cap 58 y 59

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CAPÍTULO 58.

Llevaban días sin molestarse en regresar al hotel. A Harry le encantaba. Le gustaba tener a Louis cerca. Él quería a Louis allí. Su madre le había dispensado de sus cargas en el Old Quay para que pudiera concentrarse en finalizar su novela y bueno… en otras cosas.

Aquella tarde Lottie se había acercado a visitarlos para invitarlos formalmente a cenar en el apartamento de la familia. Harry estaba algo nervioso, Louis no había salido oficialmente del armario, de hecho no había tenido que aclararle prácticamente nada a los suyos que sin más lo habían asumido como algo normal o incluso esperado, pese a que había tenido más de una novia a lo largo de su vida.

Louis no era amanerado ni afeminado, de hecho era un excelente deportista y tenía un cuerpo delgado y fibroso que lo convertía a ojos de Harry en el ser más sexy del planeta. Así que todavía le costaba asimilar lo lógico que le había parecido todo a la familia Tomlinson. Probablemente el hecho de que Louis tenga cuatro hermanas sea determinante en todo ello. Cuatro hermanas! De momento sólo conocía a Lottie y le resultaba complicado imaginarse a otras tres pequeñas réplicas de su chico.

Llegaron puntuales al acogedor hogar del mayor, cargados con flores y vino. Las cinco mujeres los esperaban casi en formación para hacer las presentaciones oficiales. Jay  y Lottie se apartaron cordialmente después de besarlo para dejar a las más pequeñas saludar al novio de su hermano. Primero estaba Felicite que sin duda era una fotocopia más de Louis y luego las gemelas Daisy y Phoebe de 13 años. Gemelas y adolescentes! Caerles bien sería todo un desafío.

Las cinco lo adoraban y lo trataban como al perfecto niño mimado y consentido y rápidamente por extensión todas esas atenciones se trasladaron a él haciéndolo encontrarse como en casa.

Las horas pasaron en seguida en un ambiente tan acogedor. Cuando llegó el momento de marcharse el montón de besos y abrazos lo hicieron sentirse en familia. Jay le hizo prometer que vendrían más a menudo a visitarlos y Lottie lo convenció para que algún día la llevase a dar una vuelta en su Porsche. Aquellas chicas demandaban muchas atenciones de su parte y eso le hacía sonreír como un bobo.

Por último le pasaron un atado con todas las cartas y recados que había recibido Harry a lo largo de aquellos días. Una destacaba por encima de todas, procedía del  Hospital de St. Mary y el remitente era el Dr. Cowell.

Pudo sentir a traición el ardor de las lágrimas formándose en los ojos y el peso de su pecho oprimiéndole y dificultándole la respiración.

CAPÍTULO 59.

Después de haber disfrutado de una velada prácticamente perfecta con los suyos, todo se había ido a la mierda en apenas dos segundos. Harry había recibido noticias de Londres y cómo él mismo decía Londres nunca traía nada bueno. Era una especie de “citación” oficial de su médico de cabecera en la que le indicaban que conforme al diagnóstico previo durante su estancia en el St. Mary debía acudir a controles regulares y a terapia para garantizar su estabilidad y mantener su “alta”.

Tendría que marcharse en apenas un par de días y someterse a una revisión de su tratamiento. Las últimas analíticas habían variado su evaluación y consecuentemente su medicación de ahora en adelante.

Louis estaba preocupado, Harry había estado sin tomar nada contra el VIH mucho tiempo y temía que la enfermedad hubiese comenzado a desarrollarse. El miedo le carcomía por dentro pero intentaba dar lo mejor de sí mismo y disimular animando al menor.

Pero lo sentía, tenía un mal presentimiento y notaba que no era el único en tener aquellas sensaciones.

Madre de Dios!!No podía creerse cuánta razón había tenido Harry cuando le había advertido de que su vida era un drama. No llevaban más que unos pocos días tranquilos y felices y ya había estallado nuevamente una bomba.

Tiene que buscar la manera de cancelar la entrevista con los editores de su novela. Están ya con la segunda lectura y es el momento de decidir si siguen adelante con ella o la descartan definitivamente. Pero sin duda en este instante eso es secundario, no podría importarle menos. Pospondrá la cita y ya verá lo que sucede más adelante, el problema será comentárselo a Harry, está tan emocionado con el libro y todo lo que lo rodea que no sabe cómo se tomará que lo deje de lado por él.

L: Tenemos que hablar con los obreros por el tema del invernadero antes de irnos a Londres – intenta ser casual y soltar la noticia sin ser demasiado evidente – mañana a primera hora hablaré con el jefe de obra y le daré las indicaciones sobre el forjado exterior.

H: Si, creo que deberíamos dejar cla… Por qué demonios tendrías que venir tú a Londres!? – su cara de contrariedad era todo un poema.

L: Voy a ir contigo a Londres y ni tu ni nadie podrá detenerme – quiso sonar firme, pero cuando se ponía tan serio siempre se sentía ridículo.

H: No, no lo harás. No vas a hipotecar tu futuro por mí, bastante estás haciendo ya al respecto

L: Qué insinúas? Tú eres mi presente y mi futuro y no pienso oír ninguna estupidez a ese respecto. Iré a Londres y no hay más que hablar – le resultaba frustrante cuando Harry se daba por muerto y es que la sola idea de plantearse una vida sin él le aterrorizaba.

MY WRISTS ARE RIVERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora