¿Alguna vez han experimentado esa sensación de liberación cuando te quitas de encima algo que te molesta?
Pues exactamente eso es lo que estoy experimentando en estos momentos. Estoy sentada en mi oficina, mis pies descalzos, porque ya no podía soportar ni un segundo más estar en movimiento. Ya casi es hora de salir y yo no he parado ningún segundo en todo el día, hasta ahora.
No he visto a James desde que lo vi en su oficina antes de que fuera a hablar con su padre. Es extraño que no haya salido de su cueva en mucho tiempo. Lo más probable es que haya tenido algún problema con su padre, por lo que no quiero molestarlo.
El encuentro que tuve con él en su oficina fue extraño. No pude evitar recordar la vez que lo encontré con Olivia justo allí. Sé que es algo absurdo, que ya pasó hace tiempo y que James ha cambiado demasiado. Sin embargo, no puedo evitar sentirme incómoda e incluso un poco celosa.
Estas cosas no deberían afectarme, porque somos adultos y tenemos un pasado, pero yo lo vi con mis propios ojos. Me hace sentir extraña el hecho de que estuvimos a punto de hacer lo mismo que él hizo con Olivia. Bueno, que estuvo a punto de hacer aquella vez que los interrumpí. No sé cuántas otras veces más, pero aún así, James lo detuvo. No quiso hacerlo y se lo agradezco. Eso me hizo sentir que no quería repetir sus patrones de seducción conmigo, que quería hacer algo diferente conmigo y pues, eso es exactamente lo que está haciendo.
Suspiro mientras observo el reloj que descansa sobre el escritorio. Oficialmente es tiempo de salir, mi turno ha terminado. Coloco de nuevo mis zapatos en mis pies, tomo mi bolso y aliso mi uniforme con las manos. Estoy a punto de tomar la perilla de la puerta, cuando ésta se abre de golpe y aparece James del otro lado. Pego un brinco en mi lugar de sorpresa, pero no me da tiempo a preguntar, cuando siento sus labios sobre los míos. Éstos se mueven con desesperación y necesidad, tanto, que me cuesta seguirle el paso. Lo sostengo de los hombros, mi bolso cae al suelo cuando James me levanta y me sienta sobre el escritorio. Paso mis manos por su cabello y lo atraigo más hacia mí.
Entonces, cuando el beso comenzaba a profundizarse cada vez más, se detiene de golpe. Sus ojos, ahora más oscuros, me observan con detenimiento. Nuestras respiraciones van al compás, demasiado agitadas. Sus manos, ahora en mi cintura, me rodean, posa su cabeza en mi hombro y me abraza con fuerza. Le devuelvo el abrazo, aunque siento que esta escena es demasiado extraña. Su respiración me hace cosquillas en el cuello, pero trato de permanecer quieta, se nota que James no está bien, estoy segura de que tuvo una discusión con su padre.
—Lamento haber sido tan brusco —dice separándose, pero no por completo, sólo lo suficiente para quedar frente a mí —, necesitaba tranquilizarme de algún modo.
Termina de hablar y se separa completamente, me ayuda a bajar del escritorio y me tiende mi bolso.
—¿Mejor? —pregunto alisando mi uniforme de nuevo.
—Mmm... Me hace falta más, pero por ahora, vayamos a cenar, me muero de hambre.
Entrelaza nuestras manos y se abre paso hasta el elevador, trato de acomodar su cabello, que ahora es un desastre gracias a mí, pero al parecer poco le importa que sus empleados lo vean desaliñado... Pff, claro, como él es el jefe.
Llegamos al estacionamiento y caminamos hasta su auto, me abre la puerta y me adentro en él. Emprendemos el camino hacia el restaurante, una vez que él está adentro. Opto por encender la radio para escuchar un poco de música y, al parecer, di en el clavo, porque enseguida nos encontramos cantando al ritmo de Maroon 5. Me burlo de James por sus exagerados gestos y sus notas altas, que claramente, hace en broma.
Llegamos al lugar y el mesero nos dirige a una mesa en un lugar privado, el lugar es muy elegante, me siento fuera de lugar con mi falda de tubo negra y mi blusa blanca con manga larga de botones, mientras se encuentran mujeres con joyas exóticas y vestidos caros, maquillaje excesivo y peinados elegantes.
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Planeando Al Amor
RomanceChloe es una chica con muchos problemas: es torpe a más no poder, tiene una madre que la obliga a hacer cosas que no quiere, un padre sobreprotector y una vida social demasiado escasa para tener 26 años, y no se diga de las experiencias que ha tenid...