XVI

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Los días eran completamente soleados en esa ocasión, como siempre las rutinas necesarias habían sido realizadas de manera debida. Los niños se levantaron para ir a tomar como de costumbre sus clases de pintura; Darlene por supuesto aun era muy pequeña para tomar clases por lo que permanecía en el interior de la mansión.

Se encontraban en Lakewood, en la mansión de las rosas, donde siempre cada mayo pasaban unas divertidas vacaciones familiares.

Annie y Archie se instalaban durante casi todo el mes al lado de su hija Nataly de tan solo tres años de edad, en la mansión Andley. Albert y Nora su esposa, también iban en esas tradicionales vacaciones acompañados de sus hijos: Rose y William.

Patty también era invitada a esa pequeña reunión pero solamente dos veces había asistido, la primera se suscitó dos años atrás y la segunda fue en esa ocasión; pero con los diversos compromisos que tenía que realizar le era difícil salir de su ciudad. Ella estaba viviendo con su esposo Anderson Mepthel en Washington y habían tenido un hijo muy hermoso llamado Alistair.

Todo estaba de maravilla, llegó exitosamente el primero de Mayo a la mansión Andley, y todos los niños estaban muy emocionados por la fiesta que se celebraría en honor a los cinco años de Anthony. Habían invitado a muchas personas y todos los preparativos ya estaban a punto de culminar.

En sus clases de pintura todos plasmaron sus maravillosas ideas por como se imaginaban sería la fiesta del más grande de los niños, al tener cinco años y los demás apenas cumplieron o están por cumplir cuatro años. Muchas caras felices y colores por doquier se dejaban apreciar en las obras de arte que realizaron los infantes, Darlene solo admiraba como sus primos hacían tales cosas, ya que se la pasaba al lado de sus padres.

El día tan esperado por los pequeños llego al fin. Todos lucian sus mejores ropas para acompañar a su querido primo en un día muy especial para él.

Elliot y Candy se encontraban en la entrada principal para recibir a todos sus invitados. Los dos se veían tan bien juntos; ella llevaba un lindo vestido beige con adornos en la parte de la cintura que la hacían lucir bellisima. Su cabello había sido alaciado y después ondulado por la parte de las puntas, este estilo le sentaba muy bien con su atuendo. Recibieron a la mayoría de los invitados pero llegó el momento de la fotografía familiar que durante cinco años comenzaron a realizar. 

La joven pareja buscó a sus hijos los cuales se encontraban jugando, y por supuesto se les veía felices disfrutando todo de la fiesta. Junta toda la familia Green se dirigió al interior de la mansión Andley.

Donde ya los esperaba el fotógrafo familiar, el cual les ordeno que se pusieran en distintas posiciones. Una de ellas era que Elliot cargara a su hijo mayor y Darlene esperara un momento ya que la atención se centraría en el cumpleañero, el joven padre así lo hizo mientras sonreía al pequeño y Candy también lo hacía; se veían tan bien en esa posición que cada espectante se quedaría sin aliento.

Otra posición era que la familia entera sonriera mirando a sus hijos -Elliot y Candy-  mientras los pequeños sonreían a la cámara. La última y más formal era que Candy se sentara en la silla café de cuero, mientras los pequeños estaban sentados en sus piernas, ella los sostenía con mucho amor; Elliot tomaba del hombro a su esposa, él estando parado y sonriendo con felicidad sincera a la cámara al igual que las tres personas más especiales para él, lo hacían. 

Mientras todo esto pasaba en el interior de la casa una muy reconocida dama acompañada de dos hombres más, ingresaba con pasos lentos a la fiesta extendiendo su boleto al chófer para que le permitiera la entrada.

El hombre mayor sostenía a la mujer con mucha seguridad, así como la miraba con amor verdadero; el segundo hombre y más joven seguía con la mirada perdida en algún punto del jardín a las dos personas frente a él. Se sentaron en una mesa que estaba cerca de la fuente, observaban todo a su alrededor, buscando entre todas las personas a una mujer rubia muy linda, mientras esperaban a ser atendidos. 

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