CAP 7 Y 8

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CAPÍTULO 7.

L: Maldita sea Lottie te dije que me avisaras si el cliente de la 310 salía! Tan difícil era mandarme un mensaje?- dijo atropelladamente, enfrentándose a su hermana pequeña. Le había dejado claro el número de la habitación y el aviso que debía darle y como de costumbre su querida hermanita no le había hecho ni el más mínimo caso.

Lottie: Te he dicho que no salió, llevo aquí plantada en recepción dos horas haciendo tu turno como una imbécil y lo único que sabes hacer es echarme la bronca! El cliente de la 310 no salió y si lo hizo, desde luego no pasó por aquí- Iba a replicarle, en lo que probablemente se convertiría en una discusión infinita, pero alguien los interrumpió.

H: Disculpa Louis- Era Harry! Su respiración parecía entrecortada y apretaba fuertemente los labios y los puños en lo que parecía un vano intento para no echarse a llorar- Necesito que me suban urgentemente un botiquín a la habitación-

Louis sin quererlo desvió su mirada al puño izquierdo del que le hablaba y vio una gran mancha de sangre que lo alarmó.

L: Se encuentra bien? Necesita un médico? Sr. Styles si lo desea puedo acercarle yo mismo hasta el centro médico más cercano, no será molestia- quería ayudarlo a toda costa

H: Harry, por favor, llámame Harry…y sólo necesito un botiquín- dijo con hastío en la voz.

L: Está bien, en seguida se lo subirá alguien del serv…

H: No Louis, por favor, tráemelo tu- lo interrumpió y dándose media vuelta tomó el ascensor.

Lottie se le quedó mirando con mil interrogantes en su expresión, Louis no supo más que encogerse de hombros y salir como un rayo hacia el pequeño almacén donde guardaban ese tipo de material.

Subió nervioso por las escaleras, le había descolocado completamente que aquel desconocido hubiese insistido tanto en que fuera él quien le llevase la ayuda. Habían hablado unas 3 veces, nada más…se habría dado cuenta de que andaba rondando la casa, o acaso Zayn le había insinuado algo sobre su “necesidad” de inspiración y su capricho con la propiedad?

Golpeó la puerta tres veces y se santiguó pidiendo ayuda al cielo. Al entrar se encontró una imagen que sabía que no podría olvidar en los días de su vida, un hombre sentado con la cabeza entre las manos y la actitud de derrota más impactante con la que se había topado jamás.

L: Disculpe…Harry?

CAPÍTULO 8.

Ni siquiera se había dado cuenta de que había alguien más con él en la habitación, cuando escuchó su nombre.

L: Disculpe…Harry?

H: Oh! discúlpame tu a mi Louis, creo que hoy no ha sido un gran día- se levantó señalando el extraño corte de su muñeca- No sé si sabrás que estoy arreglando la casa del acantilado y creo que tengo mi propio fantasma.

Louis lo miraba confundido, con el botiquín en las manos a modo de ofrenda y Harry no sabía cómo explicarse sin parecer un loco de remate.

H: Estaba trabajando en el cuarto de baño y he escuchado un ruido que me ha asustado, sin querer he dejado caer un pequeño espejo y me he cortado de la forma más estúpida que puedas imaginar- dicho en voz alta, resultaba más absurdo todavía y la cara de Louis era un poema.

Quiso acercársele para curar la herida y Harry dio un paso atrás. Quería que aquel chico le ayudase, era junto con Zayn las únicas personas con las que había hablado desde que había llegado a Fowey y de alguna forma se sentía cómodo en su compañía.

H: No es necesario que me ayudes, estoy acostumbrado a curarme yo sólo- aquellas palabras salieron sin ton ni son de su boca y en cuanto lo hicieron ya se había arrepentido de pronunciarlas- quiero decir, que vivo sólo desde hace tiempo y se cuidar de mi mismo- sonrió esperando quitarle un poco de hierro a aquella conversación.

Louis sonrió de vuelta, dejó el pequeño botiquín blanco sobre la cama y en apenas un susurro le dijo: Si necesitas cualquier cosa estaré cerca- y tan rápido como había aparecido desapareció cerrando la puerta.

Harry se quedó sorprendido, le pareció entender que Louis le ofrecía su apoyo y que lo había expresado de forma sincera. Aquel gesto le enternecía.

Seguramente creería que estaba loco, tenía que controlarse y hacer las cosas con un poco de cuidado. Quería establecerse en aquel lugar y procurar pasar lo más inadvertido posible y llegando en plena madrugada con manchas de sangre y la cara desencajada no era la mejor de las formas.

Tendría que intentar volver a mantener una conversación con Louis y disculparse con él por aquel numerito. Intentaría invitarlo  a tomar un café y de paso socializar un poco. Si seguía viviendo como un ermitaño iba a acabar enloqueciendo de verdad.

MY WRISTS ARE RIVERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora