CAPÍTULO 17.
Algo había dicho y no sabía qué. Harry había cambiado su actitud completamente. De un chico sonriente y abierto en escasos minutos había pasado a ser alguien apagado, triste e incluso hostil.
Se habría sentido ofendido por su comentario? No era su intención. Se acercó con la idea de mostrarse amable y cercano, se disculparía si era necesario, pero el otro dio un paso atrás en señal de rechazo.
Louis no tenía palabras, frunció el ceño y abrió la boca, pero no fue capaz de decir nada. Había herido a Harry? Qué demonios le sucedía?
Se llevó la mano al pecho en un gesto que pedía perdón, pero a cambio solo recibió silencio.
Ante la negativa, y comportándose como un niñato no sudo hacer otra cosa que marcharse sin más.
Se había acercado a la casa en su bicicleta con toda la ilusión del mundo y ahora le ponía furioso tener que bajar hasta el hotel en ella. Furioso, si, estaba furioso…furioso por bajar en bicicleta? No, furioso con Harry, por haberlo enfadado sin apenas decir nada, por no darle la oportunidad de explicarse, por levantar un muro entre ellos por una minucia y porque lo había echado de su casa. Bueno, en realidad, el se había marchado...
Aquello no está bien, ni es normal. Tiene que volver, tiene que solucionarlo, ha sido sin querer. Quiere saber qué es lo que pasa. Respira profundamente. Inspira, respira, inspira, respira. Lo tiene claro, ya está más tranquilo y vuelve a subir por el ancho sendero que comunica la propiedad con la carretera.
La puerta aun está algo abierta, se abre sola en cuanto la toca, entra sin llamar y lo busca por toda la planta baja. Finalmente encuentra a Harry en la cocina, está inmóvil. Su camiseta parece arder en la penumbra, tiene los brazos tendidos delante de él y entre las manos una navaja, con la hoja apuntando al techo.
Está absorto, mira con los ojos bien abiertos y vacíos, como si estuviera dormido y de repente se dobla como un muñeco inerte sobre sí mismo.
L: Harry!?- exclama - Qué estás haciendo?- ve como cae el filo de sus manos, como si se sintiera culpable- Maldita sea respóndeme! Harry!- grita mientras cae de rodillas, ante un charco de sangre. No se atreve a tocarlo por miedo a que se rompa entre sus manos, desplomado.
Harry sólo le pide que por favor no le toque…
CAPÍTULO 18.
Abrió los ojos y vio el resplandor dorado de la tarde en la habitación de un hospital. Odia a los médicos, el olor a éter, el alcohol. Las lágrimas empiezan a manar de sus ojos y tiembla entre sollozos. Alguien tira de él hasta colocarlo entre sus brazos, huele a canela y a menta, sabe que es Louis y no puede ni quiere apartarse.
Se acurruca en su cuello y llora. Llora como un niño, como alguien que necesita ser salvado.
Llora mientras el mayor lo acuna y balanceándose sin cesar comienza a sentir cierto alivio.
Solo permanecen juntos, sin hablar, Harry no necesita palabras, necesita consuelo y parece que únicamente el suave tacto del otro se lo da.
Sin apenas darse cuenta nota como se adormece y se deja caer en ese sueño vacío.
Vuelve a despertarse en la oscuridad de aquel maldito lugar, Louis le sostiene la mano completamente dormido, en el silencio sólo su respiración rápida y la sirena lejana de una ambulancia. Cómo va a explicarle su situación, qué puede decirle para no alejarlo de él?
Si tan siquiera pudiera plantearse apartarlo de su lado, pero en ese instante es su sustento, su tabla de salvación.
Está irritado contra el mundo entero, pero es una cólera sin fuego y derrotada, fría como una serpiente llena de veneno. El recuerdo de lo irreparable lo hace sangrar de dolor.
Un ruido despierta a Louis y ve como levanta confuso la cabeza, mira a su alrededor durante un instante mientras termina de ubicarse. Sus ojos llorosos parecen haber perdido parte de su brillo.
L: Hola-su voz es profunda, parece exhausto. Pese a eso no consigue ser completamente sincero y sólo puede decirle una verdad incompleta.
H: Estoy roto- se pierde en los ojos azules que lo escrutan- deberías alejarte- Intenta soltar la mano, pero no le deja, se la aprieta más fuerte.
L: No creo que pueda. Por favor déjame quedarme -
Ambos están desarmados, la situación los supera, hay angustia, mucha angustia, pero también hay sentimientos. Sentimientos nuevos en el caso de Louis, sensaciones que no ha tenido nunca y menos con un hombre, escalofríos, suspiros, miedo. Y sentimientos inesperados en el caso de Harry que tan sólo quería huir de las personas y las relaciones, pero parece que inevitablemente se ha encontrado con su destino al final del camino.