Capítulo 13: Ayudando a Les - parte 1

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Una de las manos de James está en mi cintura, y con la otra me acaricia la mejilla. Apoya su frente en la mía y lo observo cerrar los ojos, parece que tiene un debate mental. Para ser sincera, nunca había deseado que alguien me besara tanto, como en ese momento.

—Sí, creo que lo mejor es que te lleve a casa —dice, en un susurro. Su aliento choca con el mío.

Entonces James deposita un beso en mi frente y sale disparado por la puerta antes de que pueda reaccionar.

Lo observo perderse en el pasillo.

Suspiro colocando una mano en mi pecho, como si eso pudiera aplacar los latidos acelerados de mi corazón. Respiro profundamente antes de salir de la cocina, no hay ningún rastro de James. Subo a la habitación, donde había dejado mis cosas, cada vez con más ganas de salir corriendo de ahí, pero ni siquiera sabía dónde me encontraba.

No entiendo la actitud tan extraña de James, tampoco entiendo lo que me está pasando a mí, ¿cómo es posible que deseara tanto que me besara?

Admito que el beso de ayer en la playa había removido algo en mi interior, tal vez por eso es que después me había sentido tan mal nuevamente. Pero, ¿estaba lista para que me besara nuevamente?

Cuando bajo por las escaleras, me encuentro con que James me estaba esperando junto a la salida. Sin decir nada, toma mis cosas y sale por la puerta.

Lo sigo mientras entra por una de las puertas hacia la cochera y observo cada uno de los autos estacionados ahí. ¡Tiene 5 autos! Yo tengo uno y casi no lo uso, ¿pero 5? Me parece una exageración.

Quita la alarma a uno de ellos, deja mis cosas en la cajuela y sube sin siquiera mirarme, no espero alguna invitación y subo al deportivo rojo. Trato de ser lo más cuidadosa posible para no romper algo, la verdad es que soy un poco torpe, pero siempre trato de ocultarlo lo mejor que puedo.

La enorme puerta comienza a subir para dejarnos salir y puedo observar alrededor, está soleado y hay muchos árboles, pero cuando salimos a la carretera puedo observar que estamos cerca de la playa.

La casa se ve aún más grande desde fuera, es impresionante y la mayoría del frente está hecho de cristal, ¿hasta ahora me doy cuenta? Creo que soy muy distraída, o tal vez no soy tan observadora.

Me obligué a ver todo el tiempo hacia el camino, la casa de James resultaba estar cerca de la playa por la que habíamos estado corriendo durante la noche. Qué coincidencia.

El ambiente se sentía un poco tenso, y no podía soportar ni un minuto más en silencio.

—¿Siempre usas traje? —pregunto con curiosidad.

Voltea a verme con su típica sonrisa ladina.

—¿Acaso siempre observas cómo me visto? —pregunta con arrogancia.

—Sólo que es muy raro que todos los días vistas de traje, digo, para ir a la oficina está bien, pero, ¿también en fin de semana?

Se encoge de hombros y fija su vista en el frente.

—Nunca se sabe cuándo podría necesitar verme bien, y es un hecho que un hombre con traje se ve mejor.

—Tal vez te verías mejor con ropa normal —me encojo de hombros—, aunque dudo mucho que te veas bien de alguna forma.

—Me veo bien de cualquier forma —dice, muy seguro de sí mismo.

El resto del camino estuvimos en silencio, de vez en cuando mis ojos se paseaban por el lujoso auto deteniéndose en el perfecto perfil de James, quien al notar que lo observaba sólo se limitaba a sonreír, haciendo que mis mejillas comenzaran a tornarse de colores rojizos.

Planeando Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora