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Once años atrás...

—Dígame srita. Candice ¿usted que piensa acerca del amor que sintió anteriormente por un hombre?, claro está antes de encontrar al joven Elliot Green—pregunto la reportera que se encontraba sentada frente a Candy, mientras ésta era gravada por un aparato especial de la mujer, para así transcribir posteriormente esa grabación y presentar la nota en un artículo dedicado en el periódico de los Estados Unidos.   

—Bueno pues... La verdad... Que no significaba nada ese amor, es más, era solo un juego de niños "enamorados" pero que no se tomaban nada en serio. O para mi personalmente no significó absolutamente nada, en comparación de lo que ahora siento por él—contestó Candy girando hacia Elliot.

—¿Entonces todo fue un simple juego?—pregunto la reportera aun con la misma expresión dudosa a la joven rubia.

—Exacto—respondió ésta a su vez.

—Dígame, ¿de donde era ese joven?— cuestionó y Candy cambió su expresión drásticamente, no podía hacer tanta referencia.

—Bien... Era de... Inglaterra, pero vivió aquí en América— Dijo sin más.

—¿Cual era su nombre?—volvió a cuestionar, profundizando en un tema que era delicado para Candy.

—Su nombre... Su nombre era... Lo he olvidado— afirmó sintiendo como un nudo se formaba en su garganta y las lágrimas comenzaban a agruparse en sus ojos.

—Bueno... Si debe de ser—Por fin se rindió, dando por concluida la entrevista.

Poco después los reporteros salieron de la mansión Andley, tras entrevistar a los novios que hace poco tiempo habían anunciado su compromiso formalmente. 

—¿Candy por que dijiste eso del amor que sentiste por Terry?— cuestionó Albert de una manera paternal a la joven una vez que ellos se quedaron solos en la casa. 

—Yo no dije nada del amor que... sentí por... Terrence— afirmo viéndolo a los ojos.

—¿Entonces?—pregunto confundido por la respuesta que obtuvo.

—Bueno... Yo hable siempre de Anthony, aunque tampoco hable con la verdad, solo quise que pensarán distinto de como fue lo que verdaderamente sentí alguna vez por él— confesó bajando la mirada.

—No te preocupes... Yo te apoyo, ¿okay?—dijo sonriendo. 

—Gracias, si lo sé—respondió abrazándolo.

"—Bueno pues... La verdad... Que no significaba nada ese amor, es más era solo un juego de niños 'enamorados' pero que no se tomaba nada en serio. O para mi personalmente no significó absolutamente nada, en comparación de lo que ahora siento por él.  Era de...Inglaterra, pero vivió aquí en América. Su nombre... Su nombre era... Lo he olvidado."

Esas palabras dichas por una joven rubia muy hermosa, resonaban en el corazón y los oídos de un chico castaño, que leía el periódico muy atento. Y por supuesto miles de personas veían la noticia del momento.  "La heredera de la familia Andley se compromete y revela su opinión a una relación amorosa de antaño" ese era el encabezado. 

—Te-Terry— dijo Eleanor al ver la expresión del actor cuando ella terminó de leer el artículo completo. Y sobretodo, cuando leyó las palabras de Candy había dicho públicamente.

"Esto no se puede quedar así... Admite que no signifique nada en su vida, nunca me amaste verdaderamente, pero yo si lo hice, lamentó no haberme dado cuenta cuando te marchaste dejandome al lado de una mujer que jamás ame, y que murió amandome. Pero lo vas a pagar eso te lo juró Candice White..." pensaba sin responder al cuestionamiento de su madre sobre la entrevista.

Solo miraba atento al televisor con el ceño fruncido y los puños cerrados, con tal fuerza que sus nudillos se tornaron blancos. 

—Jamás me amó, pero eso no se va a quedar así, madre— respondió al cabo de un gran lapso de tiempo.

—¿Terry que vas a hacer?— pregunto temerosa de que su hijo fuese a cometer una locura.

—Lo que se merece...—dijo dejando a su madre hecha un mar de confusión sentada en la sala.

Terry entró a su habitación y cerró la puerta tras de sí. Estando ya adentro se recargo en la pared fría y fue cayendo poco a poco hasta tocar el piso, sostuvo sus rodillas acercandolas más a el, y abrazandose fuertemente a éstas. 

En la oscuridad de aquella habitación comenzó a llorar silenciosamente, con el alma hasta los pies, y el corazón herido por las palabras que Candy dirigió en público. Le dolió lo que escucho, ya que él pensaba que su amor era muy fuerte y que siempre había sido así, pero se equivocó.

Un sentimiento de venganza se apoderó de él, solo quería que Candy pagará por lo que le había echo. Pero por supuesto todo era un mal entendido, aunque él no sabía nada.

—Maldita seas... Te odio, pero me las vas a pagar muy caro Candice White eso de mi cuenta corre... No sabes con quien te metiste— se dijo a sí mismo mientras arrugaba con una fuerza extrema una fotografía de Candy. 

Mientras tanto en Chicago, una joven lloraba desconsoladamente debido a que ella jamás pensó en decir lo que le había dicho a los reporteros, sabiendo que nada de eso era verdad. ¿Pero que más podía hacer?, solo disfrazar el amor que sigue teniendo por el actor Terrence con expresiones que son fingidas, tal es el supuesto amor que siente por Elliot, incluso está comprometida con él.

Sí Elliot es muy atractivo, y lo quiere, le gusta pero no lo ama, no puede olvidar a su amor de juventud, Terrence Grandchester. 

Sabiendo que Terry ya no la ama porque de lo contrario ya la hubiera buscado desde hace más de un año, desea dejar de aferrarse a él con tanta intensidad. Por lo que acepto la propuesta de matrimonio con aquel joven de buena familia, por una parte lo hizo por eso, y por otra para mantener satisfecha a la sr. Elroy Andley. 

Hace medio año exactamente, su tía abuela mandó llamar a Candy, ella acudió al llamado de la anciana. Ya estando solas, la mujer grande le dijo que ella se había equivocado con la chica, así como quería que la perdonara y que volviera a la familia Andley como la hija adoptiva de William A. Andley.

Candy se sorprendio mucho con sus palabras, no quería hacerlo pero por peticiones de Albert ella accedió. Para ese entonces ya había conocido a Elliot, y la invitaba a comer o a diversas fiestas. Hasta que un día le declaró sus verdaderos sentimientos, y la anciana de la familia Andley se enteró. Ella sabía que el muchacho provenía de una familia honorable, y que él era el partido perfecto para Candy.

Ella no quería hacerlo; sí quería a Elliot, pero no como él a ella, y la platica que tuvo con la Sra. Elroy hizo entender a la rubia que ella no debía de estar sujeta a un fantasma del pasado. Por lo que se dio una oportunidad con el chico, intentando quererlo y lo logró, pero jamás pudo olvidar a Terry. No tenía mucho tiempo que se había llevado a cabo la fiesta de compromiso donde Candy acepto con una "gran" convicción ser la esposa del castaño. 

Al recordar todo esto la hizo sentirse muy mal, pero se animaba cada vez que pensaba que Terry sí la había olvidado, y que verdaderamente amó a Susana Marlown, pero claro que estaba muy equivocada aunque no lo sabía, ya que los cero actos que Terry había hecho para recuperar su amor, dejaban muy en claro para ella que ya la había olvidado y que tenía que seguir adelante, sin amar a aquel hombre con el que pronto se casaría. 

Palabras del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora