The WEIRD Kids

XXVII

Brooklyn

Termino sin demasiado ánimo mi desayuno y justo cuando estoy por incorporarme, Alena se sienta frente a mí y me detiene, depositando su mano sobre la mía.

-Tenemos que hablar- dice y me recorre con la mirada- ¿Qué te está pasando?

-Nada- suelto- Creo que la de la historia interesante aquí eres tú- le doy un guiño y sonrío con la poca fuerza que me queda

-Fue fantástico- sentencia y sé que lo dice enserio, sé que se siente más llena que nunca- Me trató de una forma tan especial, como si me estuviese protegiendo pero al mismo tiempo me dejase en libertad para que fuese yo misma

-Bueno eso es…genial- suspiro, honestamente feliz por ella. Si hay algo que siempre he anhelado es la plena felicidad de Alena y si el único capaz de dársela es el imbécil de Ashton, entonces no me entrometeré. Ella se merece sonreír más que nadie que haya conocido y ahora es su momento de hacerlo, ahora es su momento de vivir plenamente

-Gracias, amiga- dice sin apartar la sonrisa de su rostro y entonces su mente se pierde un minuto en los recuerdos, hasta que encuentra su mirada con la mía nuevamente y la Ally que conozco, la “Chica Todo Preocupación”, está de regreso- ¿Por qué has vuelto tan temprano?

-Oh eso- observo- Lamento haber llegado cuando tú, ya sabes… no fue mi intención ni nada

-No me refiero a eso, Brooklyn- agudiza la mirada- No intentes evadirlo, sabes de qué hablo. No te despiertas nunca antes de las once de la mañana y la casa de Lex queda a una distancia considerable de la nuestra así que, ¿por qué has llegado tan temprano?

Comienzo a juguetear con la cuchara del café y empiezo a maldecir a Alena por ser tan buena conmigo y por conocerme tanto. El resto de las personas ni siquiera notan la diferencia entre un día bueno y uno malo en mí, pero ella tiene esa cosa, ese instinto, que la deja adivinar hasta cuando me duele una uña.

-No he dormido nada- sentencio al fin

-¿Por qué?- insiste ella y me doy cuenta de que darle vueltas al asunto no funcionará. De algún modo u otro Ally conseguirá sacarme todo el malestar interno que me atormenta y si sigo guardándolo no estaré dañando a nadie que no sea a  mí misma

-Por Luke- dejo salir sin preámbulos y me permito continuar- No solo considero que lo que hice anoche después de que me cantó la canción fue básicamente lo peor que he hecho en años sino que haberlo enviado al diablo cuando hablamos por teléfono fue aún…

-Espera, espera- me detiene ella, alzando una mano- ¿Cómo que hablaron por teléfono? ¿En qué momento?

-Luego de que ustedes se fueron, me quedé charlando con Mike un rato y tuve la oportunidad de descubrir que tanto él, como Calum, como la propia Lexi, no se encontraban en sus plenas facultades debido a un pequeñísimo exceso de alcohol. Fue entonces cuando debí pelear con el idiota de Bruce por las llaves del coche y luego lanzarme a la aventura a conducirlo para poder dejar a Mike y Calum en la casa de Cal y a nosotras en la de Lexi

-Pero tú no conduces, Brook- acierta ella

-No, pero Luke sí- inclino un poco la cabeza- Así que ya sabes, lo llamé para que me instruyera un poco acerca de las técnicas de manejo y resulta que nos quedamos hablando todo el trayecto hasta que aparqué el coche en la entrada de Lex

-¡Eso es bueno!- exclama Ally- ¡Brook, eso es genial!

-No, Alena, no es nada genial- niego- En determinado momento él me preguntó por Evan en un tono que sonaba más acusador que interesado y yo lo mandé a la mierda