XIX

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Luke.

Perfectible:  adjetivo. Que puede ser perfeccionado.

Los sofistas fueron los primeros en expresar que los humanos podíamos ser perfectibles mediante la enseñanza y éste, junto otros varios preceptos no demostrados sirvió de base para la formulación de Teoría Moderna del Progreso, que enuncia que el ser humano es indefinidamente perfectible. O sea, que podemos ser indefinidamente perfeccionados.

Ese siempre ha sido mi lema: ser perfectible. Dar lo mejor de mí a nivel académico, intentando obtener las mejores calificaciones, abarcar la mayor cantidad de conocimiento posible, por el simple de hecho del gusto del saber por saber; ser educado y amable: porque simplemente creo que es lo correcto; superarme cada día en lo que a la música concierne: porque debo tomarme mi música con seriedad si en verdad quiero cumplir mi sueño de dedicarme de lleno a ella cuando me gradúe; y siempre, siempre conservar la compostura, que nadie te vea quebrarte porque no hay tiempo para emociones cuando tratas de ser perfecto.

Aliso los pantalones del uniforme y me miro en el espejo. Estoy impecablemente vestido y peinado, la ducha de agua helada a la que me he sometido ha borrado casi cualquier rastro de ojeras que pudieran denotar que había pasado una noche horrenda, que no había dormido nada, que me la había pasando conteniendo las lágrimas, pensando en ella.

Vuelvo a mirarme y me regalo una sonrisa socarrona. Estoy impecablemente ridículo. No culpo a Bruce por ser su blanco predilecto. Si yo fuera alguien como él de seguro también me atormentaría por ser tan estúpido, tan ñoño, tan inservible. ¿De qué mierda me sirve ser perfecto si eso no es suficiente para ella? ¿De qué me sirve tener mi uniforme planchado si soy horrendo?

A lo largo de mis 17 años me han llamado por muchísimos sobrenombres en el Instituto, se han reído de mí hasta el cansancio pero yo nunca les hacía caso, no me importaba lo que dijeran, nunca me sentí derrotado o acomplejado, porque "el ser humano es indefinidamente perfectible".

<<Y una mierda>> pienso, me pongo la mochila al hombro y comienzo mi camino al Instituto, he decidido tomar el bus hoy, lo que significa que debo dejar mi casa más temprano y me ayuda a evitar tener que saludar a mi familia con mi sonrisa de hijo/hermano perfecto.

Ahora ni siquiera mi propio lema de vida parecía tener sentido. En las comedias románticas el ñoño termina quedándose con la chica ardiente, pero esto es la vida real y Brooklyn Hoover había dejado bien claro que nunca terminaríamos juntos, sobre todo después de haber cometido una de las estupideces más grandes de mi vida.

Bajo del bus escolar y siento el teléfono vibrar en mi bolsillo. En la pantalla se leía: "Nuevo mensaje de Ally Black." Sonreí, ella había hecho que abreviara su apellido para que sonara parecido al nombre artístico del cantante de Black Veil Brides. El mensaje ponía: "Quiero hablar contigo. Tenemos planes para esta tarde. Tú y yo. Tema: Brook. Fachada: tutoría de matemáticas (aunque en realidad también necesito algo de ayuda lol) Lugar: tu casa (si no te parece mal). Ahora corre, te espero fuera del salón de ciencias. Besitos."

Me dirigía hacia allí sin pensarlo, aliviado de que ella hubiera accedido a ayudarme, agradecido de que, incluso desde el primer día en que nos habíamos conocido, cuando choqué contra ellas, se hubiera mostrado sumamente agradable conmigo, de que me hubiera dicho el nombre de quien me había robado el corazón. Desde aquel momento la rubia y yo habíamos generado, de manera increíblemente rápida una conexión superfuerte, casi como la que tenía con los chicos. Con la diferencia de que Alena era como una versión femenina de mi mismo, con unas diferencias de por medio, claro: ella, por lo que había comentado, era sumamente puntual y organizada y despreciaba -no me explico cómo es posible- con todo su ser Mean Girls… todo lo opuesto a mi.

The WEIRD KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora