CAPÍTULO 19 - Demasiada excitación.

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-Mañana, iremos de expedición pero esta vez, serán dos días, necesitamos hallar algo nuevo sí o sí, con unas horas no nos sirve- Erwin nos miró. Hanji asintió, con los ojos brillosos.- Llevaremos a todos los reclutas, los necesitaremos a todos así que ocupense de lo que llevarán ya que ellos ya están preparados. Pueden retirarse- Concluyó.
Cada capitán, se retiró de la oficina del comandante. Hanji y yo, caminamos juntos hacia el campo de entrenamiento. Nuestros subordinados estaban haciendo un gran esfuerzo allí, debíamos estar para "alentarlos" y corregirlos de acuerdo con cada error que cometieran. Mikasa estaba practicando con Mina, seguro que la de bufanda aceptó el pedido de la otra. El entrenamiento de ellas parecía más una lucha, los golpes eran más fuertes y con intención de dañar hasta el más mínimo músculo. Seguí mirando cómo peleaban, esperando a que pararan con los golpes fuertes, porque después de todo, era practicar, no intentar matar al compañero. Mikasa le estaba dando un gran castigo por haberla molestado, Mina le daba puñetazos y patadas, lo hacía bien pero no tanto como para derribarla o lastimarla. Mikasa tenía más resistencia, destreza y fuerza, por lo que no le costaba mucho esquivar los ataques de la otra, en cambio a la otra, le costaba, pero no tanto. Mina cayó al suelo, rápidamente, la chica de la bufanda se tiró sobre ella, doblándole los brazos y pegando la cara de la otra contra el suelo. Se resignaba a decir que se rendía, por lo que Mikasa no soltaba el agarre y mucho menos, deshacía la fuerza contra ella. Con una mano, atajaba los dos brazos de la atrapada, esperando pacientemente a que la chica diga que se rendía.
Pasó unos largos minutos, Mina no se rendiría por nada del mundo. A Mikasa se le estaba agotando la paciencia, pues, ya llevaban un buen rato ahí y el sol no ayudaba mucho. Empezaron a transpirar. Su ropa se mojó un poco y se le pegó a la piel, lo que dejaba una imagen vulgar. Era excitante ver así a Mikasa, no tenía un muy mal cuerpo, después de de todo.
-¡Vamos! ¡Ríndete! ¡No puedes hacer nada, llevamos un buen tiempo así y nos estamos cocinando con este sol!- Exclamó la chica de la bufanda, cansada.
Mina, suspiró rodando los ojos.
-¡Está bien! ¡Me rindo! Ya, apartate- Musitó, molesta por la derrota.
Mikasa se levantó, le pasó la mano a la otra, ofreciéndole ayuda para levantarse, pero esta, pasó de ella y se levantó. Movió sus brazos, tratando de deshacer el dolor de sus músculos y huesos al estar tanto tiempo así. Las dos se acercaron a mí. No pude evitar mirar su cuerpo al ver la ropa de Mikasa, era excitante verla de esa manera. Por suerte, me contuve.
-Heichou, ¿debemos ir a preparar a los caballos?- Preguntó, la Ackerman.
-No, están sucias, vayan a sus habitaciones y dense una ducha rápida, enseguida estará el almuerzo- Me alejé de ellas.
Sentí como algo me tomaba del brazo, bajé la vista y vi a Mina.
-Tsk, mocosa, date un baño, me estás ensuciando- La alejé, secando mi uniforme.
Ella frunció el ceño y asintió para irse corriendo a su cuarto. Seguí mi camino hacia la oficina de Hanji, debía darme los papales para rellenarlos y entregarlos mañana a primera hora. Toqué tres veces la puerta, esperando a que respondiera, pero no obtuve respuesta alguna. Suspiré.
-Oye cuatro ojos, soy yo, abre la maldita puerta de una vez- Me estaba estresando.
-L-levi- Abrió la puerta, acomodando su cabello.
Tenía su uniforme todo arrugado y sus labios estaban rojos e hinchados.
-¡¿Qué demonios te ha sucedido?!- Pregunté.
-N-nada...- Miró detrás de la puerta.
-Cuatro ojos, ¿qué pasó?- Pregunté, apoyando una de mis manos sobre la puerta.
-¡Nada! ¡Vuelve más tarde!- Intentó cerrar la puerta, pero la atajé y abrí, observando al comandante Erwin, sin camisa.
-¡¿QUE RAYOS ESTABAN HACIENDO??!!- Grité, alterado.
-¡NADA! ¡VETE ENANO DEL BOSQUE!- Gritó Hanji, nerviosa y cerrando la puerta.
Mi ceño se frunció. Traté de eliminar la imagen de ellos dos teniendo relaciones en la oficina, pero era difícil. Seguí caminando, temblando, me había puesto nervioso al ver tal escena. Entré a mi oficina y me encerré en esta y, sentándome en mi escritorio. Apoyé mis codos sobre la mesa, escondiendo mis ojos con mis palmas, mientras soltaba un largo suspiro, cargado de frustración, sueño y estrés. Escuché tres golpea secos en la puerta, seguida de una inocente voz, era Mina.
-¡Heichou!- Gritó.
-¡¿Qué?!- Grité, molesto.
-¡¿Puedo pasar?!- Preguntó, del otro lado.
-Está cerrado, mocosa- Musité, cansado.
-¡Entonces, abre!- Volvió a gritar. Esa voz me está cansado.
-Eres una mocosa molesta- Abrí la puerta, dejándola pasar.
-Jeje... Es que estoy aburrida y no tengo muchos amigos- Se rascó la nuca.
Cerré la puerta, caminando hacia mi escritorio para sentarme. Sentí que me jalaron del brazo, tirándome al sillón. Caí sentado, Mina cayó sentada sobre mi regazo, dejándola en una incómoda posición. Agarró mis manos y las llevó a su cintura, haciendo que la tomara de allí. Posicionó sus brazos detrás de mi cuello, acariciando mi nuca.
-¡¿Qué crees que haces, mocosa?!- Pregunté, alterado.
Ella sonrió, sin dejar de acariciar mi nuca. Acercó su boca a mi cuello, dejando varios besos sobre este. Ya me había percatado de sus intenciones. Me puse nervioso, ya lo había hecho, pero fue hace mucho, cuando estaba con Petra, desde que ella murió, no he hecho nada de eso con otra chica. Rápidamente, alejé su cabeza de mi cuello, haciendo que ella frunciera el ceño. Por suerte, unos golpes a la puerta nos interrumpió, seguida de la voz de Christa, avisándonos de que el almuerzo estaba listo.
-Debemos ir a almorzar, levántate- Hablé, serio.
-No, mejor faltemos- Siguió acariciando mi nuca, sonriendo.
-No, yo quiero almorzar así que levántate- Repetí. Ella hizo una mueca de enojo y se levantó.
-Pero después del almuerzo, volveremos y acabaremos con esto- Acomodó su ropa.
-Vendremos a rellenar papeles y nada más, ¿entendido?- Me acerqué a la puerta. Ella rodó los ojos, suspirando.

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CAPÍTULO EDITADO

《XxCatchYourCrayonxX》

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