CAPÍTULO 24.
Aprieta sus labios contra los suyos. Al principio se quedan algo inmóviles, luego entre sonrisas siguen el juego y la sensación de sus labios es extraña. Siente una oleada de calor que le recorre todo el cuerpo, tiene la sensación de incendiarse, de que las mejillas le arden como si tuviera fiebre.
Ahora él lo estrecha entre sus brazos y tira de Harry. Como continúan sentados sobre la cama uno al lado del otro, casi pierde el equilibrio y acaba encima de él. Nota su pecho contra el suyo, su piel bajo la suya. Y mientras Louis entorna la boca el ya lo está buscando con ansiedad, su lengua resbala por sus labios, buscándolo.
Louis se aferra con fuerza a él, con ambas manos alrededor de su cuello, como temiendo que fuera a escaparse y sonríe con las mejillas sonrosadas. Sin más aviso que cien besos, el menor desliza su rodilla hacia arriba con toda la intención. Están pegados como sólo uno, las caderas alineadas. Harry entiende la indirecta.
Le entra el pánico.
H: No puedo, sabes que tenemos que parar y mejor que sea ahora- resopla con voz tensa e intentando escapar del abrazo del mayor. Louis respira con dificultad y se lame los labios, dando a entender que no ha tenido suficiente. Mantiene el contacto con miedo a que el otro lo rompa y salga huyendo.
L:Me gusta cuando me besas…de momento puedo conformarme con eso- Harry no dice nada, no se acuerda de cómo hablar. Louis está sudando. Su camiseta blanca se le ha pegado al cuerpo de un modo interesante y delicioso. Le entran ganas de arrancársela, pero se contiene.
Louis gime y murmura las palabras adecuadas contra su boca, mordiendo su labio inferior y haciendo que le recorra una descarga eléctrica de arriba abajo. Harry nunca había sentido tanta necesidad, tanto deseo de estar con alguien como en ese preciso momento. El mundo estaba en su contra definitivamente.
Y con un sabor agridulce en los labios prosiguen con esa batalla de besos y caricias. Susurrando durante horas, cara contra cara, rozándose, besándose las orejas, los dedos, la nuca, la barbilla, las rodillas, las palmas, los hombros.
La boca.
Sin desperdiciar ni un minuto con explicaciones o excusas, compadeciéndose o lamentándose, su momento es ahora y mañana será otro día.
CAPÍTULO 25.
Harry se estremeció al contacto de sus manos enredándose en su pelo. De buena mañana, allí estaban ellos, con toda la naturalidad y toda la complicidad que pueda existir entre dos personas que están comenzando algo nuevo y esperanzador.
Vio como se reía, como sonreía contra su piel y cree que ese cambio, en parte, se debe a él.
L: Eres feliz? Porque yo….yo me siento completo- quiere hablar con Harry, quiere aclarar en qué punto está cada uno, pero en la posición que se encuentra oliendo la cálida esencia que emana del otro, lo ve francamente difícil, no existe espacio personal entre ellos y no tiene ninguna intención de que exista- creo que juntos podemos, si me dejas.
H: No deberías jugártela a todo o nada, no sabes de lo que estás hablando- le dice con voz tensa separándose despacio para mirarlo a los ojos.
L: Para mí no es ningún juego y deberías saber que es la primera vez en mucho tiempo que estoy dispuesto a involucrarme en una relación seria con otra…con un hombre- Harry se incorpora algo bruscamente y se pone serio.
H: Louis yo no soy una relación “seria”, no soy un hombre corriente del que podrías haberte enamorado en la calle o en un bar y desde luego no soy una mujer. Soy un hombre enfermo con mil demonios dentro- se le veía afligido- No soy una persona fácil
L: Todo eso no me importa- necesitaba dejarle claro que realmente estaba dispuesto a todo por él. Estaba al 100% fuera lo que fuera lo que había surgido entre ambos.
H: Te importará cuando me pase una semana llorando, cuando vuelva a cortarme, porque ten por seguro que volverá a pasar y no puedas ayudarme por miedo a contagiarte. Cuando desees tener sexo…-vomitaba frustración y desconsuelo.
L: No, no es verdad! Yo no soy esa clase de persona- Se incorpora y se enfrenta a su mirada- no me das miedo ni tú, ni tu estúpida enfermedad y no voy a dejar que te alejes. Ahora estas aquí y vas a tener que soportarme a tu lado digas lo que digas.
H: No podrás soportarlo, nadie lo ha hecho…ya te dije que estaba roto sin remedio y eso no puede cambiarlo nadie, acabarás cansándote- respira pesadamente.
Siente las heridas abiertas en Harry y cierta incertidumbre lo invade. Tira de él y lo rodea con sus brazos intentando transmitirle con ellos toda la certeza de la que carece. Intenta mantener esa emoción enterrada, escondida tan profundamente dentro de sí mismo como para apenas notar su presencia.
Lo único que le da miedo es la muerte.