CAP 73 Y 74

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CAPÍTULO 73.

Louis miró dulcemente a un Harry nervioso y desesperado.

L: Sólo espero que no tengas ningún otro novio psicópata perdido en algún rincón – las palabras le salían a cuentagotas, quiso reír pero nuevamente el dolor de la cara herida se lo impidió – porque no pienso irme a ninguna parte.

Se perdió en la perfecta mirada del menor, en un vano intento de infundirle confianza y transmitirle todo el amor que sentía hacia él.

L: Tengo muchas noticias para ti y todas son buenas – su voz era apenas un murmullo- No tienes por qué preocuparte más, estoy libre de ETS, no podré seguirte en ese camino – los hoyuelos de la amplia sonrisa de Harry hacían que pareciera de pronto el hombre más feliz del mundo – pero seguiré a tu lado, de eso que no te quepa la más mínima duda – un efusivo y atolondrado beso interrumpió el hilo de sus palabras.

H: Madre mía!!! – su risa espontanea llenó el cuarto –sabes lo que eso significa? – su mirada estaba cristalizada y Louis no podía entender absolutamente nada de lo que le decía. Las facciones un tanto angulosas de Harry contrastaban con la pureza de su piel y los ojos húmedos. Algunos mechones de pelo castaño le sombreaban la frente enmarcando una expresión de júbilo que el mayor no olvidaría en su vida – yo también estoy limpio, limpio y sano como un niño.

Vio como las lágrimas corrían por el rostro de Harry y no supo hacer otra cosa que enjugarlas en un gesto protector. Mientras, intentaba razonar y dilucidar qué demonios acababa de oír. Cuando cayó en la cuenta, el sonido del electrocardiograma comenzó a acelerarse y a pitar desenfrenadamente.

Una bata blanca se acercó rápidamente apartando a Harry de su lado y bombardeándolo con preguntas que no sabía ni quería contestar.

 Qué si le dolía algo? Ja! Lo único que podía sentir era su corazón desbocado. En su cuerpo no había cabida para nada más.

Qué intentara fijar la atención en su mano? Teniendo al amor de su vida a los pies de su cama, cómo pretendía que la mirase a ella?

Qué no llorase, que todo iba a estar bien… Todo estaba bien…Todo estaba mejor que nunca, porque el tiempo por fin era suyo, esa posesión preciada que había visto escurrirse entre sus dedos ahora era de ambos.

Se siente especialmente bien, de hecho se siente como nunca.

CAPÍTULO 74.

Los faros iluminaron el recinto del caserón. Deslumbrado Louis cerró los párpados, estaba un poco asustado. Llevaba convaleciente, encerrado en el hotel casi dos meses y el traslado a la gran casa lo tenía nervioso y algo atemorizado. La rehabilitación estaba siendo extremadamente dura y al chico le estaba costando horrores poder volver a caminar, lo que lo tenía fuera de sí.

Harry lo sabía, porque ahora Harry lo sabía todo de Louis. No se había despegado de su lado durante todo ese tiempo y no pensaba hacerlo si podía impedirlo. Louis lo necesitaba a un nivel que rayaba la locura, en tan poco tiempo sus roles de pareja habían dado un giro de 360 grados.

El libro estaba ya en proceso de edición, rematado y corregido y con una preciosa dedicatoria en portada que sería una gran sorpresa para el menor al que sin duda tenía mucho que agradecerle a ese respecto.

Apoyado en su hombro, Harry lo trasladó con todo el cuidado del mundo hasta la puerta principal. Le tenía preparada una gran sorpresa. Conservando su esencia la casa había sido completamente reformada y lucía impecable.

La boca de Louis formó una perfecta y redonda “o” nada más traspasar el umbral, la emoción se leía perfectamente en su rostro. Aquella casa había crecido a medida que lo hacía su relación y la sentía como propia.

Harry lo acompañó hasta “su” galería, tal y como la llamó desde el primer día que el otro se sentó a escribir en ella, acomodándolo en el viejo sillón en el que había dormido aquella borrachera de los primeros días. Lo había retapizado para él, con un tejido muy similar e igual de cálido y confortable. No había un solo detalle que hubiese dejado al azar.

Sin ser consciente comenzó a hacer ese gesto tan suyo de cuando estaba nervioso o incómodo, mordisqueándose los labios y el dedo índice. Necesitaba decirle lo mucho que lo quería, lo mucho que lo necesitaba a su lado, quería invitarlo formalmente a vivir con él, pero parecía que las palabras se habían quedado atragantadas en su cabeza.

Louis lo miraba expectante, con ese mar de agua fresca que tenía por ojos, sin vacilar, perdiéndose en los suyos. Harry acarició su rostro, pasando suavemente sus yemas por la vieja herida.

H: Me gustaría mucho…Louis necesito…bueno siempre y cuando tú quieras, no te sientas obligado – comenzó a sonreír, eso era buena señal – querría que viviéramos juntos y me gustaría que lo hiciéramos bajo este techo…aunque si no te apetece podemos comprar cualquier otra casa, la que tú quieras, porque quieres, verdad?

MY WRISTS ARE RIVERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora