CAPÍTULO 9.
No podía quitárselo de la cabeza!!Todo había sido por su culpa, por su tozudez. Quería invadir aquella casa a toda cosa y por su inconsciencia Harry se había herido. Tenía que intentar tranquilizarse y procurar hablar con él.
Debía disculparse, pero para hacerlo primero tendría que explicarle que el fantasma de su caserón era él y que también era él al que le faltaba un tornillo, con sus obsesiones por encontrar a las musas.
Tenía que dejar de ser un idiota, al fin y al cabo Harry era un chico como él, que edad podría tener 23, 25? Eso no importaba, Louis era un hombre hecho y derecho y tenía que ser valiente y afrontar las consecuencias de sus actos, aunque debía reconocer que sentía cierto temor al rechazo del otro.
Sin pensarlo ni un segundo más subió a la tercera planta. Era cerca de medio día y supuso que Harry se encontraría en su habitación, le invitaría a comer o a tomar un café y aclararía las cosas. Después de llamar varias veces estaba a punto de desistir cuando le abrieron la puerta.
H: Hola Louis- dijo con una sonrisa el de ojos verdes.
L: Ho-hola….venía…venía para preguntarte qué tal estabas…por lo del corte de esta mañana- no encontraba las palabras y estaba haciendo el ridículo
H: Mejor, mucho mejor. Quieres pasar?- Harry se mostraba amigable por primera vez.
L: No…no…so-solo venía- madre mía como algo tan sencillo podía estar resultando tan complicado- quería invitarte a comer o a tomar un café….bueno, claro, si no estás ocupado- Harry lo miraba entre extrañado y divertido. Cogió una chaqueta y con un sencillo gesto cerró la puerta tras él.
H: Vamos?- Louis se quedó perplejo, no contaba con un si tan rotundo y le costó un minuto reaccionar.
L: Perfecto! Bajemos al comedor entonces- Los nervios previos a la explicación de todo lo sucedido en la mañana se lo estaban comiendo por dentro.
L: Ven Harry, nos sentaremos al lado de la ventana, es la mejor mesa del restaurante. Ser hijo de la jefa tiene sus ventajas-dijo mientras lo acompañaba a sentarse. Iba a ser el perfecto anfitrión, su invitado, sin duda, lo merecía.
Empezó pidiendo un buen vino, eso conseguiría relajar el ambiente y le serviría para soltar la lengua y evitar toda la vergüenza que lo embargaba, aunque teniendo a Lottie como camarera no sabía si eso sería posible.
CAPÍTULO 10.
Louis se comportaba como la perfecta cita y eso a Harry le hacía sonreír. No tenía muy claro el por qué de toda aquella preocupación y atenciones, aunque ahora que sabía que era el hijo de la dueña del hotel entendía alguna que otra cosa.
El chico quería invitar a vino, pero estaba claro que con toda la medicación que estaba tomando aquella no era la mejor de las ideas…no quería ser grosero ni rechazarlo y por supuesto tampoco estaba en condiciones de explicarle su situación.
Aceptó una copa y decidió apenas mojarse los labios con ella. Louis bebía sin pudor, de hecho lo estaba dejando impresionado. Una de dos, aquel muchacho era un borracho sin remedio o realmente estaba tan nervioso como parecía, pero por qué?
L: Está siendo una comida de lo más entretenida y la verdad que creo que debo decirte algo antes de que termine- le intrigaba toda aquella situación, asique Harry lo miró atento- es por lo de esta mañana…no sé por dónde empezar- ahora su compañero de mesa parecía a la defensiva- Vamos a ver, como te he dicho además de trabajar en el hotel ayudando a mi madre en todo lo que puedo soy escritor….necesitaba un sitio para escribir y claro la ca-casa…creí que estaba vacía. No quería asustarte! De verdad que no sabía, bueno si, si sabía, pero no pensaba que estuvieras a esas horas y…buf!- se cubrió el rostro con las manos, no sabía cómo continuar, cerró los ojos esperando una respuesta.
Harry le rozó las manos con suavidad, con una caricia y descubrió su rostro sintiendo como aquel par de ojos azules se le clavaban.
H: No tienes de que preocuparte, no me molesta que vayas a la casa si lo necesitas. Eso sí, avísame antes o vas a conseguir que me muera de un infarto!- y comenzó a reírse igual que un niño. Realmente eran un buen par de locos, aquella reacción no era propia de él- Voy a acercarme esta tarde para terminar con la zona del vestíbulo, si quieres puedes acompañarme.
L:Claro! Estaría encantado de poder ayudarte con la casa- Aunque ahora mismo no parecía encontrarse en las mejores condiciones para trabajar con material peligroso.
H: No tienes que trabajar! Para nada! Te invito a que vengas a escribir o a buscar inspiración, bueno a lo que necesites- No sabía por qué pero se estaba sonrojando al realizar aquella invitación, se sentía completamente fuera de lugar.