CAPÍTULO 5.
Zayn lo llamó como loco para que quedaran para comer, eso sí, Louis pagaba. Estaba impaciente sabía que las noticias de su amigo tenían que ver con el caserón del acantilado y con su dueño, Harry Styles.
Desde que había descubierto el nombre del propietario de su “rincón” para escribir, la atención sobre el muchacho se había incrementado por mil. Le sorprendía saber que un chico de su edad pudiera adquirir semejante lugar, Zayn le había dicho que la compra había rondado el millón de libras y sobre todo no entendía la tristeza que emanaba de él. Cómo una persona con tantísimo dinero podía parecer tan apagada y taciturna? Y para qué demonios había adquirido una casa medio en ruinas en ninguna parte? Tenía la esperanza que sólo fuera un capricho de niño rico y el bueno de Harry se fuera de allí en unos días.
Necesitaba aquel maldito lugar para escribir y ahora que había puesto el ojo en él no podía pensar en ningún otro. Era de ideas fijas!
Z- Está trabajando en ella día y noche- dijo distraído mientras coqueteaba con la camarera y pedían las bebidas.
L- Pero él sólo? Te ha dicho el por qué? Pretende revenderla?- tenía tantas preguntas que no sabía por dónde empezar.
Z-Pues por lo poco que me ha dicho, creo que su intención es quedarse a vivir en ella.
L- Vivir en ella? En esa ruina?...Desde luego menuda mala suerte que tengo últimamente- El moreno lo miró inquisitivamente, mientras el otro se pasaba las manos por el rostro desesperado; finalmente tuvo que explicarse- Quería utilizarla para empezar a escribir, necesito un poco de tranquilidad y sin duda algo de inspiración y esa casa era el lugar perfecto.
Z- Quizás puedas ir cuando él no esté. No se aloja en el hotel de tu madre? Pues vigílalo un poco y fácilmente podrás saber si está o no en la casa. De todas formas deberías buscarte otro sitio, te evitarías más de un dolor de cabeza- el consejo sonaba ridículo.
L- Tengo que pensar qué voy a hacer, no me gustaría tener que regresar a Londres a buscarme la vida porque me rendí ante la primera adversidad- No quería volver de ninguna manera, tenía que conseguir encontrar su lugar en Fowey y comenzar a hacer realidad su sueño.
Iría de madrugada y vería si realmente aquel caserón era lo que estaba buscando. Tenía que evitar a Harry y para eso necesitaba la ayuda de Lottie.
CÁPITULO 6.
Por fin había conseguido contactar con el chico de la inmobiliaria y le había facilitado mucho las cosas. Le había dado los teléfonos de varios albañiles y electricistas que podrían solucionar los principales problemas de la casa mientras él se dedicaba a la carpintería. Era algo que le relajaba y distraía y el olor de la madera recién lijada era como una droga.
En la tarde, al llegar al hotel, por fin se sentía tranquilo, podría decirse que incluso feliz. Le ofreció una amable sonrisa a Louis que como de costumbre estaba en todas partes y este a cambio le entregó una carta.
Quién demonios escribía cartas en estos tiempos? Aunque teniendo en cuenta su desconexión absoluta del mundo era una forma incluso lógica de dirigirse a él. Cuando vio el remitente, toda la tranquilidad se fue a la basura, era del Dr. Cowell y seguro que no traía nada bueno.
Subió a su suite y suspiró con fuerza para armarse de valor. Eran los resultados de sus últimos análisis y por el informe médico que lo acompañaba aquellas no eran buenas noticias precisamente.
Le escuecen los ojos, siente una terrible lasitud. Sólo quiere dormir y sentir el vacío del sueño.
Cuando despierta sigue llorando quedamente, le arde el pecho y mientras se seca las lágrimas, aspira con fuerza como si le faltara el aire. Aún no ha amanecido y la falta de luz no ayuda… La tristeza lo sofoca y necesita sacársela de dentro de alguna manera.
Vuelve a huir, la gran casa es su nuevo refugio y ver la navaja deslizándose por su piel le hace sentirse bien. Un solo corte disminuye todo su dolor. Siempre es preciso, como el perfecto cirujano, sabe que el dolor sólo se puede eliminar con más dolor. La sangre gotea sobre el desconchado suelo del baño y por fin puede comenzar a olvidar.
El sonido de una puerta abriéndose lo saca de su aturdimiento. Hay alguien en la entrada y lo único que le aterroriza en ese momento es que, sea quien sea ,va a descubrir su secreto. Tiene que limpiar todo aquello y tiene que ser cuidadoso.
Siente que los pasos se acercan por el pasillo y con las prisas se le cae la navaja al suelo rompiendo un pequeño espejo que reposaba contra la bañera. Los pasos se interrumpen y una carrera los sustituye.
Por fin Harry consigue salir, ocultando la gran herida con la manga de su jersey. Allí no hay nadie. Recorre la casa de arriba abajo y no sabe si creer que se está volviendo loco o que tiene su propio fantasma.