baja y mete las manos en sus bolsillos.
Sigo en mi posición de inicio, no puedo evitar pensar en llegar a mi casa para descansar, pero primero debo ordenar el trabajo y limpiar un poco; en la mañana dejé un desastre por estar buscando unos documentos importantes, suspiro al recordar todos los papeles y cosas regadas por el suelo.
—Espero que esos documentos no sean importantes, porque para este punto ya deben estar arruinados. —Carraspea.
Alzo una ceja sin comprender lo que decía hasta que hace un gesto con la cabeza para que observe, no me había dado cuenta de lo fuerte que estaba apretando los papeles contra mi pecho y tampoco lo fuerte que mordía mi labio.
Suelto el agarre de los papeles provocando que algunos de estos cayeran al suelo, maldigo para mis adentros y me agacho para recogerlos, pero como si el día no pudiese ir peor, escucho que las costuras de mi falda de tubo truenan, trato de disimular un poco siguiendo con mi tarea, James me ayuda a juntar algunos papeles, sigo mordiendo mi labio pero ahora un poco nerviosa, el elevador se abre y él me pasa los papeles para después ayudarme a levantar, su mirada encuentra la mía en cuanto pongo mis pies en el suelo. Me toma de un brazo y me jala hacia fuera del elevador justo antes de que éste se cerrara, casi caigo al suelo por el movimiento brusco, pero él me detuvo.
—No debería morderse el labio tan fuerte o se lastimará —dice soltándome.
Asiento y dejo de morderme agachando la mirada, ¡Qué pena!
Pero ¿qué estás haciendo? Tú no eres así, levanta la cabeza.
Levanto la cabeza y lo observo fijamente recomponiéndome, él me mira con intensidad, pero no aparto la mirada.
—Gracias por ayudarme —digo sonriendo.
—No hay de qué. —Sonríe él también, sus ojos brillan de diversión.
Me giro y comienzo a caminar en dirección a la salida, ¿qué acababa de suceder? Ni siquiera sé por qué me puse nerviosa, nunca me comporto así con nadie, ¿tenía que ser justo con James Morgan, mi jefe?
Quiero darme un golpe en la cabeza, pero no puedo porque él sigue en el mismo lugar, observándome, esbozando una sonrisa llena de egocentrismo y con las manos aún en los bolsillos. Me giro para seguir con mi camino y casi choco con alguien, pero alcanzo a detenerme.
—¡Chloe! Vas más distraída que de costumbre. —Will me sostiene por los hombros para que no choquemos y me da un abrazo.
—Tal vez porque hoy no es mi día.
—¿Por qué? —pregunta con curiosidad.
—Digamos que tuve un ataque de torpeza típico de Chloe frente al próximo jefe.
—¿James Morgan? —dice con asombro.
Inmediatamente le pongo una mano sobre la boca y siseo.
—Cállate, no quiero que media empresa se entere —digo quitando la mano de su boca.
ESTÁS LEYENDO
Planeando Al Amor
RomantikChloe es una chica con muchos problemas: es torpe a más no poder, tiene una madre que la obliga a hacer cosas que no quiere, un padre sobreprotector y una vida social demasiado escasa para tener 26 años, y no se diga de las experiencias que ha tenid...