SAMANTHA
Solo existe una palabra para describir lo que siento; amor. Tenía que ponerle fin, eso lo sabía, pero es imposible hacerlo ya que estoy enganchada totalmente de Keiden.
Lo quiero, pero es imposible. No puedo querer a la persona que siempre he odiado desde que era niña. Todavía recuerdo la primera vez que le dije que lo odiaba, esa primera vez que mancho mi vestido nuevo con lodo solo porque estaba aburrido, esas bromas pesadas todo los días, esas veces que terminábamos hasta castigados por el odio tan grande que nos tenemos.
No puedo quererlo, primero porque nuestros padres no lo aceptarían, Kilian mucho menos lo aceptaría, y yo no puedo querer a un mujeriego. Eso es lo que es Keiden; un idiota, un mujeriego.
La primera cita fue maravillosa, admito que tiene su lado romántico, pero no puedo emocionarme, ustedes tampoco. ¡Vamos! Es uno de sus trucos, es un mujeriego, su trabajo es ese, para conquistar a sus perras tiene que ser romántico y sacárselas de la manga o nunca tendría la fama que tiene.
- Sam – me saco de mi trance Becky
- ¿Sí? – respondí
- ¿Qué tanto piensas? – pregunto
- Nada importante – conteste - ¿estudiaste para el examen?
- La verdad no – contesto – espero que no esté tan difícil
- Ya es hora de entrada – avise – que Dios nos ayude
Entre al aula y estaba medio vacío, camino directo a nuestra mesa
- Sam, estas rara – dijo Becky
- Estoy algo preocupada – conteste, el profesor entro al aula – hablamos luego
No sabía qué demonios le diría a Becky. Aunque sinceramente me ayudara demasiado hablar con ella, necesito más que un consejo, necesito sacar toda la confusión que siento. Miro el examen una y otra vez. ¡No entiendo absolutamente nada! Olvide este examen hoy no estudie nada por salir con Keiden a su estúpida cita, termino haciendo todo lo que puedo y entrego el jodido papel y salgo del aula. Le mando un mensaje de texto a Becky diciéndole que la esperaba en la cafetería.
Camino lentamente perdida en mis pensamientos a la cafetería, sigo pensando y pensando. Me detengo en seco al ver la escena que tal vez ayude a responder todas mis dudas, lo dije una vez y lo repito. ¡Keiden es un jodido mujeriego! Paso por entremedio de él y su perra logrando separarlos, lo miro seriamente y veo su expresión, muestra impresión, nerviosismo, miedo, sonrió falsamente.
- ¿Tiene algún problema? – la perra sabe hablar
- Si – respondí – ustedes son mi problema
- Sam – hablo Keiden
- No tengo tiempo – le corte – mi novio espera
- ¿Novio? – pregunto con molestia
- ¿A ti que te importa si tiene novio? – le reprocho la perra
En ese momento vi como venía uno de los chicos que vimos en la playa del cual ni recuerdo el nombre, pero al menos no era el acosador y entonces se me ocurrió una idea.
- ¡Amor! – grite y el fijo su mirada con la mía confundido
Me acerque a él, enrosque mis brazos en su cuello y lo bese.
- Si me salvas de esta te deberé una grande – susurre cerca de sus labios
Me tomo por la cintura acercándome más a su cuerpo y profundizo el beso, debo admitir que besa de maravilla.
ESTÁS LEYENDO
Una Dosis Peligrosa [1&2]
RomanceEl regreso del apellido DuCraine. Lo idiota se hereda. La familia se fortalece. La amistad no caduca. El peligro atrae. El amor sobra. Nunca digas nunca. [...] *Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, en cualquier forma o p...