Calum
La cena familiar de año nuevo termina sin ninguna novedad. Fue la misma escena de siempre: las mismas bromas familiares; la misma comida; los mismos halagos para mi hermana; las mismas burlas sobre mí, mi estilo de vida y banda; mis mismas bromas para pretender que no me importa lo que digan, que estoy de acuerdo con ellos, que también opino que soy el miembro tonto y sin futuro de la familia.
Porque todos jugamos un rol en la vida, uno que nos asignan o nos asignamos nosotros mismos, y a Calum Hood le ha tocado ser el chico amigable, gracioso, pero de pocas luces. El chico que aliviana los momentos pesados con un poco de humor simple, al que echan de clase porque —supuestamente— no sabe la lección o hace un comentario gracioso sobre el profesor. El payaso, el tonto, el que puede llegar a resultarle atractivo a las chicas pero que nunca querrían para una relación a largo plazo. Soy el amigo que siempre está ahí, al que se le pide que escuche pero cuyos consejos no son tomados en serio jamás. El bufón.
A veces pienso que simplemente podría decirles a mis amigos y familia todo esto pero ¿qué sentido tendría? Es muy tarde para que me vean de otra manera, especialmente cuando yo me he encargado de alimentar esa imagen. Incluso ya ha dejado de molestarme por completo. Es simplemente a veces, cuando creo que tengo la solución a algo, cuando necesito que alguien me escuche decir algo que no sea una tontería, cuando veo que la chica de mis sueños es capaz de tomar en serio a un orangután y no a mí, que tengo ganas de tirar todo a la mierda. Es cuando fantaseo que estoy en una habitación ruidosa con toda la gente que me conoce y de pronto me levanto de mi asiento y todo el mundo me mira y la música se corta y yo doy un tremendo discurso sumamente inteligente y conmovedor sobre cómo soy mucho más de lo que ellos ven, que sé decir Tchaikovski a la perfección y que a veces escucho a Beethoven antes de dormir, que me sé de memoria los nombres de las islas de Oceanía y que perdía los exámenes a propósito. Entonces algunos aplauden, otros lloran y me piden disculpas, me dicen que por qué estaba escondiendo mi verdadero yo por tanto tiempo y ella... ella me rodea con sus brazos y me besa.
Sacudo mis pensamientos camino al garaje de mi casa. Me digo que tengo que prepárame para enterrar esta faceta de Calum profundo porque en cuestión de minutos los chicos empezarán a llegar y no quiero para nada estar con cara larga y, mucho menos, con pensamientos reflexivos atacándome. El garaje está casi listo para la fiesta; me levanté temprano en la mañana para poder arreglarlo sin prisa ni dejar ningún cabo suelto. Solo tengo que traer comida, bebidas, encender las luces navideñas y, cuando vengan los chicos, pretender que acabo de terminar de arreglar todo.
Después del incidente de Navidad en el pent-house de Brook y Ally, propuse que la fiesta de Año Nuevo se hiciera aquí. Apelé a que sería buena idea ir a un club más tarde en la noche, y que mi casa quedaba más cerca del mejor de todos, pero en realidad quería evitar la incomodidad de reunirnos en el mismo lugar donde dos de mis amigos se habían golpeado por una de mis amigas. Eso es demasiada incomodidad, demasiada tensión, lo que significa el doble de trabajo para el amigo bufón, encargado de relajar las cosas casi siempre que puede.
-*-
El primero en llegar es Michael, seguramente porque, como yo, no tenía otro compromiso más que cenar con su familia y repartir saludos a las doce en punto. Camina hacia el minibar, saca una cerveza y se desparrama en uno de los viejos sillones. Por un momento pienso en que él podría entenderme con todo esto de los roles que asumimos, después de todo ¿él no está pagando los platos rotos por el suyo? Me arrepiento al considerar que también podría mandarme a la mierda si le digo eso, así que simplemente comento:
—¿Qué tal tu año nuevo?
—Lo mismo de siempre —responde bufando—. Mis tías nunca van a aceptar que ya no soy un bebé. Pensé que este cabello les haría cambiar de opinión pero no.
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The WEIRD Kids
FanfictionDos amigas ganan una beca de intercambio a Australia. Ese viaje cambiará sus vidas -y las de quienes conocerán- para siempre. Surgirán momentos inolvidables, amistades inquebrantables, amores inmortales, sueños aparentemente inalcanzables. Las vi...