Capítulo 12: Tiempo de irme

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James

—Debo admitirlo, esa chica tiene un carácter muy fuerte —pronuncia mi amigo con tono burlón.

—Se dice malhumorada —digo mientras me dejo caer sobre la cama y coloco un brazo sobre mis ojos.

Comienza a reírse, por lo que no lo pienso y tomo una almohada que se estrella directamente en su rostro haciendo que se calle al instante, ahora me burlo quitando mi brazo de mis ojos.

—Lo admito, es muy linda, pero no es normal en ti que te preocupes tanto por alguien, ¿por qué sigues con ella?

Lo pienso unos segundos antes de responder, no puedo responder a eso, ni siquiera yo mismo sé por qué de pronto no puedo separarme de ella.

—Al principio fue simple curiosidad, pues mi padre quiere que me case con ella.

—¿Cómo? —dice, dejando de acomodar las cosas de su maletín para observarme.

—Sus padres son dueños de una compañía con la que mi padre quiere hacer negocios —me siento en la cama.

—¿Y por eso estás con ella? —dice, alzando mucho las cejas.

—Claro que no —digo, de pronto fastidiado por el interrogatorio que me estaba haciendo mi amigo.

Me observa con el ceño fruncido, yo sólo me limito a encoger los hombros y continuar hablando:

—No pretendía involucrarme tanto, bien sabes que no me gusta hacer lo que mi padre dice, sólo que ahora no me puedo librar, porque me pidió que le ayudara con algo y le dije que sí.

—¿Ayudarle en qué?

—Quiere darle algún tipo de lección a su madre, así que me pidió que fingiera ser su novio durante un mes.

—¿Su novio? —asiento—. ¿Acaso son niños? Es ridículo.

—Tal vez, pero no me pude negar, se veía muy desesperada porque alguien le ayudara, si no lo hacía yo, podría haber ido con cualquier otra persona para que la ayudara.

La simple idea, por alguna razón hacía que se me retorciera algo en el interior.

—Pues hubieras dejado que lo hiciera.

—No pude y no es como que pueda librarme ahora, ayer fuimos a cenar con sus padres —suspiro.

—Sigo sin entender, te pudiste haber negado, entiendo que te provoque algún tipo de curiosidad pues la chica es bastante linda, no te lo niego, pero ir a cenar con los padres, ¿no te parece demasiado?

—Y por si fuera poco, a mi padre se le ocurrió la grandiosa idea de ponerla como mi secretaria, así que tendré que verla todos los días.

—Tal vez lo que necesitas es llevarla a la cama, y tu repentina obsesión termine.

Esa es una idea que no se me había pasado por la cabeza. Admito que Williams tiene su atractivo, pero nada del otro mundo. Al principio, solamente era por molestarla, y también la besé para darle celos a su amigo. Pero ni siquiera ayer que la besé en la playa, sentía la urgencia de llevarla a mi casa. Y la terminé trayendo aquí, pero esa es otra historia.

—No lo creo, es diferente. Y ayer me di cuenta que debo ser muy cuidadoso con ella, no quiero que por mi culpa sufra aún más, no sé qué le pudo haber pasado para que tenga esos ataques de ansiedad.

—La mente es muy poderosa James, solamente te recomiendo que lo que sea que vayas a hacer, lo pienses muy bien, o terminarás haciendo justo lo que tu padre quiere.

Termina de guardar sus cosas y comienza a caminar hacia la salida, pero se detiene antes de salir:

—Ah, y si te la llevas a la cama, me cuentas qué tal estuvo —dice, en tono burlón.

Planeando Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora