Una Dosis Peligrosa [1&2]

51.

BECKY

Abro los ojos y me topo con su rostro, respira tranquilamente. Cualquiera pensaría que es tranquilo de verdad.

- Oye - no se mueve - oye idiota - esta vez se queja - idiota despierta

- Ya amo ese apodo - dice con voz rasposa y sin abrir los ojos - quédate quieta y duerme

- Se está haciendo tarde - me abraza por la cintura

- Dormiré aquí - sonrío

- ¿Quién te invito? - pregunto burlona

- No necesito invitación para quedarme a dormir con mi novia - se acomoda mejor en mi cama

- Eres increíble - me acomodo en sus brazos

- Lo sé - ese maldito ego, me tiene harta

No discuto más. No porque no quisiera, es que es tan cómodo estar en sus brazos que es como si me dieran un golpe en la cabeza y quedara inconsciente o puede ser que estoy demasiado cansada como para pelear esta vez.

[...]

KEIDEN

Estoy en un pequeño estado de shock. ¿Lo sabe? Esta mal interpretando todo. No lo hago porque me iré o eso pienso. ¡No! No lo hago por eso, lo hago porque la amo.

La amo y la quiero junto a mí el resto de mis días. Deseo un futuro con ella. Se que ella lo desea también, una vez lo insinúo y nunca lo entendí. No puede pensar que lo hago por compromiso, por atarla a mi cuando me vaya

- ¿De qué está hablando? - logro encontrar mi voz

- Lo se todo Keiden - su vista permanecía a la nada - sé que te irás - tragué saliva - no tienes que hacer esto - suspiro - si tienes que irte hazlo, no hay problema

- Sam... - negó con la cabeza y esta vez me miro, sus ojos estaban cristalinos, aguantaba con fuerzas las ganas de llorar

- No importa Keiden - respiro profundo - es tu futuro y yo n...

- ¡Mi futuro eres tú! - se le escapan varías lágrimas - Sam te amo - ¡estoy desesperado! - te amo tanto y lo hago porque te quiero conmigo, quiero mi vida contigo, es demasiado pronto para eso pero quiero hacerlo, no ahora, pero tampoco en un tiempo lejano - solloza y me acercó lentamente - Sam, acepta casarte conmigo, hazme el hombre más feliz del mundo, no me iré, no ahora y si en algún momento me voy ten por seguro que vendré por mi esposa

- Te irás - susurro en un sollozo - te irás y no lo soportare - sus sollozos eran más y más - prometiste nunca irte de mi lado y romperás esa promesa

- No lo haré - intento acercarme más y retrocede - no romperé esa promesa nunca, no te abandonare, siempre estaré a tu lado - mi corazón se siente apretado - siempre volveré, siempre estaré para ti y...

- ¡Te irás! - grita alejándose de mi - ¡te iras y no volverás!

- ¡Volveré! - estoy desesperado - te amo tanto que no dejaré que me alejen de ti, luche tanto por tenerte que no te perderé tan fácil

- Vete Keiden - susurra - solo vete - me acerco un poco - nunca podremos estar juntos - suspiro pesadamente

Me quedo en silencio escuchando sus sollozos. Estoy a punto de perderla. Me iré a otro país solo por hacer crecer la compañía de nuestros padres. Ella no puede abandonar nada porque sus sueños están aquí, además de que sería egoísta decirle que los abandonara por venir conmigo.

Estoy entre la espada y la pared. No puedo fallar a ninguno de los dos lados. Pero, quien más importa es ella.

- Lo dejaré, no iré

- No puedes - dice entrecortada - no lo permitiré - solloza más fuerte - es tu deber, tu sueño, no puedes abandonarlo

- Tu eres mi sueño - suspira pesadamente - tu eres mi deber – su maquillaje quedo todo corrido, sus ojos están rojos de tanto llorar, igual que sus mejillas que están sonrojadas, aun así, es hermosa - no romperé nuestra promesa, nunca

- Keiden - me abraza con fuerza - ve a cumplir tus sueños - dice aún con pesadez en la voz - yo te esperare aquí - esas palabras me dejan confundido ¿estaba aceptando? - sí, acepto - esas últimas palabras bastaron para que mi corazón creciera de alegría, aceptaba, estaba aceptando casarse conmigo.

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