El día era particularmente hermoso, los pájaros cantaban y el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, saliendo a través de la pequeña abertura que había en las montañas.
Candy se levantó ese día muy temprano, no pudo dormir de la alegría porque al final ella podía ser feliz junto a Terry, o bueno eso es lo que creía.
Eran las siete de la mañana y ella se encontraba preparando el desayuno, con una sonrisa bellísima que dejaba ver toda la inmensa alegría en su corazón. Las dos mujeres que siempre habían cuidado del orfanato también se levantaron temprano y les agrado muchísimo el ver a Candy tan feliz.
—Vaya creo que la boda te ha puesto muy feliz...— comento la hermana María colocándose el delantal para ayudar a la rubia con el almuerzo.
—No sabe lo feliz que soy hermana María—le contestó a la monja.
—No nos lo tienes que decir pequeña se nota—Dijo la srita Pony entrando a la habitación.
—¿De verdad? soy la mujer mas feliz del mundo— aseguró con una mirada risueña.
—Si lo se— Confesó la más grande de las tres mujeres. Pero algo la desconcertó, la rubia tenía un brillo muy especial en sus ojos. Brillo que no tenía días anteriores, y ese resplandor sabía bien de que tipo era pero pensó que esta vez se equivocaba.
—Iré a ver si consigo un poco de leche—Dijo la rubia y salió con un balde de madera especial para ordeñar.
—Hermana María, note un cambio radical en Candy no sólo en su ánimo si no en sus ojos, el brillo característico de un doncella desapareció pero fue sustituido por otro...— Se apresuró a decir la mujer una vez se quedaron solas.
—Si yo también me di cuenta, pensé que era mi imaginación— afirmó la monja.
—Dios... Dios, que no sea lo que estoy pensando...—Dijo la Srita. Pony preocupada por lo que debió de haber sucedido para que se efectuará dicho cambio.
—"Ya es muy tarde, debería de estar aquí justo ahora"—pensaba Candy con cierto aire de desconfianza, mientras veía a lo lejos el camino hecho de piedra por donde se supone tendría que llegar Terry—Quizá solo se le hizo un poco tarde— Dijo a la nada.
Los niños se despertaron y desayunaron, después todos se fueron a hacer sus deberes previos y al terminar se dispusieron a jugar por un buen rato mientras esperaban que estuviera lista la comida.
Las tres mujeres mayores a los niños, fueron las encargadas de realizar la comida y sirvieron su debida ración a los pequeños alrededor de las dos de la tarde. Este asunto de la hora no dejaba de atormentar a Candy ya que los minutos pasaban y el joven duque no llegaba para cumplir su promesa.
Pasaron los minutos, las horas, y Terry jamás llego para llevarla con Albert y decirle todo lo que había ocurrido entre los dos la noche anterior y la cancelación de la boda debido a que Candy no ama a Elliot.
La noche cayó y la joven rubia estaba muy preocupada, pero había una esperanza, quizá Terry no la llevo a hablar con Albert pero tal vez él si fue a hablar con él. Eso fue una posibilidad que Candy pudo considerar un consuelo para poder conciliar el sueño durante la mayor parte de la noche.
![](https://img.wattpad.com/cover/84336268-288-k204240.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Palabras del corazón
FanfictionTerry y Candy si se separan por Susana, a su muerte Terry no busca a Candy y ella por su parte encuentra la "felicidad". Pero un mal día los medios de comunicación publican un artículo donde Candy da una respuesta que todo el mundo mal entiende. La...