CAPÍTULO 52.
Se despertó de buen humor. La casa soleada de buena mañana le ha calmado la ansiedad. La presencia de Louis junto a él le ha devuelto la calma. Es una sensación que le resulta extraña, como si hubiera salido el sol tras muchos días grises. Quiere aprovechar aquel impulso que intuye débil. La existencia, poco a poco, parece recuperar un aire de normalidad y placidez que le gusta.
No pide mucho más: la tranquilidad de una conversación cómplice, una buena taza de té, levantarse con ganas de vivir. De momento tiene bastante con la sensación de que ha recuperado el dominio sobre su mundo.
Los primeros días en el acantilado significan un proceso de adaptación para Harry. Superada la euforia inicial, la satisfacción de tener un espacio común, llegan las dudas, los cambios, esperados por ambos, en su estado de ánimo. Ha descubierto hasta qué punto el ambiente sobreprotector que le ofrecía el hospital de St. Mary le ha ayudado en su recuperación psicológica y como a medida que pasan los días se nota un tanto perdido sin ella.
La calma total parece una meta difícil de alcanzar y exige muchos esfuerzos.
Cuando está triste, se esconde en su habitación del hotel incapaz de abandonar las sábanas (porque si, ha vuelto al hotel). Con las persianas bajas y la cabeza hundida en la almohada. Siente el peso del corazón y piensa que habría sido agradable desaparecer del mundo cuando se lo había propuesto.
Entonces aparece Louis. Louis tiene una sonrisa que Harry ha aprendido a querer, a necesitar. Louis está hecho de certezas. Sus ojos se encogen cuando lo mira y también sonríe porque es contagioso.
Está entusiasmado con la reforma de la casona y eso también le ayuda en los días malos. La habitación principal que se esconde tras la galería es su próximo proyecto, quiere sorprenderlo con ella. Es amplia y acogedora, con techos altos y grandes ventanales. La luz entra a raudales. Quiere convertir aquel lugar en un refugio para los dos y siente la provisionalidad del mundo en el que ha vivido hasta ahora al compararlos. Descubre la urgencia de querer vivir allí. La urgencia de quererlo todo ya y quererlo con Louis.
Han establecido una curiosa complicidad entre ambos mientras trabajan en la casa. No se hablan, pero se sonríen y se miman con leves gestos y miradas casi imperceptibles. Intuyendo con cada una de ellas el deseo que palpita bajo la piel del otro.
CAPÍTULO 53.
H: Alguna vez me dirás cuál es la historia detrás de esa novela tuya? – Harry está jugando, quiere provocarlo y así conseguir más información sobre su obra. Intuye que tanto secretismo está relacionado de alguna forma con él y Louis no tiene ninguna intención de aclarárselo.
Quiere que sea un regalo y una sorpresa y de alguna forma una especie de medicina que le ayude a superarse a sí mismo.
En un principio el libro tomó forma de venganza y con toda la crudeza que supo, Louis despedazó al héroe, al personaje que representaba a Harry. Pintándolo como el perfecto cobarde sin escrúpulos, que traiciona a todo el que le rodea haciendo uso de los sentimientos ajenos.
Hace tiempo que ese sujeto ha desaparecido, poco más de un mes le ha servido a su autor para modelarlo y convertirlo en lo que es ahora. Un individuo atormentado por amor y dispuesto a sacrificar el todo por el todo por este. Pero de la pluma de Louis ha nacido un nuevo coprotagonista, algo resentido y agraviado pero entregado a la causa del primero.
L: No te preocupes, en cuanto lo termine serás la primera persona a la que se lo deje leer. Además ya te he dicho que de momento es sólo un panfleto, le falta mucho para ser una novela.
H: Por qué dices eso? Estoy seguro que será todo un Best Seller – lo dice con orgullo y siente como se derrite bajo su cálida mirada.
L: El héroe aún no ha conseguido acabar con los malos, de momento no tengo claro cómo va a hacerlo y con malos vivos no hay final y sin final no hay novela .
H: Los malos nunca desaparecen, es imposible acabar con ellos – dice bajando los ojos. Aparece un rictus en su rostro, ve que es un gesto que no controla, un punto amargo que se aproxima a la desilusión.
La conversación le deja un mal sabor de boca, pese al beso que le ha dado Harry antes de desaparecer en la habitación del fondo.
No lo permitirá, el final de su historia será triunfante y el protagonista borrará de escena a todo aquel que lo haya humillado o maltratado. No hay escusa posible, el libro es por y para él, le demostrará que a gente como Nick se puede derrotarla.
Confía en que las palabras servirán para hacerlo reaccionar, para que por fin se deje llevar y olvide todas las inseguridades y el miedo.